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11.07.2022 Críticas  
Tragedias que nos queman de por vida

Mi primer Grec de este año me dirige a la Sala Beckett de Barcelona. Bueno, el camino más bien lo he elegido yo. Joan Carreras es la primera razón. Llàtzer Garcia también lo es. Poder ver por fin algo de su puño y letra es algo que tenía pendiente. Al final, les visions es la historia que escribe y también dirige como encargo de la sala del Poblenou.

Basada en hechos reales, Garcia rememora y reconstruye un trágico accidente con final fatal para explorar en los entresijos de la condición humana. Conecta el sentimiento de culpabilidad con la incapacidad para movernos hacia adelante. Expone la (evidente) dificultad de normalizar la tragedia por muchos intentos que hagamos. Y la necesidad de buscar culpables hasta en accidentes fortuitos (¿o no han sido fortuitos?). ¿Puede un ser humano gestionar todas esas premisas y salir indemne? ¿Cuánto tiempo se necesita para llegar a la curación? En realidad, ¿se puede llegar?

La historia, con aroma a ‘thriller’, te captura desde el principio. Garcia trabaja el texto para que el espectador imagine por sí mismo diversas opciones antes de llegar a la verdad. Está construida de abajo a arriba y de presente a pasado. Arranca con tonos minimalistas, tanto en información como por los elementos escenográficos y la iluminación. Y a medida que transcurren tiempo e historia se desvelan las incógnitas y todo adquiere intensidad. Grande y acertado el trabajo aquí de Sebastià Brosa en el espacio escénico y Ganecha Gil en las luces. Creo que han demostrado trabajar al unísono (como siempre se espera) y ser coincidentes a la hora de entender el libreto y a su escritor.

A nivel artístico, el elenco está formado por Joan Carreras, Laia Manzanares, Joan Marmaneu y Xavi Sáez. No sería justa con mi verdad (porque tengo clarísimo que esto siempre depende del gusto de cada espectador) si dijera que todos los trabajos están al mismo nivel. Mientras Marmaneu y Sáez realizan buenos trabajos que acaban en notable hacia al final (sobretodo en el caso de Sáez quien se crece en la exaltación), Carreras y Manzanares nos ofrecen excelentes interpretaciones. Esto siempre es más difícil en las distancias cortas, como ocurre en la Sala de Baix. Pero en ambos actores se percibe la fuerza que reciben de recitar, el ‘hype’ que les provoca el pisar las tablas de un teatro.

Laia, pese a ser una actriz joven con menos recorrido, puede mirar al Carreras a los ojos. No le tiembla el pulso para resucitar a Sònia o para defender a Àlex y uno de sus fuertes es su hipnótica expresión facial. Joan, por su parte, sigue como pez en el agua le eche lo que le echen. Percibes la comodidad del actor en su papel. La fluidez del que se siente observado y lo disfruta y su pasión por el teatro. Y este, que es un personaje dramático, con diferentes colores y matices, tiene además un último acto que le da la oportunidad de hacernos un regalo de interpretación que al final a mí me hace llorar.

Al final, les visions es altamente recomendable para los que les gusta el teatro que remueve, el que escarba en la naturaleza de nuestra especie y el que además, entretiene. Combo ideal. ¡Ah! Y para quien guste del rock catalán, Guíllem Rodríguez (compositor) tiene también algo que contar. La tienen en la Sala Beckett todo el mes de Julio. Llenen las salas de los teatros, por favor. A día de hoy, pocas cosas tan bonitas nos quedan.

Crítica realizada por Diana Limones

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