Tras su paso por Madrid (15 de Enero) y previo a su paso por Bilbao (21 de Enero), Javier Camarena pisaba anoche por primera vez y con gran seguridad las tablas del Palau de la Música Catalana de Barcelona para presentar un recital basado en grandes obras de Donizetti, canción napolitana y mexicana.
En lo que podemos nombrar el mejor momento de su carrera, Javier Camarena debutaba anoche en el Palau de la Música Catalana de Barcelona. El sobresaliente cantante Mexicano emocionó al publico barcelonés como artista experto en repertorio belcantista y lírico. Gracias a una voz privilegiada y una sensibilidad puesta al servicio de la emoción, el cantante mexicano mostraba su versatilidad y naturalidad canora basada en un fraseo dulce y empático mediante un programa de ópera y canción. Acompañado al piano por Ángel Rodríguez, el cantante nos llevó en un viaje a caballo entre el bel canto, la canción napolitana, la canción mexicana y la zarzuela española.
El nerviosismo se palpaba en el ambiente en un Palau de la Música lleno y expectante. Nadie quiso perderse esta fecha marcada a fuego en el calendario.
El cantante empezó la noche, saludando al respetable y avisando del repertorio que iba a interpretar durante la noche ante la imposibilidad de tener programa de mano (debido a las recomendaciones sanitarias). Muy agradecido con volver a los escenarios, Camarena iniciaba con la velada con tres arias de Gaetano Donizetti.
Jocoso, comenzaba la noche con “Je suis joyeux”, ària de la ópera Deux hommes et une femme. Una canción divertida, juguetona y, posiblemente, de las más conocidas de Donizetti, que sembró un fantástico inicio para una noche perfecta. Tras un inicio a piano de Ángel Rodriguez, Camarena seguía con la sentida “Com’è soave quest’ora di silenzio… Anch’io provai…”, ària de la ópera Lucrezia Borgia. Fantásticos los cambios de registro con los que nos deleita; controlando los fortísimos para retraerlos a unos deliciosos pianissimos que nos encandilan, al parecer, sin esfuerzo. No faltó su seña de identidad con ese Do de pecho que todos esperaban. Por último, finaliza esta parte del concierto con una rareza de Donizetti, “E fia ver, tu mia sarai… Quando ti stringerò…”, ària de la ópera Betly, ossia La capanna svizzera. Aria que finaliza en altos vítores del público que no duda en romper las últimas notas con aplausos como si este fuese el final del concierto. Magnifico Do sostenido que el público esperaba con expectación.
Tras la estricta y altamente disfrutada parte de ópera, Javier Camarena siguió con un pequeño repertorio de canción napolitana.
Iniciando con “Rondine al nido” de Vincenzo De Crescenzo, Camarena respiraba satisfecho al final de la pieza al ver que el público aplaudía gratamente. Tras ello, el cantante se lanzó con dos temas de Francesco Paolo Tosti, “‘A vucchella” y “L’alba separa dalla luce l’ombra”. La primera, una estricta canción napolitana en la que podemos disfrutar del magnífico control y rango vocal del cantante y de ese fraseo dulce y empático que le caracteriza. La segunda, nos presentaba una emoción desbordante, a raudales, con la que el cantante dio una interpretación brillante. Finaliza el repertorio napolitano con “Passione” de Ernesto Tagliaferri, Libero Bovio y Nicola Valente. Un final perfecto para esta parte del repertorio donde el Javier Camarena se dejó las cuerdas vocales en el escenario arrancando grandes aplausos y vítores. Aplausos que no cesaron hasta que el cantante pidió la palabra para alabar a su pianista.
Tras presentar y vanagloriar al su pianista, Camarena cede su foco a su pianista Ángel Rodríguez quien interpreta “Tema de amor” de Michel Legrand de la película Los paraguas de Cherburgo. Este exquisito y sentido tema que nos provoca escalofríos es la antesala de la última parte del recital en la que el cantante mexicano inicia un repertorio de canciones dedicado a su patria.
Inicia con Zarzuela, “Mujer de los negros ojos” de El huésped del sevillano compuesta por Jacinto Guerrero. Siguió con el bolero “Perfidia” de Alberto Domínguez; una maravillosa versión que bebe de la voz lírica de Camarena y que recordaremos durante muchos días. Para finalizar, Camarena nos presenta un Medley de tres canciones de José Alfredo Jiménez: “Paloma querida”, “Un mundo raro” y “Si nos dejan” que dedica a sus paisanos mexicanos afincados en Barcelona.
Tras casi cinco minutos de aplausos en los que el público pide más, Javier Camarena vuelve al escenario e inicia los bises. En primer lugar, se dirige al público y les agradece el poder estar de nuevo sobre las tablas. Agradece que, en estos complicados momentos, siendo afortunados, estamos vivos. Y desea dedicar la siguiente canción a los que por la pandemia ya no están con nosotros. Para toda la gente que no lo consiguió. Como dice: “Esta canción es de un gran amigo que también sucumbió al Covid”. Ángel Rodríguez inicia la melodía al piano y Camarena anuncia “Esta tarde vi llover” de Armando Manzanero. Camarena realiza un precioso y magnífico homenaje a su amigo Armando Manzanero bajo la precisión extrema en las teclas por parte de Ángel. Juntos, hacen que la canción emocione al público.
Por último, Camarena se dirige a un lado del escenario y recupera un atril con una partitura. Una partitura especial que no se encuentra dentro de la programación habitual. “Yo sé que esto es para que cante yo pero esta se la saben seguro. Así que ayúdenme”; indicaba. Nos sorprende cantando en catalán por primera vez y escoge el tema “Rossó (Pel teu amor)” canción compuesta en 1922 por Josep Ribas i Gabriel que interpreta con una magnífica pronunciación y dicción dejando al público anonadado mientras este no se atreve a acompañarlo en la pieza. La canción termina con el público puesto en pie en un aplauso infinito que no cesa hasta que Camarena y Rodríguez abandonan el escenario.
Javier Camarena y Ángel Rodríguez nos deleitaron con un recital sorprendente que derritió en sus asientos al público presente en el Palau de la Música Catalana. Un público que quería más y que, si por el fuera, hubiese estado toda la noche disfrutando de un concierto sin fin. Ahora, nos queda esperar que llegue el mes de Julio para poder disfrutarlo de nuevo sobre las tablas del Gran Teatre del Liceu en Lucia Di Lammermoor de Gaetano Donizetti.
Por nuestra parte, Si nos dejan, Camarena te vamos a querer toda la vida.
Crítica realizada por Norman Marsà