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18.01.2022 Críticas  
Un viaje entrañable y directo al corazón

El pasado fin de semana, la Franz Schubert Filharmonia presentó en el Palau de la música catalana de Barcelona un concierto basado en las mejores bandas sonoras originales de Disney. Marc Timón, batuta en mano, nos llevó de vuelta al maravilloso mundo fantástico con el que todos soñabamos de niños.

Con ya casi 40 años, puedo decir que he disfrutado (y disfrutaré) toda mi vida de las películas que Walt Disney exporta mundialmente. Atrás queda la primera que recuerdo haber disfrutado en el cine: Aladdin. Esta película me atrapó tanto que, a día de hoy, aun soy capaz de decir varios de sus diálogos de corrillo. Y, cómo no, cantar la totalidad de sus canciones.

Ahora, años más tarde, me alegra comprobar que las películas Disney han cambiado su visión de la sociedad y que han evolucionado con ella. Solo hay que revisar las temáticas que las rodean y darse cuenta que son muy diferentes a sus predecesoras. Pasamos de tener a una Blancanieves asustadiza y falta de una figura masculina para poder alcanzar su felicidad, a tener a Elsa y Ana, dos jóvenes reinas que luchan por lo que quieren sin dejar que nada ni nadie las pise. El mundo ha cambiado (a mejor) y, como no, las películas Disney han acompañando a esta necesaria revolución.

Aun así, los cuarentones como yo seguimos tenido nostalgia por las películas que disfrutamos de pequeños y, obviamente, trasladamos ese amor a nuestros niños. Por ello, el pasado sábado 15 de enero, decidí acudir al concierto que la Franz Schubert Filharmonia presentaba en el Palau de la música catalana de Barcelona. El Palau estaba plagado de jóvenes, abuelos, parejas… pero, sobretodo, estaba lleno de familias con niños. ¡Cómo no van a haber niños en un concierto Disney! No seria lógico, ¿verdad?

Cierto es que la mayoría de nosotros llevamos a nuestros pequeños a que disfrutaran de un concierto donde la música de sus películas favoritas era la protagonista. Pero, sinceramente, revisando las caras de felicidad entre el público, esa era la excusa perfecta para que nosotros, los adultos, disfrutáramos de las partituras de las canciones que antaño nos hicieron felices.

Efectivamente, disfrutamos de los últimos éxitos procedentes de películas como Frozen, Coco, Vaiana, Tangled, Brave o Toy Story… canciones que todos los niños y niñas reconocieron en sus primeras notas. Pero los adultos disfrutamos de temas de las películas que marcaron nuestra época, como son The Lion King, The Beauty and the Beast, Anastasia, Pocahontas, Aladdin o The Little Mermaid. Todos ellos en voces de cuatro grandes interpretes, Nerea Rodríguez, Berta Gratacòs, Alex Dee y Germán de la Riva, quienes interpretaron dichos éxitos en diferentes idiomas (Inglés, Castellano y Catalán). Un gran acierto por parte de la Franz Schubert Filharmonia poder disfrutar de las versiones originales de algunas de las canciones que esa tarde sonaron y, efectivamente, mostrar también alguna de ellas traducida a los idiomas que, niños y adultos, comprendemos a la perfección.

Inicialmente, Judith Tobella, principal soprano en Disney In Concert, y Manu Pilas, la voz tenor del ‘Bella Ciao‘ de La Casa de Papel, iban a participar en el concierto formando parte de las cuatro voces protagonistas. Pero, por razones médicas, tuvieron que ceder su posición a Berta Gratacòs y Alex Dee; quienes tuvieron que aprenderse las partituras de las canciones en una sola noche. Aunque los nervios afectaron el inicio del concierto, rápidamente ambos artistas recuperaron la seguridad escénica para, con sus compañeros, acercar al público un concierto mágico. El aprenderse un concierto completo en una noche es una labor que hay que destacar y aplaudir.

Sin animo de extenderme, me gustaría destacar también las interpretaciones de las bandas sonoras de Fantasía, Star Wars, Indiana Jones cuya interpretación fue impecable, cuidadas y rozando la absoluta perfección.
Por último, dar crédito al estreno absoluto de Mickeymousing, compuesta por el mismo director Marc Timón, quien nos dejó con ganas de llegar a casa, encender Disney+ y disfrutar de nuevo de los clásicos de Mickey Mouse y sus amigos que tanto nos hacían reír. La tarde no podría haber sido más mágica.

Aunque el concierto nos acercó algunas de las mejores canciones de Disney, muchas otras quedaron en la cartera de partituras. Esperemos que la Franz Schubert Filharmonia se anime a programar una segunda parte de un viaje entrañable y directo al corazón. Vayamos proponiendo canciones: yo empiezo con El jorobado de Notre Dame.

Crítica realizada por Norman Marsà

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