El Teatre Condal de Barcelona presenta durante 5 únicas semanas la comedia Escape Room; una obra dirigida por Joel Joan y Hèctor Claramunt y interpretada magistralmente por Roger Coma, Paula Vives, Biel Duran y Miriam Tortosa.
Dos parejas de amigos de toda la vida quedan por hacer un Escape Room en el barrio de Hostafrancs de Barcelona, donde recientemente se ha encontrado, en un contenedor, el cadáver de un hombre descuartizado… Los cuatro amigos creen que les espera un juego divertido para pasar el rato, poner a prueba su inteligencia y reír un poquito. Pero en cuanto la puerta de la habitación se cierra herméticamente detrás y comienza la cuenta atrás, comienzan a pasar cosas extrañas. Salir de ese escape room no será nada fácil, y el juego se convertirá en un infierno que pondrá a prueba su amistad hasta límites insospechados.
Escape Room es un espectáculo que, temporada tras temporada, sigue manteniendo su frescura jugando con el público mientras habla de la actualidad socio-política. Una obra cercana que divierte y sorprende de principio a fin. Por ello, el Teatre Condal vuelve a programar un año después esta comedia que no para de girar y de acumular éxitos hasta el punto de que también se esté representando en el Teatro Fígaro de Madrid con otro reparto.
Las salas de Escape Room sufrieron estos últimos años una gran proliferación que las convirtió en un fenómeno social sin precedentes. La mayoría de la población ha entrado en alguna de ellas y, raro es que paseando por tu ciudad no encuentres alguna cerca.
La obra que nos ocupa presenta a un grupo de cuatro personas que se aventuran a entrar en una de estas salas bajo la excusa de encontrarse con unos amigos y hacer algo diferente. Esta, no tan acertada decisión, les hará abordar temas como las relaciones de pareja, la confianza y los conflictos personales, políticos e ideológicos de cada uno. La sala en sí no les ayudará a tratar estos temas de una forma calmada puesto que una Escape Room basada en en el tema que se nos expone no es algo que traiga buenas vibraciones. El contraste con la realidad política y los distintos posicionamientos de cada uno de los personajes presenta una trama que se prevé complicada para todos y cada uno de los personajes.
En Escape Room, sus directores Joel Joan y Hèctor Claramunt, combinan la autoparodia (genero en el que se sienten muy cómodos) con el thriller y el género de terror de una forma muy precisa. Una mezcla que funciona muy bien y que crea momentos divertidos sobre las tablas. Durante toda la función podemos ver discusiones que tratan los temas anteriormente mencionados. Todos ellos tienen cabida en sus conversaciones mientras, desesperados, tratan de salir del Escape Room antes que el tiempo se consuma creando situaciones delirantes. Como público, nos sentimos identificados por cada uno de los personajes, ya que, independientemente de nuestro punto de vista personal sobre los temas tratados, estas conversaciones son las que hemos tenido que soportar durante años. Una muy buena idea por parte de los directores para atraparnos aun más en la historia. ¡Bravo!
Por su parte, Roger Coma, Paula Vives, Biel Duran y Miriam Tortosa nos presentan unos personajes magnéticos y definidos. Nos podemos reconocer en su acciones, podemos reconocer también a varios de nuestros amigos y familiares. Los cuatro controlan magistralmente el genero teatral de la comedia, variando el ritmo y adecuando el texto a los diferentes giros que ofrece la historia. Muy efectivos los silencios incómodos que se pagan en las caras de los personajes. La química que muestran sobre las tablas es creíble y esto ayuda aun más a que el público no dude de lo que está viendo. Mención especial a la colaboración de Ferran Carvajal como guía del juego, quien se mete al público en el bolsillo hacia la mitad de la función.
Si nos fijamos en la parte técnica, hay que hablar de la escenografía de Joan Sabaté cuya precisión es impecable; haciéndonos creer que estamos dentro de una de estas salas tan valoradas por la población. Toda ella está llena de detalles. Junto a la iluminación de Ignasi Camprodón y el sonido de Albert Manera nos presentan un espacio creado al milímetro para que todo fluya con verosimilitud.
En conclusión, Escape Room es una producto muy bien cohesionado e ideado para disfrutar de una tarde/noche riendo. Una creación que sorprende y te atrapa bajo un ritmo teatral trepidante que no te permite pensar; solo dejarte llevar y gozar.
Crítica realizada por Norman Marsà