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23.02.2022 Críticas  
Un match en toda regla

EnPlatea asiste a disfrutar de Like El MusicApp. El musical, que puede verse en el Teatro Alfil de Madrid, nos muestra el tipo de relaciones personales que encontramos en internet; donde todo es más impersonal y donde casi nadie tiene pelos en la lengua.

La generación que, a pesar de ser la primera en vivir las apps y redes sociales se siente cada día más fuera de onda, se ve reflejada en esta obra escrita y creada por Esteban Ciudad. Protagonizada por Pablo Puyol y Mara Jiménez, la obra cuenta con maravillosa colaboración de Antonio Esquivias, Luisa Gavasa, Carlos Latre, David Ordinas, Manuel Bohajar (Keunam), Jon Plazaola, Lara Palma, Itziar Castro, Pascu y Rodri (Destripando la historia) y Anton Lofer.

Un cuento que todos conocemos: una princesa cornuda resentida. Un príncipe friki en plena crisis vital. Ambos se instalan una app. Mienten. Chatean. Y el resto es historia. Bueno, quizás no todos lo conocemos, pero el público objetivo de este musical, los “elder millenials”, sí que lo conocen.

En realidad, Like el Musicapp es una evolución de Like, el Musical, una obra corta de 40 minutos del mismo autor y protagonizada por Francisco Pacheco y Toñina Regidor Paín. En la nueva versión, Pablo Puyol, actor, cantante, bailarín y cara reconocidísima para mi generación (¿quién no se enamoró un poquito de Pedro en Un Paso Adelante?) hace de “Él”, un friki tímido que no sabe entrarle a las chicas y que tiene a todos sus amigos preocupados por su escasa vida sexual. POr su parte, Mara Jiménez, también conocida como @croquetamente en Instagram, es cantante, actriz, creadora de contenido y divulgadora. Viral por sus vídeos titulados “Gente gorda haciendo cosas”, hace de “Ella”, una muchacha herida por el amor de su vida que ahora vive recluida haciendo galletas y ya está aburrida de masturbarse sola.

La puesta en escena es una apuesta por el buen humor. Es difícil no sentir como a uno se le contagia la sonrisa de Mara Jiménez o evitar reír con un Pablo Puyol que hace un soberano esfuerzo para maquillar su talento en el baile. Ambos tienen voces preciosas, pero curiosamente el punto fuerte del musical no es la técnica o la potencia vocal, sino el desparpajo y la química entre los dos; y es que pocas cosas llenan más un escenario que dos artistas divirtiéndose genuinamente con sus personajes. La música, también a cargo de Esteban Ciudad, se compone de canciones bailables con letras muy cómicas en un musical que, aunque joven de espíritu, definitivamente no es para toda la familia (para los millenials, un musical con dos rombos bien grandes).

El formato de la obra es novedoso, gran parte de la acción se desarrolla en los teléfonos móviles de los protagonistas, donde comparten escenario de forma virtual con una multitud de actores, youtubers e influencers que desembocan en situaciones desternillantes y muchas referencias generacionales. A fin de cuentas, una app de móvil es el vehículo de la trama y sirve como espectacular escenario secundario y elemento de participación de la audiencia, ya que durante la representación los asistentes al espectáculo pueden comunicarse entre ellos con la aplicación de “Like, el Musicapp” y, ¿quién sabe?, quizás encontrar el amor.

La obra nos deja muchísimas frases para repetir de camino a casa, la música en el cuerpo y un sentimiento de ligereza descarada, eclipsada solo por unos pocos momentos serios pero muy relevantes en los que se tocan temas como el ciber-bullying, el amor propio o el trauma de las rupturas.

Sin dudarlo, recomiendo esta obra, aunque con un aviso: no va a alimentar ningún ansía cultural, pero sí va a levantar el ánimo y alegrarle un poco la vida a cualquier espectador de en la frontera de los 30 en adelante con un contenido guarrete, romántico y empoderado.

Crítica realizada por Ariadna Ortega

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