El Teatro Galileo de Madrid presenta la segunda producción de Teatro Urgente, Hannah Arendt en tiempos de oscuridad, un texto de Karina Garantivá dirigido por Ernesto Caballero en torno a la figura y pensamiento de esta afamada filósofa y periodista y uno de los nombres más reconocidos del pensamiento político del siglo XX.
En un presente de noticias falsas, polarización ideológica y banalización de los discursos públicos, el nombre de Hannah Arendt aparece una y otra vez como timón al que aferrarse y faro que buscar para conseguir eliminar el ruido de la paja y reconducirnos hacia un futuro en el que cada día seamos un poco mejores y donde haya sitio para todos. Los suyos no fueron tiempos fáciles. Vivió la I Guerra Mundial siendo una niña, tuvo que huir de la República de Weimar por su condición de judía, y sería duramente criticada por su acercamiento analista a la cuestión nazi con logros literarios como La banalidad del mal. Expresión que quedaría fijada en nuestro imaginario definiendo los sistemas legales que permiten la discriminación, organizan el maltrato y asesinan impunemente. Un subtexto que sobrevuela toda la representación y que queda claro con la introducción que Karina Garantivá hace de la función desde su papel de creadora y responsable de lo que el público va a ver.
A continuación, una representación con cinco actores que sigue la estructura narrativa de planteamiento, nudo y desarrollo. El inicio está centrado en su biografía, en la familia y el lugar en las cercanías de Hannover en que vino al mundo el 14 de octubre de 1906. Tiempo en que Alemania era un imperio con intenciones poderosas que eclosionarían en un conflicto bélico continental. El nudo combina las inquietudes políticas de Hannah, su feminismo y su identidad judía con la amenaza primero y el horror después de la persecución nazi. Su llegada a EE.UU. y su posterior cobertura del juicio del criminal Adolf Eichmann, uno de los máximos responsables de la denominada solución final, en Jerusalén sirven para desarrollar su pensamiento y constatar cómo sus reflexiones sobre cómo pudo ocurrir aquello siguen arrojando luz sobre nuestro presente.
Una trayectoria compleja, con multitud de nombres y referencias, generadora de textos y contenidos que Garantivá ha sintetizado correctamente con la intención de, cumpliendo fielmente el propósito de Tiempo Urgente, no solo relatarnos, sino hacernos interrogar. Un objetivo para el que recurre, especialmente en la parte final de la función, al meta teatro. Un medio que sirve para presentar ideas complejas de manera asertiva, pero que también se puede convertir en un pequeño enredo cuando se alarga de más.
Hannah en tiempos de oscuridad está a la altura de su personaje, aunque su montaje resulta más aspiracional que realista por una dirección que les encomienda todo lo que imposibilita montar en un escenario (diseñado por Fer Muratori e iluminado por Paco Ariza) sin cruce de escena. Tanto la propia Garantivá como Lucía Juárez, Rodrigo Martínez Frau, Estíbaliz Racionero y Germán Torres están muy correctos en los diversos papeles que les toca representar, pero sus logros individuales y conjuntos se ven afectados por la multifuncionalidad que les exigen los cambios de vestuario y transformaciones escenográficas ejecutadas por ellos mismos al tiempo que actúan.
Crítica realizada por Lucas Ferreira