Discretamente han pasado por el Condeduque de Madrid José y sus hermanas con Explore el jardín de los Cárpatos, con dramaturgia de Ignacio de Antonio Antón e interpretada por Glòria Ribera, Gemma Polo, Carolina Manero, Marta Díez y Alejandro Curiel.
La Españita de la Libertad, la sangría y el arroz con cosas. La de señores que van al fúrgol a Sevilla y se pelean en las calles y se lanzan sillas de terrazas. La de las terracitas extraordinarias por las “especiales condiciones sanitarias” que han colonizado el espacio público a favor del empresario y el Aperol Spritz en compañía de amigas a las que despellejar por DM en Twitter. La de la ignorada Ley de costas y regulaciones varias que permiten recalificar espacios naturales protegidos porque turismo. Spain is different.
Explore el jardín de los Cárpatos es teatro documento postmo, reality TV y esperpento. Es el Mambo N. 5 de Mambo King, pero no de Lou Bega. Es un juego multidisciplinar en escena con un currazo de Patricia Albizu como escenógrafa, regidora y vestuario, Helena Bantulà como técnica de sonido y producción técnica y Maria Aponte al video y realización en directo. Porque todo lo que pasa en escena es la vida en directo y todo se magnifica. No hay telones, ni fundidos a negro mas que el que marca el final. Cromas, cortinillas de brilli-brilli de karaoke o de propuesta escénica de Eurovisión a cargo de Toñi Prieto.
José y sus hermanas, como buen work in progress que es, desglosa la ruta de turismo de masas que quiere seguir y tiene momentos brillantes como el talk show con sirena o la receta del gazpacho. El accidente de bicicleta es una pieza potente pero desubicada en esta verbena veraniega, al igual que el número musical de la Good Gryal. Fogonazos de genialidad, que tienen magia y ritmo, que saben a magia y ron. Yo me dejo llevar al embrujo de este son, la verdad.
Hay corazón (latino) en Explore el jardín de los Cárpatos, y según me consta por la opinión de mi compañero Fernando, hay una clara evolución en el concepto y el ensamblaje de este difícil puzzle que es captar todo el sinsentido de la idiosincrasia española. Aún jugando en su contra tanto el espacio como el número de público asistente, José y sus hermanas son un imprescindible de la creación actual.
Crítica realizada por Ismael Lomana