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25.10.2021 Críticas  
Adela ha muerto virgen

Ópera de Tenerife arranca su temporada con La Casa de Bernarda Alba. La obra homónima de García Lorca llega al Auditorio de Tenerife de la mano de Miguel Ortega y con libreto de Julio Ramos. Este clásico de la literatura española se centra en la tiranía y opresión que ejerce Bernarda sobre sus cinco hijas.

Al quedar viuda, Bernarda lleva más allá de lo razonable las normas sobre el luto, imponiendo para la casa ocho años de reclusión. Pero con la aparición de Pepe el Romano se desencadena el conflicto, ya que, aunque está dispuesto a casarse con Angustias, la mayor de todas, mantiene simultáneamente una relación secreta con Adela, la rebelde hermana menor.

Lorca ambientó la historia en un momento contemporáneo, haciendo una reflexión crítica sobre las costumbres de la época y mostrando a cada personaje como un reflejo de la opresión propia del tiempo con cada uno de los diferentes puntos de vista y estratos sociales que vivían contrapuestos.

En su composición, Ortega ha querido mantener latente el mismo espíritu del autor. Es por ello que en su obra ha utilizado mucho los leitmotivs, tanto para acompañar a algunos de los personajes de modo individual, como también para destacar las emociones que emanan de algunos de ellos y de los momentos álgidos de la trama, mezclando a la vez diferentes estilos musicales. Siendo consecuente con el estilo neoverista que él mismo admite tener, Ortega ha plasmado en sus notas el sufrimiento y las pasiones que recorren la historia, otorgando a dichas emociones colorido propio. No obstante y quizás para los más puristas, podría parecer que en cada movimiento de la obra hay un cierto abuso de los efectos sonoros, pero para los amantes de dichos instrumentos, ese aspecto añade más riqueza a la obra. Él mismo estuvo al cargo de la dirección musical, con gran destreza y control de los movimientos, manteniendo todo el tiempo la atención para dirigir a la Sinfónica de Tenerife, magnífica como siempre, en los diferentes estilos que formaban parte de su composición.

En la escenografía encontramos otra genialidad de Silvia Paoli. Lo que a simple vista podría parecer un escenario simplista y tosco, es en realidad un fiel y atemporal reflejo de lo que nos quería transmitir Lorca sobre el papel. Y es que diseñar ese desierto rocoso era la mejor forma de mostrarnos un ambiente árido, frío, desierto y vacío de sentimientos nobles, al igual que el ambiente que regía en aquella casa.

Con gran personalidad y presencia defendió el rol de Bernarda la mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera. No es fácil poner voz a un personaje tan complejo y lleno de matices, pero a pesar de la dificultad, estuvo magnífica al mostrarnos gran voz y sus buenas dotes interpretativas. El barítono Luis Cansino repetía en el Auditorio después de su éxito con Rigoletto. Volvió a deleitarnos con su hermosa voz y su versatilidad interpretando a Poncia, la sirvienta.

Carmen Acosta, en el papel de Adela , defendió el rol de forma más que correcta, teniendo en cuenta los diferentes estados emocionales por los que pasa el personaje. Melody Louledjian interpretó a Angustias con gran efectividad al saber plasmar con su voz melódica las emociones profundas de pesadumbre y preocupación que atormentan a la mayor de las hermanas. Magnífica estuvo también Beatriz Lanza, quien, dotada de una gran voz, transmitió de forma solvente el sufrimiento del amor no correspondido y sin esperanza.

Merece mención especial el papel hablado de la abuela María José. La decisión más que acertada de que el personaje hablara en vez de cantar fue para añadir más fuerza dramática. Esto se realizó con gran talento y por momentos con gran sensibilidad por la actriz canaria Marga Arnau.

Al final del último acto, cuando se desató el drama y los personajes se fusionaron con las rocas del escenario en un llanto desconsolado, el aplauso unánime y sentido del público acompañó a estas mujeres en su desgracia, con la promesa solemne de guardar el secreto y asentir cuando Bernarda decía que Adela había muerto virgen.

Crítica realizada por Celia García

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