novedades
 SEARCH   
 
 

29.06.2022 Críticas  
Teatro en verano

El verano es la época perfecta para disfrutar del teatro al aire libre y hay citas que los amantes de la diversión no pueden perderse. El patio del Teatro Quique San Francisco de Madrid acoge Blablacoche, una comedia original de Eduardo Galán dirigida por Ramón Paso en la que todo puede suceder.

En la época estival, las tablas del escenario habitual del madrileño Teatro Quique San Francisco se sustituyen por una agradable terraza para que disfrutemos de las calurosas noches rodeados de un ambiente festivo que permite pasar un rato agradable mientras tienes la opción de tomar algo antes o durante la función. Asistir a alguno de los espectáculos programados en El Patio del Galileo es tener la oportunidad de disfrutar y evadirse durante durante un buen rato, dejando atrás el cada vez más ajetreado ritmo de vida.

Blablacoche es una caricatura de la sociedad española y de las preocupaciones propias de la actualidad. Ramiro, un militar conservador y de derechas, ofrece su coche durante un trayecto a Cádiz para ver a sus hijas. Max es un actor cansado de aparecer en anuncios publicitarios que lucha por conseguir un papel en el cine. Magina es una mujer que viaja con mucha prisa para llegar antes de que nazca su nieto. Y por último, Nat es una psicóloga en paro, feminista, animalista y de izquierdas que quiere dar una cariñosa sorpresa a su novio. A través de la comedia se representan los temas del momento, los hechos políticos más actuales y los estereotipos y prejuicios con los que nos topamos en la práctica cotidiana.

Se trata de un humor casi blanco sin connotaciones negativas, apto para todo tipo de público, que conecta eficientemente con los espectadores y espectadoras que se posicionan desde el primer momento abanderando una causa inamovible, lo que supone un reflejo de lo polarizada que aparenta estar la sociedad española. Las risas, en función del momento en el que se producen, son pequeñas sutilezas que nos delatan.

Soledad Mallol, Francesç Galcerán, David Bueno y Ana Hernández (esta última en alternancia con Luciana de Nicola) realizan un logrado trabajo de composición de sus respectivos personajes que dota a la obra de un estilo divertido, desvergonzado y que destila frescura en cada frase lanzada. Saben jugar con el público para hacerle partícipe de su argumento con situaciones inesperadas destinadas al mero entretenimiento.

Por otro lado, destaca el acierto escenográfico de Javier Ruiz de Alegría donde el coche juega un papel fundamental. Un vehículo azul con techo plegable y asientos desplazables que explota la imaginación del espectador a partir de la disposición de este único elemento sobre el escenario. La iluminación, a manos de Carlos Alzueta, también actúa en escena, cambiando según va ocurriendo la historia pero es cierto que no es muy perceptible hasta que el cielo se oscurece por completo. Eso sí, en determinados momentos iniciales de Blablacoche el sonido no es el mejor, problemas técnicos que se va corrigiendo según avanza el viaje.

Una obra que funciona como entretenimiento ligero y que mitiga de la mejor manera el calor de las noches de verano.

Crítica realizada por Patricia Moreno

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES