El único festival europeo que se celebra en un desierto ha durado 22 horas y ha contado con más de 120 artistas repartidos en 11 escenarios temáticos. Monegros Desert Festival lleva 30 años cumpliendo los sueños auditivos de miles de personas y plantando escenarios de fantasía.
Fraga, 30 de julio de 2023.- El retorno de Monegros Desert Festival da un paso más allá con la que ha sido la conmemoración de sus tres décadas de vida. Un ambicioso line-up con artistas internacionales y nacionales unido a un montaje, donde creatividad y espectacularidad se dan la mano una vez más, han sido clave para reunir a más de 50.000 asistentes procedentes de más de 90 países.
Un año más, un público diverso y heterogéneo confluye en una cita musical cada vez más transversal y multicultural que mira al futuro. La disparidad de estilos y acentos se entremezclan en un entorno único, de arena y polvo, invadido por el amor, el respeto y el baile.
Un encuentro genuino donde la música resonó durante más de 20 horas a través de los 11 escenarios de diferentes temáticas que estimulan los sentidos. Prueba de ello es el imponente Soundsystem Temple, diseñado con materiales reutilizados, o la alegre y festiva psicodelia ofrecida en elrow. A lo que se suma un stage en forma de catedral para feligreses del techno, una distopía industrial, o bailar en un concurrido Airbus 330. Sin olvidar los legendarios Open Air, El Pajar y El Corral, que honran las raíces de este encuentro.
Desde las primeras horas la gente estaba entregada y emocionada de ver a sus artistas favoritos. Este año los accesos estaban más ligeritos y eso se notaba en el mood de la gente. Solo llegar podías pasarte por el cashless a recargar pulseras y pedirte algo fresquito para combatir el sol del SoundSystem Temple escenario en el que reinó el hip hop durante las primeras horas.
Ill Pekeño y Ergo Pro no dudaron en salir con toda su actitud en el micro a darlo todo. Un rap oscuro con letras crudas que defendieron hasta la muerte, con muchísima carisma y con el cariño incondicional del público que estuvo activo de principio a fin. Durante todo su show se mostraron muy concienciados con la guerra de Palestina, pues no dejaron de lanzar el grito de «Palestina libre».
FERNANDOCOSTA fue el siguiente en invadir el SoundSystem Temple. El hip hop es un cultura muy amplia y cada uno tiene su toque, Fernando se subió con su banda y le dio su propio color al escenario transformando su estilo que iba desde hip hop clásico, mezcla de heavy con guitarreo y voces rotas o un toque más gitano y acústico. Lo que está claro es que al público le encantó, prueba de ello fue la emoción del público coreando canciones como «Malamanera» o los saltos que nos pidió desde el suelo al cielo con la canción «100 problemas». El pogo desató la locura con esos corrillos y empujones con actitud amigable para pasarlo bien durante el concierto. Costa tuvo un montón de regalos que le llovían por el escenario los cuales agradecía de corazón. Y obvio todo llega a su fin pero no sin aclamarlo gritando su nombre al unísono. Un éxito rotundo.
Para continuar con la parte más urbana del festival pudimos ver a Iseo y Dodosound que hicieron que el desierto sonara con un reggae atronador que llegó con una banda de viento dándole a las trompetas, trombones y tubas dejando a más de uno impresionado. Mientras tanto, en el Industry City otra cosa se cocía, los skaters invitados por la marca DC le estaban dando duro al halfpipe que habían montado para la exhibición que no estaba programada en los horarios del festi. Si lo viste eres un afortunado porque ¡estuvo brutal!
