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16.12.2022 Críticas  
Una gala por la amistad, el amor y el renacer

El 10 de diciembre el Auditorio de Tenerife albergó la gala lírica Nancy Fabiola y sus invitados, un evento biográfico sobre la carrera de la mezzosoprano. Dicho evento contó con la participación de grandes artistas y amigos que quisieron acompañarla en una noche tan especial.

La mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera es una de las artistas más destacadas en la actualidad. Gracias a su gran versatilidad, ha podido interpretar un variado repertorio sinfónico en su dilatada carrera. Ha destacado como recitalista y montar un recital como evento conmemorativo de su carrera era lo ideal. La programación no se decidió al azar, sino que fue seleccionada a razón de los roles favoritos de la cantante y de su inquietud constante por abordar diferentes géneros. Pero sobre todo, a lo largo de la gala Nancy Fabiola quiso hacer una apología del amor, la amistad y el renacimiento después de la muerte.

Desde el inicio se podía saber que íbamos a presenciar algo extraordinario. La gala arrancó con la Obertura de Carmen a cargo de la Sinfónica de Tenerife y con una interpretación conmovedora de la bailaora jerezana María del Mar Moreno. Nancy Fabiola descendió por la escalera central del Auditorio ataviada con la primera pieza de un vestuario exquisito que le acompañó a lo largo de toda la noche. Nos maravilló con la Habanera de Carmen, ejecutando una interpretación sobresaliente destacando con su timbre aterciopelado y su voz poderosa.

Seguidamente interpretó Mira, o Norma, de Norma acompañada de la soprano Yolanda Auyanet. Este fue, sin duda, uno de los momentos más emocionantes de la noche. Ambas voces lograron emocionar a todo el patio de butacas.

La Orquesta Sinfónica tuvo su protagonismo al interpretar de forma excelente piezas tan variadas como Intermezzo de Suor Angelica, Obertura de La Revoltosa o Mambo de la suite de danzas sinfónicas de West Side Story. Dirigida con gran precisión y expresividad por el maestro José Miguel Pérez-Sierra, la Sinfónica demostró que puede con cualquier registro que se le ponga delante.

Para la interpretación del Duetto di Nedda e Silvio, de Pagliacci, la mezzo estuvo acompañada de la soprano de coloratura Eglise Gutiérrez. Gutiérrez sonó maravillosamente en los trinos, realizando una excelente ejecución vocal. El público quedó embelesado tras la interpretación de ambas artistas.

En el Duetto di Nedda e Silvio, de Pagliacci, Auyanet cantó con el barítono José Carbó. Carbó goza de una voz suave y potente, lo que hizo que su interpretación junto a Auyanet fuera una de las más emocionantes y cautivadoras de la gala.

Antes de la pausa, Nancy Fabiola interpretó Mon coeur s’ouvre à ta voix, de Samson et Dalila, arrancando una ovación de un público ya entregado a la artista.

Ya en la segunda parte de la gala, Nancy Fabiola demostró su gran versatilidad interpretando Fue mi mare la gitana, de La Chavala. En esta ocasión la acompañaba la bailaora María del Mar Moreno, quien de nuevo hizo una demostración de un genuino amor por el baile, envolviéndonos con unos movimientos desgarradores, emocionales pero a la vez de gran sencillez y belleza. La mezzo escogió a la bailaora para interpretar el papel del Destino, quien ejerció de hilo conductor a través de toda la gala.

Ya con En mi tierra extremeña, de Luisa Fernanda, Nancy Fabiola hizo otro cambio de registro junto al bajo Rubén Amoretti, cuyo precioso timbre de voz, unido a su gran presencia en el escenario, hizo que entre ambos surgiera la chispa en esta emotiva pieza.

En los tangos El día que me quieras y Frente al mar, interpretadas magistralmente por José Carbó y Nancy Fabiola, a la Sinfónica le acompañó Leonel Gasso con el bandoneón. Fue evidente el gran talento y amor que el artista tiene por este instrumento y aunque tocarlo en directo no carece de dificultad, Gasso realizó una interpretación exquisita.

El tenor Ramón Vargas interpretó La fleur que tu m’avais jeteé y C’es Toi?… C’est moi!, de Carmen, esta última junto a Nancy Fabiola que dejó mudo a todo el patio de butacas en el rol de una Carmen sublime. Vargas se caracterizó por una pausada exhibición de las melodías, una hermosa voz y excelentes dotes interpretativas, poniendo así la guinda a una espléndida gala.

Al finalizar el repertorio, el público en su mayoría en pie, aplaudió emocionado al grupo de grandes artistas que se encontraba sobre el escenario, después de haber disfrutado todos a ambos lados de éste de una noche magnífica.

Crónica realizada por Celia García

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