El Teatro Real de Madrid encara el final de la temporada por todo lo alto. Programando Turandot y ofreciendo un recital del queridísimo tenor mexicano Javier Camarena. Asistir a un recital de Camarena es un acontecimiento de por sí. La pasada noche ofreció un repertorio que viajó de la ópera a las rancheras, pasando por zarzuela y boleros.
A pesar de los rigores estivales y de las fechas registró el Real una buena entrada sin llegar al cartel de todo vendido. No era esta la primera vez que Camarena se presentaba en solitario en el teatro. Se presentó acompañado de la Orquesta Ciudad de Granada, dirigida por Iván López-Reynoso, quien ya dirigió el recital de Camarena en el Real en el 2021.
El recital se dividió en tres partes bien diferenciadas, una primera operística, una segunda en torno a la zarzuela y boleros y una tercera puramente mexicana con intervención estelar de mariachis.
La Orquesta Ciudad de Granada inició el programa con la obertura de Anna Bolena de Gaetano Donizetti. Intervino seguidamente el tenor con una interpretación algo dubitativa de Talor nel mio delirio de Maria de Rudenz. No fue hasta la tercera intervención del tenor que no vimos al Camarena que embelesa y derrocha bises. En su magistral interpretación de Pourquoi me réveller de Werther. Ahí consiguió la primera ovación sincera de la noche.
Después de la pausa llegó el turno de la Zarzuela, la orquesta puso a tono al público con el preludio de La revoltosa y Javier Camarena puso la guinda con De este apacible rincón de Madrid de Luisa Fernanda y con No puede ser de La tabernera del puerto.
Seguidamente llegamos a uno de los boleros míticos de Carlos Gardel, El día que me quieras. Para encarar la ultima parte del recital el tenor se dirigió al público como pidiendo disculpas por cantar boleros y para avisarnos de la traca final. Empezó el derroche con Granada y siguió con una buena lista de reconocibles temas mexicanos acompañado de mariachis.
Aquí va una reflexión totalmente personal sobre la reacción de parte del público. Cierto es que el tenor ofreció una muy breve parte operística y se centró mas en la parte “ligera” por llamarla de alguna manera. Hubo parte del público de platea que pareció mostrarse desconforme con esa parte y empezó a abandonar el patio de butacas incluso antes de dar por finalizado el recital. Entiendo que o bien no se esperaban esa parte, o se sintieron engañados al encontrarse con una banda de mariachis en el excelso escenario del Real.
Yo debo confesar que lo disfruté de principio a fin y que escuchar a un cantante como Javier Camarena es algo que se goza independientemente del género que cante. También debo decir que habiéndole escuchado en otras ocasiones, quizá la de anoche no fue su mejor noche.
Crítica realizada por Moisés C. Alabau.