Mientras tanto The Moon te adentraba en el espacio en su oscura carpa que en pleno día destacaba sus planetas, sus colores, las bolas de dragón y hasta Bender de Futurama. Subfocus sacó los mejores pasos de un público feliz a ritmo de drum’n’bass un set que brilló tanto como el de Andy C el cual demostró que sabe combinar lo mejor del drum’n’ en una sesión pasando de lo comercial a los toques de reggae sin olvidar ese drum’n’bass más sucio que te hace mover pies, caderas y brazos siguiendo cualquier ritmo de la canción, la caja, el bombo, el bajo… ¡o simplemente la melodía! El momento «Sweet Dreams» sacudiendo los vinilos del tractor fue de lo más épico. Esperamos encontrar más drum’n’bass a altas horas de la madrugada por el The Moon, sin embargo las tendencias de este verano nos han llevado más a un techno más zapatillero.
Si querías ver a Wu-Tang seguro te perdiste parte de Andy C para coger el mejor lugar en el SoundSystem Temple. La espera fue agradable, pues el calor iba bajando y Dj Bobby Bob te lo ponía bien delicioso para que sacaras tus pasos más oldschool con un set de hip hop épico e inolvidable para bailarlo sin parar con los clásicos más bestias poniéndote a tono para uno de los mejores momentos del desierto: el único concierto de Wu-Tang Clan en España tras su gira por Europa.
Wu-Tang Clan llegaron con su banda, o mejor dicho, su banda llegó primero al escenario presentándose y empezando a animar mientras todos estuvimos gritando «Wu-Tang» y mostrando las manos con el símbolo de la banda. Los outfits delatadores de los buenos fans; el amarillo y el negro con los logos o la cara de Old Dirty… maquillajes, uñas, banderas… todo preparado para recibirles. RZA fue el primero en salir al escenario con una botella de champán para celebrar su paso por Barcelona. ¿Barcelona? ¡sí! tuvieron bastante confusión, pues no sabían ni decir dónde estaban, hasta llegaron a decir Madrid entre risas… y es que las ciudades importantes más cercanas en esta ocasión eran Lleida y Zaragoza pero después de una gira tan intensa y un aterrizaje en la capital catalana se les perdona todo. Si RZA fue recibido como se merecía, cumplió con las expectativas de sobras, se mostró como líder indiscutible del grupo, con su carisma, con su discurso… un diez.
No tardaron en aparecer todos los componentes del grupo, aunque los gritos más locos sonaron al ver a Young Dirty Bastard hijo del difunto Old Dirty Bastard que mostró esa energía indiscutible de su padre y unos rapaos brutales. En el escenario homenajearon los 50 años de hip hop nombrando a muchos de los raperos perdidos, un homenaje extenso que concluyó con su propio amigo y unos scratch con los pies. ¡Sí, has leído bien! El dj del Clan se quitó las bambas y rascó los vinilos con los pies. No fue hasta que escuchémos la canción «Method Man» que nos dimos cuenta que él mismo nos faltaba junto al resto de Wu-Tang, pues los rapeos de Method Man quedaban desiertos acompañados de los rapeos de sus compañeros. El concierto fue épico y hasta tal vez tuviste la suerte de que Young Dirty te firmara desde la primera fila al final de su show.
Poco faltaba para el siguiente peso pesado; Pendulum live. Si bien están en activo como dj set, como banda se separaron hace tiempo por lo que este live fue único y exclusivo. Lágrimas y emoción alrededor del Temple, el escenario perfecto para albergar a todos los fans de la banda de Drum’n’bass más importante de todos los tiempos. Y ahí salieron, con un montaje minimalista que te permitía ver todo, un micro escenario para los guitarras, el bajista, el baterista y la voz cantante en el centro. Pendulum arrancó fuerte y lo dio todo, no tardó en sonar «Propane Nightmares» arrancando con la letra coreada del público o un «Watercolor» desgarrador que hizo vibrar el desierto con la voz del cantante de Pendulum. Los sintetizadores se escuchaban por todos lados sin embargo fue un instrumento bastante solitario en el escenario acompañado de una batería que te hacía emocionarte del todo hasta que te dabas cuenta de que los sonidos no se correspondían y que era mero playback. Pero uno no se puede resistir al hype así que con centrarse en la voz y las guitarras tenías tu experiencia elevada a mil acompañado de las barras led y la magia del desierto.
