Anoche, el Palau Sant Jordi de Barcelona abría de nuevo sus puertas a la música. Tras triunfar en el Wizink Center de Madrid la noche anterior, Bryan Adams regresaba a la capital catalana, de la mano de Doctor Music Concerts, con su nuevo tour So Happy It Hurts.
Con un retraso de 17 minutos, Bryan Adams tomaba posiciones bajo un video que lo catalogaba como el ángel salvador de la música rock. Un salvador de la música mala preparado para patear unos cuantos culos. Así, bajo un sonido potente y unas grandiosas luces rojas, Adams entonaba Kick Ass, una de las primeras canciones de presentación de su próximo álbum So Happy It Hurts que verá la luz el próximo 11 de marzo.
Encadenando este portentoso inicio, y bajo los gritos del ansioso público barcelonés, Les siguieron Can’t Stop This Thing We Started y Run to You. Canciones que todos nos sabemos al dedillo y que iniciaron la marcha del esperado tour. El permanecer sentado empezaba a ser complicado.
“¡Hola Barcelona!”, espetaba. “Bienvenidos al So Happy It Hurts tour”. El público, nervioso, aplaudió a rabiar. Tras unos segundos, él prosiguió: “Benvinguts!. Em dic Bryan i seré el vostre cantant aquesta nit. Aquesta cançó es diu Shine a Light”. El público gritó como nunca para agradecer el esfuerzo de hablar en catalán. Él empezó su canción mientras ellos encendían las linternas de sus teléfonos móviles para, por fin, dar la bienvenida al cantante canadiense a la ciudad condal. El concierto había empezado.
Tras este enérgico inicio, le siguieron dos éxitos indiscutibles que el público coreó con fuerza: Heaven (una de las canciones más esperadas y aclamadas de la noche) y Go Down Rockin’; donde el resto del público que estaba aun sentado, se levantó como si un resorte tuviera para disfrutar, aun más si cabe, del concierto que se nos venía encima.
Seguidamente, el canadiense presentó It’s Only Love; canción que originalmente interpretaba con Tina Turner. Tras un intento de crear tensión para ver aparecer a Tina en el escenario, esa noche, Tina no pudo estar con nosotros. Aun así, el guitarrista Keith Scott realizó una magnífica asistencia vocal al cantante que finalizó con un apoteósico riff de guitarra con giro volador incluido que nos dejó boquiabiertos.
La noche siguió con One Night Love Affair y la esperada Cloud Number 9, que el público no dudó en cantar casi completa con el cantante.
Visiblemente emocionado, Bryan Adams dio las gracias a todos por venir. «Este es el cuarto show de una gira que por fin podemos hacer en pandemia. Algo que creíamos impensable. Gracias por venir»; decía. Tras ello espetó: «Esta canción es para bailar». El estadio, casi por completo, levantó el culo de su asiento y, en su pequeño metro cuadrado, empezó a bailar el éxito You Belong to Me.
Tras esta mitad enérgica de concierto, Bryan cambió de tercio para interpretar algunas de sus baladas más conocidas. La primera de todas, no podía ser de otra manera, fue Have You Ever Really Loved a Woman?. En pantalla pudimos disfrutar del videoclip original de la canción donde nuestro Paco de Lucía aparecía tocando la guitarra. No faltó, al final de la canción, un recuerdo a este gran artista que nos dejó en 2014.
Tras ello, y en formato acústico, Bryan Adams nos interpreta un sentido Here I Am que nos deja al borde de la lágrima. Las palabras “It’s a new day, a new plan. I’ll be waiting for you. Here I am” resonaban en nuestras cabezas. Le siguieron When You’re Gone, también en formato acústico, y la querida (Everything I Do) I Do It for You; que el público reconoció al instante con un clásico «ohhhh». Himnos que el canadiense no podía dejar pasar en esta noche tan especial.
Tras este pequeño impás de medios tiempos, volvimos a la caña con un seguido de éxitos: Back to You, The Only Thing That Looks Good on Me Is You y un mix de dos de sus canciones más románticas I’m Ready y Please Forgive Me. Para rematar este tramo de concierto y dejarlo en el punto más álgido posible, sonaron las preciadas 18 til I Die y Summer of ’69. Si en ese momento aun había alguien sentado en sus localidades, ya era hora de que se levantara y saltara como nunca.
Llegó el momento de la noche en el que Bryan Adams volvió a agradecer la presencia de su público y, para ello, les solicitó algunos títulos de canciones que aun no hubiesen sonado. Como él dijo, «música a la carta». Las canciones que sonaron fueron The best of me (petición de Mauri), Take me back (petición de Luis) y Do I have to said the words? (petición del grupo de chicas de la primera fila). Junto a ellas, Adams decidió también obsequiarnos de dos éxitos rezumantes de energía para finalizar el concierto: Somebody y Cuts Like a Knife. El público no dudó en corear el final de la canción mientras Bryan pedía que lo hicieran más alto.
Tras acabar la canción, la banda se despidió pero el público pide más. No querían que abandonaran el recinto. No les iban a dejar marcharse tan rápido. Tras el ruido incesante que los pies de todo el público hacían pataleando las gradas del Palau Sant Jordi, la banda apareció de nuevo en escena para, ahora sí, encauzar el final del concierto.
El primer bis de la noche, So Happy It Hurts, llegó procedente del que será su nuevo álbum So Happy It Hurts. Primer single que nos devuelve al Adams rockero de sus inicios y, a su vez, nos presenta a su madre al final del videoclip. Seguidamente, la banda enlazó con otro de los nuevos temas, Never gonna rain. Estaba claro que Bryan Adams tenía ganas de que conociéramos y disfrutáramos de sus nuevos temas cuanto antes.
Tras ambas canciones, la banda al completo se despidió del público y dejó, solo ante el público, al cantante canadiense. «Sigo sin creerme que estoy aquí cantando con vosotros»; nos decía.
Tras ello, nos presentó en acústico una canción que compuso cuando tenía 18 años, Straight From the Heart; todos conocemos este himno y, obviamente, lo coreamos al completo. Por último, para finalizar esta noche, Adams volvió a cantar un trozo de Shine a Light con la intención que el público encendiera, por última vez, las linternas de sus teléfonos móviles. Como colofón, Bryan Adams interpretó el amado éxito que compuso junto a Rod Stewart y Sting: All for Love; dejando claro que esta noche mágica había sido todo amor.
Por fin la música vuelve a vibrar en el Palau Sant Jordi de Barcelona de la mano de Doctor Music Concerts. Nosotros no podíamos haber vuelto al recinto con un concierto más majestuoso que este. Gracias Bryan, esperamos volver a verte muy pronto.
Crónica realizada por Norman Marsà