El autor y director francés de gran éxito en su país, Alexis Michalik, aterriza en el Teatro Infanta Isabel de Madrid con la obra Una historia de amor. Un melodrama con pequeñas dosis de humor sobre la relación de pareja de dos mujeres en nuestro tiempo.
La obra, escrita y dirigida por la estrella francesa de la dramaturgia y ganador de diez premios Molière, Alexis Michalik, se atreve a resumir lo esencial de la vida, con sus riquezas y complejidades. No parece una tarea sencilla pero saliendo de la pluma de uno de los autores más prestigiosos del país vecino y, a su vez, estando protagonizada por grandes actores y actrices como son Félix Gómez o Nacho López (en alternancia), Loreto Mauleón, Aura Garrido o Silma López (en alternancia también), Almudena Cid y Alba Bersarbé; la obra se antoja, como poco, interesante. Sobre todo en la actualidad, un momento histórico en el que merece la pena defender el valor de la cultura como bien esencial para una sociedad fatigada y extenuada por la pandemia.
Así se nos describe Una historia de amor: Katia e Inés se enamoran, es un amor de cuento de hadas. Inés quiere tener un hijo. Katia, a la que la vida le ha hecho demasiado daño finalmente acepta que ambas prueben la inseminación artificial. Katia se queda embarazada, pero unos días antes del nacimiento de su hija, Inés desaparece… Y hasta aquí puedo contar porque lo demás debe ser descubierto por los espectadores y espectadoras en el ejercicio de abandonar el pensamiento propio para meditar y sentir como lo hacen los personajes de la obra. Alexis Michalik toma aspectos cotidianos alejados de la risa y los combina con la comedia, todo salpicado con fuertes dosis de emoción y humanidad. De pronto, el autor hace que los ojos se nos humedezcan y, a los pocos minutos, nos dibuja una sonrisa en el rostro aunque sea con el corazón encogido. Personajes completamente diferentes entre sí cuyos encuentros y desencuentros funcionan, como la vida misma, para dotar de frescura y dinamismo a este montaje.
Aquí radica uno de los puntos fuertes de Una historia de amor: el ritmo. Mientras nos acabamos de acomodar en las butacas, en el escenario hay cinco micrófonos de pie colocados a la altura del elenco que está a punto de aparecer para cantarnos una canción francesa en español: ‘Y por tanto’ de Charlez Aznavour. Una canción que nos atrapa desde el inicio y que da pie a este montaje tremendamente dinámico donde los tiempos están perfectamente medidos, dotando a cada escena de la intensidad y duración precisas gracias, en parte, a la veracidad que es capaz de transmitir el elenco.
En el papel de Inés tenemos en alternancia a Aura Garrido y Silma López, que fue a la que pudimos ver en el pase del pasado domingo. La actriz nos regala un personaje con facetas muy variadas, que nos desconcierta por momentos pero que, al final, nos conmueve notablemente. La energía que transmite Silma sobre las tablas nos permite apreciar y destacar su talento y versatilidad que marida a la perfección con las escenas que van teniendo lugar durante los noventa minutos que dura la función. En el papel de Katia tenemos a Loreto Mauleón quien nos cautiva con una asombrosa actuación y nos atrapa con sus palabras cargadas de emoción con las que busca conectar con un público totalmente entregado que percibe su fabulosa vocalización y con sus acertados gestos. Por otro lado, Félix Gómez no se queda atrás, quizá le cueste algo más arrancar pero, una vez que pone en marcha el motor actoral, no hay quien le pare y se mueve como pez en el agua a pesar de dar vida a un personaje complicado por sus vaivenes emocionales. Los tres son la columna vertebral de Una historia de amor, demostrando grandes dosis de naturalidad y atrapándonos en todo momento. Sigo con Almudena Cid, su tirón comercial es innegable y en gran medida puede llegar a suponer un reclamo para la venta de entradas pero, de la misma manera, debemos reconocer que nos cautiva desde que sale a escena con el envolvente movimiento de su cuerpo y sin apenas mediar palabra. Por último, la hija de la protagonista, interpretada por Alba Bersabé, nos presenta una actuación bastante convincente. Todos desprenden mucha química y conectan sobre el escenario desde un primer momento haciendo que la historia vaya encajando a medida que transcurre el tiempo.
La escenografía – a cargo de Juliette Azzopardi– es sencilla. Mobiliario variado que es movido por los propios actores y dos técnicos, pero eficaz para trasladarnos de un lugar a otro y de una emoción a su opuesta sin la necesidad de grandes despliegues que nos distraigan de lo verdaderamente importante. La iluminación – de la mano de Arnaud Jung– cumple perfectamente su función dotando de potencia y fuerza cada movimiento escénico. Y es que todo fluye para que el publico este inmerso y se implique en este conmovedor montaje.
En definitiva, Una historia de amor es una función para compartir alegrías y penas con los protagonistas y para disfrutar de un maravilloso elenco que da vida a esta sencilla obra que puede suponer un gran entretenimiento.
Crítica realizada por Patricia Moreno