Cirque Du Soleil ha presentado su 42ª creación, Crystal. El Palau Sant Jordi de Barcelona, se transforma para convertirse en una gran pista de hielo donde desafiar las leyes de la gravedad. En este nuevo espectáculo, Cirque explora las posibilidades artísticas del hielo por primera vez presentándonos a una joven soñadora al más puro estilo Alicia en el País de las Maravillas.
Crystal es una joven creativa que se siente incomprendida y fuera de sintonía consigo misma. Como si de una moderna Alicia se tratara, tras escapar de una disputa familiar en la que se siente incomprendida, Crystal acudirá a su lugar seguro para patinar y reflexionar sobre lo ocurrido. Pero durante este momento de reflexión, el hielo se resquebrajará y Crystal se precipitará hacia un submundo fruto de su imaginación, donde encontrará un reflejo de sí misma. Un mundo que parece reconocer, pero cuyas similitudes con el suyo propio distan de coherencia. Su reflejo la guía por este nuevo mundo donde abrazará sus rarezas y despertará su creatividad con el trazo de una pluma mágica. Con este nuevo poder, Crystal será capaz de encontrar su verdadero yo y volver a la realidad.
Por primera vez, Cirque du Soleil presenta un espectáculo basado en el patinaje artístico y el free-style; disciplinas que, extrañamente, aun no habían formado parte de sus shows. Un espectáculo diferente a lo que Cirque nos tiene acostumbrados y que, dado la infraestructura que necesita, es imposible moverlo en carpa. Por ello, Crystal solo puede verse en grandes estadios preparados para la ocasión.
Como ocurre cuando Cirque presenta este tipo de montajes de «gran formato», es que el show queda un poco desangelado en relación a lo que el ritual de la carpa se refiere. No es lo mismo acceder a un recinto cuya estructura es gris e industrial, que acceder a una carpa que nos ayuda a entrar directamente en la psique del mundo du Soleil. La previa escenográfica que uno encuentra en sus espectáculos en carpa, tiene un juego especial y temático que ayuda a entrar rápidamente en la historia con una gran predisposición. Aquí, es algo que no es posible realizar dada la envergadura del espacio; aunque algo de ambientación externo, el uso de las luces o personajes a la entrada del público (no los que siempre nos presentan en el pre-show junto a la pista), hubiera estado una muy buena opción para que el público entrada en el mood del show. Los mismos músicos, recorriendo las gradas y espacios de acceso, hubiese sido un punto a favor.
En la parte técnica, indicar que el guión de Crystal es sencillo y efectivo. Solo iniciar el show, los adultos encontraremos referencias que nos harán pensar en el éxito literario de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas; libro -e incluso película- con la que todos/as hemos crecido y conocemos al dedillo. Pero, rápidamente, Cirque se desmarca de la idea preconcebida huyendo de personajes sinsentido para mostrar una historia basada en un pequeño pueblo, con chicos jovenes y cercanos, que tratará el necesario tema de abrazar rarezas y encontrar nuestro verdadero yo. Cirque du Soleil ha acertado en presentar un tema de plena actualidad para una sociedad que cada vez más dedica su tiempo a juzgar a los demás.
La dirección impregnada por Shana Carroll y Sébastien Soldevila está basada en el movimiento orgánico de los personajes. Muy bien conjuntada con la escenografía que presenta Stéphane Roy, la iluminación de Éric Champoux, efectos de video de Johnny Ranger y la música compuesta por Maxim Lepage; Crystal se convierte en un espectáculo visual resolutivo y precioso si lo disfrutas bien cerca del escenario. Efectivamente, por cada piso que subimos en el estadio, perdemos una parte de esa sensación de cercanía y calidez que Cirque desprende.
El elenco internacional que actúa en Crystal (once nacionalidades diferentes están representadas en el reparto) está compuesto por patinadores sobre hielo freestyle y de riesgo, acróbatas, músicos y un personaje cómico. El show tiene todo lo que Cirque promete y que tanto gusta a su público. La mezcla de circo con otras disciplinas que ayudan a sorprender al espectador desde su inicio. Ya el pre-show que disfrutamos antes del inicio de Crystal es hartamente divertido.
A diferencia de otros espectáculos, en Crystal Cirque junta a patinadores y acróbatas de categoría mundial que se adentran en su nueva pista de hielo con velocidad y fluidez mientras desafían las leyes de la gravedad con acrobacias antes nunca vistas. La mezcla de las disciplinas que nos ofrecen son variadas e interesantes y, aunque el patinaje clásico y el patinaje free-style tienen gran fuerza escénica y vertebran la historia, Cirque aboga por no eliminar su esencia y nos presenta números de circo clásico que sorprenden al público en la pista de patinaje. El más difícil todavía se torna real en Crystal; llevando su estilo característico de acrobacias a un territorio desconocido y difuminando los límites entre los deportes de hielo y las artes circenses.
De nuevo, Cirque Du Soleil explora y sobrepasa sus límites conocidos para presentarnos un nuevo universo en el que adentrarnos, soñar y aprender.
Crítica realizada por Norman Marsà