Industry City estaba a reventar durante los sets de Daria Kolosova por un lado y Vandal por el otro. La ciudad de los trailers, la ciudad industrial se colapsó y no permitió más gente para asegurarse el aforo. Y no es de extrañar, pues vaya dos pesos pesados teníamos pilotando el City. Daria con su technazo, su contoneo, su carisma son irresistibles. por su lado Vandal despide buen rollo en su sonrisa, sus bailes y, como no, su música a todo volumen con el raggatek, esos ritmos con hardtek, reggae y drum’n’bass que te hacen bailar cerrando los ojos y sonriendo.
Collision también le dio lo suyo subiendo los bpm’s y los ácidos en su sesión, algo más alternativo, más rave, digno de esta ciudad industrial perdida en el desierto. Anetha en su lugar prefirió darle al techno a unas velocidades frenéticas soltando unos ácidos bien potentes mientras construía su set.
El Greenlight Corner no paró de darle luz al desierto con su oscura ubicación pero con los vibes bien altos mientras paseabas por el desierto o tratabas de llegar al avión. La gente parecía estar muy a gusto con los sets secretos del jet de Monegros, pues era casi imposible subir con las largas esperas. El jet estuvo lleno todo el tiempo.
Amelie Lens fue una de las joyas de la corona, y no es por hacer de menos a los maravillosos artistas que hemos destacado, esta mujer es la dj del momento que ha logrado que te quedes casi al final del escenario del SoundSystem Temple porque lo llenó de gente y más gente. Techno elegante, bien construido y bailable con el que Richie Hawtin se plantó seguidito sin partir el hype que ya llevábamos. Richie optó por un set íntimo en el que no le veías la cara, pues, como hizo en el pasado Sónar, no iluminó la mesa y los focos estaban centrados en la pista y los visuales con figuras geométricas rojas que iban iluminando el global del escenario. Su set muy interesante siguió el vibe de esas horas para seguir haciendo bailar el desierto.
Un clásico que uno no podía perderse era a Adam Beyer en el escenario del Open Air. Vimos un Adam Beyer muy suelto, feroz dentro de este escenario con aspecto mecánico y hasta a los primeros claros del día se nos movía al ritmo de los bombos.
Y poco a poco nos volvió la luz, el amanecer en el desierto lo pasamos en el Techno Cathedral, un espacio impresionante para los feligreses más puristas, más techneros. Klang-Kluenstler nos sacó un techno fino con unos subidones bien bastos pilotando todo tipo de maquinaria y machines con las que dominaba las ecualizaciones. Un set brutal para sacar toda la adrenalina.
El Row nos robó el corazón con su nueva decoración, si teníamos un avión en el desierto el pasado fin de semana nos sumergimos en las profundidades de El Row para ver el barco hundido por el enorme kraken que podía verse por casi todo el festival. Los visuales nocturnos simulando aguas marinas nos dejaban del todo hipnotizados al ritmo melódico, del tamborileo del puro estilo Row por el que nadabas con las ballenas y el caballito de mar gigante. Jaime Jones fue nuestro favorito con una sesión a la que nadie pudo resistirse lanzar esos contoneos, ese houseo bien fresco, moderno y bailable. Nos podemos irnos sin elogiar el impresionante closing del festi que ocurrió en El Row de la mano de Andrés Campo a dudo de la gran sorpresa; Kase O, el rapero originario de Zaragoza que nos deleitó en este fin de festival.
Un fin de semana inolvidable en el desierto que todavía nos tiene en shock con los buenos momentos, los nuevos amigos y la espectacular música que sentimos en un lugar tan especial. Hora de despertar y descargar nuestras pulseras si es que nos queda todavía dinero. Recuerda que podrás pedir tu reembolso hasta el 9 de agosto desde la web de Howler.
Crónica realizada por Nina Delgado