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01.03.2023 Críticas  
Batiburrillo cabaretero

Yo te querré es el séptimo montaje del Proyecto Zarza del Teatro de la Zarzuela de Madrid, “zarzuela hecha por jóvenes para jóvenes”, espectáculo en torno a la música de Francisco Alonso, girando en torno a la memoria y a la importancia de preservarla.

José Luis Arellano vuelve al Proyecto Zarza tras inaugurarlo en su día con La Revoltosa, y afirma que el espectáculo está dedicado a nuestros padres y madres y abuelos y abuelas. El texto es de Lola Blasco y en Yo te querré La Autora (Sylvia Parejo) y El Director (Sigor Schwaderer) discuten sobre cómo construir una obra que llevarán al teatro, con inspiración en las comedias de Mihura, donde boxeadores, indios, cupletistas, una transformista, un borracho y mujeres llamadas Atrezzo, van introduciendo sus historias, con mejor o peor cierre de ellas, en un intento por dar voz a todos, aunque este sea un susurro.

Una preciosa escenografía de Pablo Menor Palomo, con iluminación de Juanjo Llorens es todo lo que me aporta Yo te querré, junto con a dirección musical y piano de Lucía Marín. La caótica propuesta de José Luis Arellano comienza como una lluvia de ideas desordenadas e inconexas, que terminan relacionadas a fuerza de un grueso hilado de las historias. Precisamente uno de los movimientos coreográficos de Nuria Castejón simula un ciempiés humano que me lleva precisamente al clásico de cine gore del mismo nombre, en el que una serie de personas quedaban unidas a su pesar.

Varios memes puedo relacionar con la propuesta de Yo te querré y el que más cobra sentido y fuerza es el del Sr. Burns con gorro en la entrega del Proyecto Zarza más insípida e irrelevante. La conexión con el público joven está totalmente pasada por alto, y hasta el público asistente era casi el mismo que el de la programación lírica de la temporada. Siento que el proyecto, al igual que el compromiso de Daniel Bianco para su inicial voluntad de renovación de la Zarzuela y del público, ha comenzado a desdibujarse y a sucumbir a la tradición, mal entendida y mal concebida. Inserto aquí otro meme, el del dibujo a lápiz de un caballo que comienza con un trazo exquisito y termina como un garabato casi, caricatura de la cabeza del equino.

Siento que he perdido la fe en que la Zarzuela, como precisamente Yo te querré vende que es su intención, llegue a tener vida más allá de nostálgicos boomers como mi madre, o kamikazes millennial como yo, cuando no se está trabajando por y para perpetuar, preservar, dignificar y revalorizar (si no directamente renovar) un género que sigue perdiendo en la competición contra la ópera y fagocitado por los musicales-franquicia. Todo el esfuerzo que se hizo en el comienzo de la andadura de Bianco parece que este mismo ha sucumbido ante las criaturas antediluvianas y pataleaban y abandonaban la sala en montajes arriesgados y brillantes. No puedo decir esta vez mi “larga vida al Proyecto Zarza” porque este ha envejecido de manera súbita y veo muy cercana su despedida.

Crítica realizada por Ismael Lomana

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