La productora teatral SOM Produce presenta, en el Teatro Rialto de Madrid, la segunda temporada del ya mítico musical Mamma Mía!; donde hemos podido disfrutar de la música de ABBA y revivir la historia de Donna y su sorprendente familia extendida. Este año, volvemos a ir de boda.
Tras más de dos décadas de representaciones en todo el mundo, y dos adaptaciones al cine, es difícil encontrar maneras novedosas de contar la historia de Sophie. La joven que decide invitar a su boda a tres posibles candidatos de ser su padre sin el conocimiento de su madre, Donna, dando lugar a una clásica pero divertida comedia de enredos situada en una paradisiaca isla griega.
La producción vuelve a levantar el telón en su segunda temporada con la escenografía de Ricardo Sánchez-Cuerda, que aprovecha todo el espacio del escenario, tanto en altura como profundidad, para transportarnos a ese hotelito de Donna en el mar adriático. Una versátil escenografía que va abriéndose y plegándose sobre sí misma para ubicarnos, tanto en una idílica playa como en la intimidad de la habitación de Donna. Junto al mágico diseño de iluminación de Felipe Ramos y la banda en directo bajo la dirección musical de Joan Miquel Pérez, Mamma Mía! nos confirma que estamos ante una superproducción propia de las representaciones de la Gran Vía madrileña.
En cuanto al elenco, ha habido pocos cambios con respecto a la temporada anterior, conservando al simpático trío formado por Verónica Ronda como Donna, Inés León como Rosie y Mariola Peña como Tanya. En cuanto al trío de posibles padres, se unen un sobrio y elegante Víctor Massán como Sam, y Joan Olivé como Bill. Carlos de Austria vuelve como Harry, quien logra destacar con un carisma y gracia natural que se lleva, sin gran esfuerzo, algunas de las grandes carcajadas de la obra.
En el elenco más joven vuelve Gina Gonfaus como Sophie, quien consigue llevar el peso de la obra durante su primera mitad gracias a su capacidad para presentarnos a una Sophie inocente y entrañable -que no ingenua- y a su intachable magnetismo en el escenario. Por otro lado, Gallo Ryan se estrena como Sky, quien consigue aprovechar al máximo uno de los papeles menos agradecidos de la obra brindándonos una presencia eléctrica en sus números musicales.
Si en la primera parte de la función parece que es Sophie quien lleva la voz cantante y peso de la obra, en la segunda parte es, sin duda alguna, Donna, interpretada por Verónica Ronda, quien nos demuestra con su seguridad y poderío que estamos en buenas manos desde el número más dinámico y ligero hasta el showstopper más dramático e íntimo.
Esta nueva versión de Mamma Mia! que nos brinda el director Juan Carlos Fisher utilizando la traducción de David Serrano toma la correcta decisión de no querer reinventar la rueda. ABBA es ABBA y lo sigue siendo desde hace ya medio siglo con su repertorio de canciones atemporales e inmejorables. El equipo de esta versión actualizada de Mamma Mia! aprovecha este repertorio de riquezas para interpretarlos de la mejor manera posible en un espectáculo de masas con el que es imposible no divertirse ni un poquito.
Crítica escrita por Erik Ortega Rodríguez