EnPlatea asiste al ensayo general de La Gran Cenobia en la Sala Tirso de Molina del Teatro de la Comedia de Madrid. El clásico de Calderón de la Barca, interpretado por la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), puede verse del 13 de enero al 6 de marzo de 2022 bajo la dirección de David Boceta y con una versión de Luis Sorolla.
Cenobia (variante gráfica del original Zenobia) es un personaje de leyenda, reina de Palmira que desafió al Imperio Romano y ganó muchas batallas contra el Imperio Romano. En la obra de Calderón, escrita en el siglo XVII, nos presenta a una reina altiva, segura en su trono, rodeada por peligros y traiciones que quiere ganar la guerra y escribir su Historia del Oriente, un Emperador Aureliano desquiciado y obsesionado con la victoria y un general Decio caval, de conciencia clara, que se enamora de Cenobia y tiene que tomar decisiones arriesgadas. Tras estos tres personajes principales tenemos a los traidores Irene y Libio, al oráculo Astrea, a los soldados romanos y a la guarda Clotilda quien, en la obra original, no tiene diálogo.
Esta adaptación de la obra va de Cenobia (Isabel Rodes), de la verdad, o lo que cada uno concibe que es su verdad. ¿Porqué querría Cenobia escribir un libro en medio de una guerra? ¿Para qué serviría una vez los siglos pasasen y su historia se convirtiese en poco más que leyendas? Esta obra también va de Aureliano y Decio y de una suerte que sube mucho y baja rápido, de aceptar los vaivenes del destino y de la corrupción que da el poder.
Luis Sorolla nos presenta una versión rebelde, violenta y literalmente rock’n’roll de La Gran Cenobia, con música en vivo y efectos visuales impresionantes proyectados sobre el escenario en las que las arengas se convierten en propaganda televisada y los “hierros” son balas y no espadas. Al texto original añade líneas no versadas de las bocas de Astrea, Clotilda y, en la apoteosis final, en boca de Cenobia, momento en el que Isabel Rodes brilla.
Entre el espectáculo audiovisual que pone la piel de gallina destaca la actriz Irene Serrano, quien interpreta al oráculo Astrea, pero también a la narradora y a la voz moderna de esta obra, dejando claro lo atemporal de los mensajes de Calderón. Irene toma el escenario por la fuerza y con voz clara y dicción perfecta secuestra nuestra atención desde el primer momento de la obra. También la gran Isabel Rodes y Mikel Arostegui, Decio, nos regalan actuaciones espectaculares entre un reparto de actores de calibre que dejan una sala aplaudiendo de pie.
No se puede olvidar al equipo artístico formado por Almudena Bautista (escenografía), Víctor Longás (iluminación), Paola de Diego (vestuario), Edu Cárcamo (coreografía), Antonio de Cos (dirección musical, música original y espacio sonoro), Álvaro Luna (videoescena) y Alejandro Saá (asesor de verso) ya que gran parte de la fuerza y la innovación de esta obra reside en los elementos audiovisuales, elementos escenográficos, la música y los violentos enfrentamientos.
Al final del día, es muy arriesgado reinventar un clásico e intentar abarcar en una sola obra voces del siglo II para hacerlas relevantes no hoy sino en un entorno casi futurista y el tándem de Luis Sorolla y David Boceta lo consigue.
Crítica realizada por Ariadna Ortega
