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23.09.2022 Entrevistas  
Compartir lo que no se puede poner en palabras

El 24 de septiembre, el Teatro Leal de San Cristóbal de La Laguna de Tenerife presentará Stabat Mater de Pergolesi. La compañía Teatro Xtremo será la encargada de llevar a cabo esta propuesta de creación contemporánea y carácter performativo, con acciones plásticas y cámaras en directo. EnPlatea ha hablado con su director, Ricardo Campelo.

Teniendo en cuenta que sois una compañía que tiende a romper los límites y que hayáis escogido una obra con música de carácter religioso, ¿qué enfoque le habéis pensado dar, tratándose de dos cosas aparentemente contradictorias?

Tanto yo como los que conformamos el equipo estamos criados en tres religiones distintas, la musulmana, la católica y la judía. Además, y con esto incluiríamos a los canarios, somos latinoamericanos, por lo que tenemos un sincretismo, que es la mezcla de todo esto con lo mágico y con las tradiciones de nuestros pueblos originarios. Así que tenemos un montón de religiosidades que componen nuestra espiritualidad.
Casualmente, esta pieza en particular se compuso para una ceremonia católica que se tocaba en la calle y se mezclaba con las tarantelas y con el canto popular. A Pergolesi le hicieron un encargo y aprovechó la ocasión para juntar todo lo que a él le removía, por lo que la pieza contiene ese carácter interconfesional. Así que tanto si eres ateo o si practicas mindfulness, te hará llegar a un lugar de tranquilidad y de sublimación y eso nos ha servido como punto de arranque que nos ha permitido poder construir en la escena.

Aunque no solemos trabajar con piezas líricas, es verdad que hemos partido a través de piezas manieristas. Creo que Stabat Mater en este momento es importantísimo, sobre todo por la devastación qué está sufriendo el este de Europa y por todo este mundo post pandémico. Pero también por esa figura de la madre, a la que queremos resignificar a través de una pieza no solo por la letra, que es muy potente, sino también por la música, la cual es súper inspiradora y sublime.

¿Cuál es la razón por la que una compañía de teatro de vuestro perfil se valga de esta pieza que, como decíamos está tan ligada a la iglesia católica y la presente en un lugar que es también centro del catolicismo como es San Cristóbal de La Laguna?

En primer lugar, desde el Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna hay un compromiso claro con el discurso escénico, en segundo lugar, la obra se hará en un teatro, no en una iglesia, por lo que estaremos en nuestro territorio. Y en tercer lugar, Stabat Mater no pertenece a una religión en concreto, es una obra muy popular, que aunque tradicionalmente se interpreta en iglesias, queremos reivindicar que los símbolos sacros, las ideas y las historias que se cuentan a través de libros sagrados como el Corán, la Torá o la Biblia, no pertenecen a las Iglesias, las mezquitas o las sinagogas, sino a sus miembros y deberían ser compartidas entre todos porque están hablando de valores. Stabat Mater habla del dolor y ahora es el momento de hablarlo, porque hay mucho dolor en torno a la Europa contemporánea, hay mucho miedo y Stabat Mater impulsa al estoicismo, lo cual me parece un mensaje valiosísimo.

Lo religioso siempre me echa para atrás, me hace sentir ultrajado por lo que han hecho mal como institución, por su gestión y por un montón de cosas que han hecho, como el abuso de niños y miles de cosas más. Pero además se han apoderado de todas las riquezas entre ellas las artísticas y culturales. Entonces sin ánimo de ofender; porque yo no quiero ofender a nadie, más bien acepto a todo el mundo con sus religiones, lo que buscamos es hacer algo interconfesional, queremos reclamar lo nuestro y al ser contemporáneos, jóvenes, formados y comprometidos con el progresismo y los nuevos lenguajes escénicos, también debemos poder utilizar cuestiones que tanto las iglesias como las religiones utilizan para ellos, ¿por qué no?

¿Quieres decir entonces que estas obras, lo que incluiría la Biblia o el Corán, no son solamente propiedad de una religión o de ciertas personas poderosas en concreto, sino que son para toda clase de público?

Si, por eso el arte es tan caro también. Pero aquí hay una creación y hay emoción, tanto en un relato como en una composición. Al final todas son creaciones artísticas que transmiten valores. Por eso cuando Nietzsche dijo “Dios ha muerto”, se equivocó, debía haber dicho “La religión ha muerto”, porque las historias de esas religiones son válidas todavía, esas historias todavía transmiten valores que necesitamos. Lo que no necesitamos son superhombres, sino personas normales que tengan su responsabilidad y sus valores firmes para que cuando las cosas malas vengan no nos convirtamos en salvajes. Es lo único que necesitamos.

De eso habla nuestro Stabat Mater y sentimos que desde Pergolesi se transmite todo lo anterior. Y por eso la urgencia de colocarla en escena en este momento. El que coincida que sea en La Laguna es porque aquí hay mucha gente que está trabajando en la contemporaneidad. Todo nuestro equipo es canario y son gente con quien el código sobre todas las lógicas que les he propuesto, las formas de crear las acciones, lo que sucede en escena, o la técnica, ha sido super fácil y hemos trabajado a través de un lenguaje común hiper rápido, porque están al día y aquí en La Laguna están acostumbrados a hacer cosas así.

Entonces si vuestro objetivo siempre es estimular las emociones y esta obra también está pensada para ello, no solo por el dolor de la madre que pierde a su hijo, sino yendo mucho más allá ¿que reacción esperáis de los que vayamos a ver la la obra?

Hemos transitado por emociones, estados y pensamiento crítico en toda medida. Nosotros hablamos con la pieza de lo que no podemos nombrar, entonces ponerle palabras a lo que nos encantaría que la gente sintiese es complicado. Si es verdad que se busca algo como sentir que estamos juntos. El mensaje no es claro porque no es un comunicado, es una obra de arte, aunque suene raro llamarla así. Lo que intentamos hacer es estar juntos y reconocer este momento difícil por el que estamos pasando. Que al menos haya la intención de estar juntos y de oírnos un poco los unos a los otros, eso sería lo mínimo que pedimos.

¿También que no salgamos del teatro y nos olvidemos de lo que hemos visto, sino que lo que veamos y vivamos nos remueva y nos de qué pensar y que de alguna manera nos deje huella?

Esa es la intención máxima, porque justo lo hablábamos entre nosotros y salió la palabra entretenimiento. Estamos en contra de la cultura del entretenimiento, pero no digo de la gente que hace cosas para entretener, sino de esta cultura del entretenimiento de la contemporaneidad como en YouTube, o TikTok, de ver cosas simplemente por entretener para que se pierda el tiempo en eso. Que la gente no sienta que solo la hayamos entretenido, sino que por lo menos hayamos provocado un poso de discusión, de estar en común o en desacuerdo. Pero con la intención de que esto no sea solo una propuesta transgresora al público sino justo lo contrario, una propuesta comunal. Tenemos ganas de compartir algo que no podemos poner en palabras.

Entrevista realizada por Celia García

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