Fama El Musical ha vuelto al Teatre Apolo de Barcelona tras 17 años (2004) de su anterior puesta en escena. El musical, que nos presenta un montaje espectacular, nos deja con la boca abierta en más de una ocasión. «Recuerda su nombre», es Fama.
El Teatre Apolo de Barcelona nos presenta una historia inmortal. Una historia que todos conocemos (ya sea mediante la película, la serie o el musical). La producción, a cargo de Veniu Fama, recupera este título inconfundible concebido y desarrollado por David De Silva, ahora conocido cariñosamente en el planeta como «Father Fame”. Fama es un espectáculo atemporal e universal cuya producción ha recorrido cuatro continentes, 28 países y ha sido traducida a diferentes lenguas.
¡Bienvenidos a la nueva y espectacular promoción 1980-2021 de Fama El Musical!
Un grupo de jóvenes enérgicos, virtuosos, vibrantes, cargados de sueños, reciben la noticia de haber sido admitidos en el último y nuevo curso de la calle 46, en la famosa Escuela Superior de Artes Escénicas de Nueva York. Da inicio un nuevo curso.
Fama El musical explora los desafíos a los que se enfrentan la juventud y los presenta con un enfoque nítido: los miedos, los triunfos, los prejuicios, el esfuerzo, la perseverancia, problemas de identidad, confianza, cultura, sexualidad y drogas, mientras los jóvenes artistas navegan por los mundos de la música, el teatro y la danza. Temas y sentimientos nada alejados de nuestras propias vivencias y que podríamos extrapolar, fácilmente, a nuestra carrera profesional.
Junto a este nuevo curso, un sueño a alcanzar. Una mirada plasmada en ser el mejor de la categoría, ganar premios, ser conocido, llegar a la fama. Pero la fama cuesta y, para ello, deberán empezar a pagar en la escuela donde sin esfuerzo y sin sacrificio, no se llega a nada.
Si hay algo que destacar en la producción que nos ocupa, es el talento. Coco Comín se resarce del fallido Moustache para presentar un musical en el que nos deja con la boca abierta. Con el baile, lo más memorable del espectáculo, Comín ha puesto todos los calentadores apunto para demostrar el nivel artístico que hay en nuestro país. Señoras y señores, esto es Fama y no podía ser fácil. Aquí hay que sudar.
Solo subir el telón, el espectáculo muestra al público el alto nivel de exigencia en danza que se necesita para participar en él y, sin duda, lo supera muy al alza. Lo que podemos disfrutar en escena es pura genialidad y la preparación de los bailarines es un hecho irrefutable. Las coreografías grupales son tan impactantes que no dejas de aplaudir en la butaca cada vez que finaliza una de las canciones. El nivel de danza requerido es alto pero aun más alto es el nivel de exigencia para llevar a cabo la función en la que deben acabar derrotados. Pensar en los días de doblete ya crea vértigo. Bravo por Coco Comín y su equipo pero, sobretodo, bravo (¡bravísimo!) por el equipo de bailarines (Edna Patxot, María Torrescusa, Alex Herrador, Saúl Higueras, David Valls, Iñaki Sáez y Jordi García Ramón) que cada noche se dejan el aliento en escena.
En el plano actoral, subrayar que la tarde que acudí pude disfrutar de la actuación de varios covers de los personajes principales. Entre ellos, destacar el trabajo de Carmen Prados (interpretando a Carmen Díaz). Ella, dueña de la escena, nos presenta un personaje duro por fuera pero destrozado e inseguro por dentro. Ya no solo es hacer hincapié en su fantástico trabajo vocal y de baile, sino que la externalización que consigue de los sentimientos internos del personaje hacia el público es tal que todos, sin excepción, sufrimos con ella.
Por su parte, Oscar Gabriel nos presenta a un Tyrone Jackson (el Leroy que todos recordamos) chulesco, irrespetuoso y sufridor. Su personaje no externaliza sus sentimientos (ni lleva mallas). Solo con la ayuda de Iris Kelly (interpretada por Morena Visci), quien lo entiende a la perfección, conseguirá abrirse un poco al mundo exterior y disfrutar con su arte.
En algunos momentos, Oscar nos presenta un personaje demasiado duro y cerrado. Puede que fueran los nervios de su estreno, ya que creo que era el primer día que abordaba el personaje en escena, pero sí supo transmitir esa oscuridad de Tyrone que parece recordarnos constantemente que esconde algo. Como bailarín es ejemplar pero vocalmente necesita un poco más de seguridad. Por su parte, Morena Visci nos presenta una Iris Kelly correcta y perfecta en danza clásica. Justo lo que esperamos del personaje que trata de modelar a Tyrone.
Dentro del elenco de alumnos, me gustaría remarcar también el trabajo de cuatro actores/actrices más que hacen que el musical rebose calidad: Andrea Malagón como Mabel Washington, Dianne Jacobs como Serena Katz, Pablo Raya como Joe Vegas y Dídac Flores Rovira como Schlomo Metzembaum.
Malagón y Raya son los encargados de llevar acabo los atrayentes papeles cómicos. Nos reímos mucho con Mabel y, en ocasiones, nos llevamos las manos a la cabeza con Joe. Ambos personajes son un caramelo con el que jugar y ellos saben cómo sacarles el jugo necesario. Por su parte, Jacobs y Flores nos presentan a dos personajes más serios pero con alto recorrido en escena. Ellos son los personajes que hacen avanzar la historia. Sus voces, perfectas, y sus actuaciones, realistas, hacen que sigamos un hilo argumental sencillo donde priman las coreografías bajo una escasa dramaturgia. Pero hay que ser realistas, esto es Fama, y aquí, lo que brilla es el baile.
En base al elenco, recalcar también el espléndido trabajo realizado por el plantel del profesorado interpretado mágicamente por Betty Akna como la Señorita Sherman, Queralt Albinyana como la Señorita Bell, Bernat Mestre como el Señor Myers y Miquel Malirach como el Señor Sheinkopf. Interpretaciones puras y realistas que ayudan aun más a avanzar la historia. Sus personajes no tienen recorrido argumental, pero son los instigadores que ayudan a avanzar las historias personales de los alumnos.
Por último, en la parte técnica quisiera destacar el extenso vestuario diseñado por Juan Ortega y Coco Comin, la sencilla y funcional escenografía creada por Espacio Odeón, la impactante iluminación de Pato Bessia y el perfecto diseño de espacio sonoro de Alejandro Muñoz y Manuel Coello.
Fama es un musical que todos los que nacimos en los 70’s / 80’s tenemos anclado en la cabeza. La melodía de la canción principal nos hace saltar de la silla o cantar a pleno pulmón en el coche. No se puede evitar. Esta vez, Coco Comín ha acertado presentando un musical que hace justicia al trabajo dedicado y que nos transporta a esa época. Y, señoras y señores, el baile es fascinante. Y esto, sin duda alguna, es Fama.
Crítica realizada por Norman Marsà