El grupo a capella Melomans presenta en el teatro Nuevo Alcalá de Madrid el espectáculo Se canta pero no se toca!. Un seguido de canciones mezclado con gags cómicos que hacen que la noche pase de aburrida al disfrute en un entorno musical joven y dinámico.
Melomans es un grupo de comedia musical compuesto por Edu Escartí, Gonzalo Manglano, Pau Ferrer y Javi Reig inspirado en los míticos Les Luthiers. Estos cuatro jóvenes, presentan en Madrid un espectáculo escrito por Rafa Alarcón y dirigido por Víctor Lucas que nos muestra la odisea que fue presentar su primer disco. Con una intro inteligente y divertidísima, aunque se va perdiendo un poco el hilo conductor a medida que avanza el espectáculo, las risas no faltan en la hora y media de show que estos cuatro artistas Valencianos nos acercan a la capital.
Con un a capella limpio y potente, Melomans interpreta clásicos, canciones originales y “micro-canciones” (un nuevo género inventado por ellos) de una forma exquisita. Hay que decir que si conoces a Les Luthiers reconocerás muchas de las bromas que presentan en escena. Pero lo mejor del show, con diferencia, son las canciones originales del cuarteto valenciano. Sin desmerecer las increíbles versiones de clásicos de Disney, Lady Gaga o Nino Bravo, que se mejoran y se convierten en comedia con el lenguaje físico de los artistas; sus temas originales hacen que el espectáculo crezca en interés hacia un público ávido de disfrute.
Como decimos, Melomans hace comedia musical de la buena. Juegos de palabras, bromas que vuelven al final del espectáculo y chascarrillos inesperados. Todos los artistas son de nivel, contando con voces armónicas y educadas, pero entre sus filas destaca un genio de la comedia, Javi Reig, que acierta cada vez que abre la boca. Sus chascarrilos deleitan a un público que desencaja su mandíbula cada vez que articula palabra. Todo un descubrimiento.
Entre los números musicales, destacar la “canción sensible” elegida por Pau. Esta marca la mitad del espectáculo y es una acrobacia vocal que hace saltar las lágrimas de emoción y refresca los sentimientos para la segunda parte del espectáculo. Todo acompañado de la iluminación a cargo de Ximo Rojo que da solemnidad y respeto a una historia conmovedora.
A día de hoy, recordando el espectáculo, debo destacar tres números que marcaron mi visita al teatro: la introducción, la canción de mitad de espectáculo y la transformación final de Javi. Los momentos intermedios carecen de hilo argumental dentro del espectáculo y, en ocasiones, parecen ideados como relleno. Por otro lado, destacar que alguno de los números están basados en originales de Les Luthiers. Esto no desmerece los gags presentados, que son hilarantes y memorables (cabe repetir la genialidad de las “micro-canciones”). Pero puede que una historia completa de principio a fin hubiese dado más valor a un espectáculo ya de por sí bueno de base. Por hilar fino diría también que, aunque se entiende que las versiones de canciones conocidas ayudan a que el público participe y cante con los artistas, el punto fuerte de un grupo de comedia musical debería ser siempre la promoción de sus propias canciones. Que les conozcan. Que les recuerden por sus originales. Algo que echo en falta en esta función.
Los “losers” Edu, Gonzalo, Pau y Reig tienen un encanto y una gracia que ya de por sí vale la pena disfrutar y, encima, llenan la sala con unas voces increíbles. Se canta pero no se toca es un espectáculo recomendado para aquellos amantes de la comedia y de la música popular que quieren reírse de la vida a través de la visión juvenil de cuatro «xiquets» que tienen de todo menos vergüenza.
Crítica realizada por Ariadna Ortega