El Teatro Español de Madrid acoge la obra La señorita Doña Margarita, una crítica a la enseñanza reaccionaria dirigida por el actor y director Juan Margallo y protagonizada por la exitosa Petra Martínez.
La obra, escrita originalmente por el dramaturgo brasileño Roberto Athayde, es una fabulosa denuncia a la educación conservadora y una crítica necesaria que se sirve en clave de humor para hacernos reflexionar sobre cómo se transmiten los valores caducos a los niños y a las niñas.
Nada más entrar a la sala Margarita Xirgu del teatro perteneciente al ayuntamiento de la capital, mientras todos los asistentes nos acomodamos en las butacas, podemos saborear la cercanía e intimidad que propicia el lugar gracias a su reducido tamaño. Ello permite al público introducirse rápidamente en la historia y apreciar bien de cerca el trabajo interpretativo de Petra Martínez.
La protagonista de La señorita Doña Margarita es una maestra que lleva más de treinta años dedicándose a su profesión, guiando a sus alumnos en el tránsito de la infancia a la vida adulta y trasladando su infelicidad y sus complejos a los demás. Ella, se presenta dispuesta a preparar, desde el autoritarismo, a sus discípulos que son los espectadores y espectadoras presentes en el patio de butacas. Una manera muy original de hacer partícipe al público de una historia que nos hace reflexionar sobre esta manera de ejercer control mediante las aulas. En esta ocasión, se crea la impresión de reflexionar conjuntamente porque La señorita Doña Margarita propicia una cercanía muy lograda gracias a la constante ruptura de la cuarta pared. Petra Martínez dialoga con los asistentes para generar espontaneidad y dotar de frescura a esta obra que logra crear un vínculo precioso de principio a fin.
La actriz española nos da una verdadera lección interpretativa y realiza un auténtico recital actoral evidenciando que sabe sacar el máximo partido a su talento, vis cómica y a su fabulosa presencia escénica que llena todo el espacio. Cómo se mueve, de qué manera se hace con la historia y cómo implica al público que se rinde ante una actuación inolvidable. Qué regalo y qué maravilla haber podido disfrutar en este montaje de la presencia de una de nuestras grandes actrices.
Otro de los aciertos de la obra es la escenografía de Alessio Meloni, quien apuesta por la sobriedad trasladándonos directamente al interior del aula sin la necesidad de grandes despliegues que nos distraigan de lo verdaderamente importante. Un escritorio y su respectiva silla, muchos libros y un proyector del que se sirve la protagonista, son los elementos necesarios para dotar de fuerza e importancia cada movimiento escénico.
El director Juan Margallo y la actriz Petra Martínez nos regalan su magnífico estilo personal en esta obra llena de naturalidad donde hay muchas risas porque el humor es un invitado permanente en La señorita Doña Margarita, aunque también hay una mirada nostálgica al corazón de la protagonista y una crítica a ese tipo de enseñanza que deja un cierto poso amargo en la memoria. También nos obsequian con un tiempo de charla con el público después de los merecidos aplausos, unos minutos para compartir su experiencia y algunas anécdotas divertidas de su trayectoria profesional.
En definitiva, cómo perderse una de las propuestas más interesantes de la cartelera actual.
Crítica realizada por Patricia Moreno