Una vez más, la familia Rodríguez regresa al escenario, pero esta vez en compañía de la familia Rovira en la Sala Versus de Glòries de Barcelona. La exitosa colaboración de Cristina Clemente y Nelson Valente como dramaturgos y directores en esta obra ha sido un acierto que permite que Rovira vs. Rodríguez se convierta en una explosión de culturas.
Mercè y Silvia, interpretadas por las talentosas actrices Lluïsa Castell y Lide Uranga, comienzan a vivir su historia de amor después de habérselo confesado a sus familias. Esta vez deciden ir a por todas, con miedos y nervios, pero también con mucha ilusión de que las dos familias se conozcan. A pesar de que su amor ha trascendido las barreras culturales, no están seguras de que sus hijos lo acepten fácilmente.
El encuentro entre las dos familias comenzó siendo incómodo y a la vez cómico, y el clímax de tensión y humor iba en aumento a medida que avanzaba la obra. En mi opinión, los que más destacaron de todo el elenco fueron Mónica y Gifre, interpretados por Mayra Homar y Jordi Andújar. Ellos captaron toda mi atención, y aunque todos generaron momentos cómicos, ambos intérpretes fueron los más aclamados en risas en toda la sala.
No obstante, aplaudo la gran interpretación actoral de todo el elenco, empezando por la familia de Silvia: Gastón, Mónica y Jorgito, interpretados por Gabriel Beck, Mayra Homar y Julian Ponce Campos. En el lado de la familia de Mercè, están Gifre y Lia, interpretados por Jordi Andújar y Núria Cuyàs. Los siete intérpretes han sabido plasmar en escena lo mejor de cada cultura, tanto catalana como argentina. Su trabajo ha sido extraordinario, lo que me hace desear ver más proyectos de cada uno de ellos.
La pareja de madres, interpretadas por Lide Uranga y Lluïsa Castell, sólo deseaban unir a sus seres queridos. Aunque intentaron de todo, no lograron disminuir la tensión que existía entre las dos familias. Sin embargo, para ellas esto ya no era un impedimento para vivir su amor. Habían estado silenciadas e ignoradas durante muchos años, y esta vez no iban a permitir que sus familias arruinaran su felicidad.
Esta aplaudida obra nos muestra todos los elementos que conforman una familia: prejuicios, dramas, peculiaridades, amor, pero, sobre todo, mucho humor.
Lo que más destaco y aplaudo es que ambos dramaturgos y directores, Cristina Clemente y Nelson Valente, han sabido plasmar cómo son los argentinos y catalanes, cada uno en su esencia. Esto nos ha permitido como espectadores disfrutar de un magnífico momento e incluso sentirnos identificados.
Crítica realizada por Yadi Agurto