El Teatro Apolo de Barcelona presentaba ayer la primera de las 8 exclusivas funciones de Currents; el espectáculo con el que Mayumana celebra sus 26 años sobre las tablas. Ritmo, risas y unas ganas inmensas de saltar sobre la butaca resumen nuestra noche.
Currents es el espectáculo que reúne lo mejor y más aplaudido de la compañía Israelí. Un show con un ritmo trepidante que llega para recordarnos la verdadera esencia de Mayumana: pura danza y percusión.
Currents nos acerca los números que han hecho historia en los 26 años de trayectoria de la mítica formación. Una creación formada por los legendarios números de la compañía (acompañados de otros de nueva creación) que combinan la danza, la percusión, los efectos electrónicos y de iluminación, con la imagen multimedia.
En este espectáculo, Mayumana nos deja bien claro que son los que mejor llevan el ritmo. Y ¡qué ritmo! No hay momento para el descanso en una función que durante una hora y media es pura adrenalina. El hype se mantiene bien alto desde el primer minuto en el que los integrantes de la compañía (5 mujeres y 3 hombres) pisan el escenario acompañados de las míticas basuras con ruedas y la gran orquesta tubular. Un gran número de apertura que hace que sincronicemos nuestros biorritmos con los ritmos que se crean en escena. Un inicio perfecto que, si no fuera porque nos sostenemos en nuestras butacas, nos llevaría a acabar de pié bailando y vitoreando a la compañía. Un sentimiento que se mantiene durante toda la función y que hace que, a cada nuevo número, aplaudamos a rabiar pidiendo más.
Currents es pura energía. Un verdadero viaje de dos sectores enfrentados, ambos con estéticas artísticas diferentes, que muestran lo que parece una disputa dialogada con iluminación y sonido propios. El espectáculo combina una variedad de elementos, como los instrumentos musicales creados especialmente para el espectáculo, con música original y un videoarte sorprendente. Un espectáculo de luz y sonido que nada tiene que envidiar a los que podemos disfrutar en conciertos de grandes artistas. Mayumana vuelve a lo grande y no ha escatimado en recursos.
Puede parecer que ver a Mayumana en escena una única vez sería suficiente para entenderlos y que, a su vez, verlos por segunda vez no podría aportarnos una nueva visión. Nada más lejos de la realidad. Mayumana es una sorpresa constante y así lo demostraron anoche en las tablas del Teatre Apolo de Barcelona. Su fuerza en escena, su perfección, su juego constante con el público (no les costó mucho hacer que entráramos en su juego); en definitiva, su calidad impecable, hacen que caigamos rendidos a sus pies. ¡Larga vida a Mayumana!
Crítica realizada por Norman Marsà