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28.10.2021 Críticas  
Uno más uno

La Sala Cuarta Pared de Madrid acogió esta semana el estreno de Pas de Deux, la unión de performance y danza protagonizada por Miss Beige y Chevi Muraday, que tuvo lugar como parte de la programación de la VIII Muestra de Creación Escénica Surge Madrid.

Una combinación de dos platos fuertes. La artista que en los últimos meses ha conseguido que muchos nos familiaricemos con la disciplina de la performance gracias a sus perfiles en redes sociales, principalmente a través de sus stories en Instagram. Y quien lleva más de dos décadas demostrando que la danza es un lenguaje compatible con cualquier otra manifestación escénica. La expectación este martes en la Sala Cuarta Pared era máxima. Allí acudieron periodistas, galeristas, artistas y políticos con ganas de sentirse a la última, de demostrar que son modernos y hasta de tomar nota de por dónde van las nuevas corrientes de lo teatral.

Pas de Deux es un espectáculo de 50 minutos en el que Chevi Muraday y Miss Biege se atienen a lo que ya conocemos de ellos. Muchos ya le hemos visto a él sobre un escenario en cantidad de ocasiones. A ella, en cambio, la mayoría la hemos conocido bien sobre un pódium en una galería de arte, bien sorprendiendo a vecinos y viandantes en sus actuaciones por las calles y plazas de diferentes pueblos. La pregunta antes de comenzar era qué conseguirían juntos, en qué medida lo suyo sería unión y cuánto de nuevo o innovador habría en su propuesta.

Cada uno despliega su lenguaje, dejando claro que lo dominan y que en su propuesta conjunta han buscado la manera de confluir. Ella se deja coreografiar y él acepta intervenir en su juego. Miss Beige se atiene al hecho de actuar, algo que no deja de hacer nunca con su expresión, lenguaje corporal y vestuario. Chevi Muraday se convierte en el elemento necesario para que la reina del antiselfie despliegue toda su acidez e ironía bajo los focos de Oscar Sainz.

Quizás sea una cuestión de expectativas, pero la impresión es que la mayor parte de los espectadores esperábamos un mayor protagonismo y despliegue de Miss Beige, y los que nos encontramos fue una adaptación al escenario de las actuaciones que le hemos visto protagonizar en la pantalla de nuestro móvil (las cáscaras de pipas, la pierna de bailarina…). Lo mejor sin duda alguna fue cuando rompió la cuarta pared e interactuó con el público.

El trabajo de Chevi Muraday parecía concebido para apoyar y complementar ese trabajo. Las interactuaciones entre los dos buscaban el mimo y el clown, conseguía el divertimento del absurdo cuando suena Franco Battiato, pero más allá de estos destellos no bastaba para hacerlo crecer y al no tener otro cometido, se queda en el punto previo a desplegar todo su potencial comunicativo y expresivo. Pas de Deux no es una suma de dos, pero tiene algo que podría hacer que llegara a serlo, cuestión de seguir experimentando.

Crítica realizada por Lucas Ferreira

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