La muestra Surge Madrid sigue, y Ion Iraizoz hizo muy bien en hacerles caso y montar algo como Todos los nombres, con una única cita en Nave 73.
El pasado año, Ion Iraizoz, pronunciado “Ion” como Travolta y Bon Jovi; celebró su fiesta de cumpleaños el último martes antes de cumplir los cuarenta. Padres, amigos, ex novia , una señora de Móstoles y Marina Abramovic como participantes, el día 14 de octubre de 2020, el público ayudará a Ion a reproducir ese homenaje a el mismo que es Todos los nombres.
Ion Iraizoz dice en este texto que la autoficción es un cáncer con metástasis en el teatro contemporáneo, y Todos los nombres es su aportación al expediente clínico contemporáneo. Sergio Blanco, Javier Lara, la totémica Angélica Liddel y ahora Iraizoz, ya se han practicado una auto-autopsia y se diseccionan en vivo, aportando efectos especiales y mucha sangre que no es real para dotar de mayor dramatismo el hecho escénico de abrirse frente a una audiencia con sus inseguridades, traumas pasados y relaciones filiales que tomaremos como ciertas aunque no lo sean.
El juego que plantea Todos los nombres en este primer y único contacto, de lo que me gustaría suponer que es un work in progress, es interesantísimo en cuanto a la forma, aunque el fondo aún necesite maduración y reflexión en consideración con el estudio tan actual de la identidad personal y los roles en la sociedad.
Ion Iraizoz se interpreta y firma la dramaturgia junto a Juan Paños y Gloria March, que le dirigen junto a Íñigo Rodríguez-Claro.
Todos los nombres es puro Charlie Kaufman, abriendo las puertas al multiverso, a cuántas versiones físicas de mi hay por el mundo y más allá, y quién soy yo y el espacio que ocupo en este mundo. El relato de la madre sobre el parto de Ion tiene el mayor peso emotivo de toda la función, aunque precisamente pierda peso su ubicación dentro de la función; tiene sentido que todo acabe con el principio mismo de la existencia del protagonista, pero esperaba un final más próximo al collage del comienzo de la fiesta, tonalidad imperante durante Todos los nombres.
Crítica realizada por Ismael Lomana
