La compañía teatral Yllana ha presentado la obra Passport en el Teatro Alfil de Madrid. Un recopilatorio de situaciones vividas por los actores en sus muchos viajes internacionales presentadas en una comedia gestual para toda la familia.
Komedistán es, evidentemente, la meca de la comedia y justo ahí se dirigen nuestros cuatro personajes a presentar su último espectáculo. Pero sus anécdotas, vicisitudes y divertidísimos malentendidos conformarán esta odisea de sketches como único hilo conductor del viaje. Así acompañamos a Rubén Hernández, César Maroto, Edu Ferrés y Susana Cortés bajo dirección de Fidel Fernández a través de aeropuertos, hoteles, restaurantes y accidentados vuelos.
Todos los intérpretes hacen un trabajo de diez, mostrando también una energía envidiable y contagiosa en su interacción constantemente con el público (cuidado los de la primera fila) y sin perder ni un segundo la atención de toda la sala. Aunque todos los actores están a la misma altura en cuanto a talento, es cierto que Susana Cortés llama la atención por su exagerada expresividad y su sketch en solitario. De los más memorables de la noche. Los elementos de escenografía ideados por Tatiana de Sarabia e Ismael García son puro genio. Usando un vestuario ingenioso, creado también por Tatiana de Sarabia, y con comicidad propia y unos pocos elementos de atrezzo, añadimos personajes y lugares en cuestión de segundos. Sencillamente pasaremos de un taxi a una recepción, o de unas escaleras a un ascensor sin movernos del lugar.
Aunque hay algunos chistes que los más peques no pillarán, la obra es segura para toda la familia y los niños presentes se reían tanto o más que los adultos. Hay que reconocer el talento cómico de hace reír a los benjamines y a los abuelos con la misma situación, pero por razones distintas (guiño, guiño). El humor no es “elevado”, no hay crítica social ni gafapastismo en la intención que es puramente hacer reír de la forma más tonta pero efectiva.
La compañía de teatro es ya reconocida por sus 37 espectáculos en 31 años y rara vez defrauda, ¿quién no ha oído hablar del cabaret de The Hole o el percusionismo de Trash!?. En esta ocasión, Yllana vuelve a conseguir una comedia para toda la familia sin palabras pero con muchas risas. Una hora y media que pasa casi como quince minutos y te deja con ganas de más. Súmale una cerveza al calor sofocante de Madrid (el Teatro Alfil nos da la vida con ella) y vente a Passport. Una experiencia más que recomendada para grandes, pequeños y medianos.
Crítica realizada por Ariadna Ortega
