La Estampida Teatro han anunciado que Las Princesas del Pacífico zarpan durante este mes, y debemos despedirlas para siempre en el Teatro del Barrio, por lo que me he puesto un lazo nuevo en la gorra que llevo siempre, y así son mis mejores galas para decirles adiós desde puerto.
Agustina y Lidia (Alicia Rodríguez y Belén Ponce de León) son tía y sobrina, de Dos Hermanas, que al amparo de la luz de la tele y la crónica negra, viven recluidas bajo una toquilla y una rebequita y un golpe de suerte como es que les toque un crucero para celebrar el fin de año en un caramarote con vistas al mar, hace que su enclaustramiento, al menos por una semana, se termine. Su pequeño mundo colisiona con la vida a bordo, llena de tantas emociones como platos disponibles hay para elegir en el buffet libre.
Debía ser el año 2016 y corría por redes el rumor de que en los Teatros Luchana se representaba una de las revelaciones de la temporada. Yo aún no era este señor que escribe aquí ahora, y precisamente acaba de incorporarme a una empresa de venta de viajes en crucero. Las Princesas del Pacífico supusieron un impacto real, y el inteligente manejo de la comedia de José Troncoso que ha ido desarrollando en todos sus posteriores proyectos, mezclado con un costumbrismo tan reconocible y un trasfondo dramático tan de andar por casa como una bata de guata, me atraparon tanto como los enormes ojos con los que me crucé saliendo de la sala, y es que flechazo con José Troncoso fue instantáneo.
Todos los adjetivos grandilocuentes que pueda llegar a utilizar tanto con Alicia Rodríguez como con Belén Ponce de León, se quedarían cortos, y son los que he utilizado hace pocas semanas describiendo su trabajo en La Cresta de la Ola, pero para algo Las Princesas del Pacífico es mi favorita de toda la creación de La Estampida Teatro. No sabría describir la conexión que siento con ellas, que puede ir tanto de verme a mi en el futuro, reconocer a mi bisabuela en Agustina, o porque aún a día de hoy fantaseo muchas veces con que alguna de mis clientas son la versión en la vida real de estas dos mujeres.
Yo creo que esta despedida es un poco como la de Lola Herrera de las Cinco horas con Mario que ya he perdido la cuenta de las veces que se ha despedido, pero si no es así y de verdad cumplen esta promesa, al menos he podido despedirme de Lidia y Agustina, y si ahora tengo este disgusto, más lo voy a tener, pero al menos me queda recomendarte encarecidamente a ti: la Gorda, la Calva y la Enterá, que lees esto, que hagas el favor de sacarte una entrada o te revolearé la próxima vez que nos crucemos. Von Voyage, y gracias por este viaje tan bonito.
Crítica realizada por Ismael Lomana