El pasado viernes y sábado se celebró la edición extraordinaria de Sónar+D, una edición internacional especial que agotó las entradas del CCCB en tansolo 4 minutos desde su puesta a la venta. Ciencia, arte y naturaleza entremezclándose constantemente en una edición que captó la atención a nivel mundial y sació el sabor agridulce que la temporada festivalera nos ha dejado.
Un Sónar diferente pero potente al que, con o sin entradas, todos hemos podido disfrutar. Era casi un augurio que esto iba a ocurrir debido a las limitaciones de aforo, no obstante Sónar+D abrió toda la programación en streaming a nivel mundial. El centro de operaciones de Sónar+D volvió donde empezó; al CCCB donde se dieron acabo varias de las actuaciones y conferencias de esta edición del festival. Una gran parte de los workshops y conferencias han contado con la colaboración de artistas y ponentes online, pues es la única manera de continuar teniendo en cuenta la perspectiva global sobre los temas de este año; concienciación medioambiental y las relaciones entre arte y ciencia.
Si tuviste la suerte de hacerte con una entrada en esos 4 minutos desde que se abrió la venta habrás podido disfrutar de SonarHub Studios con las instalaciones inmersivas de Antiloop; con un cómodo sistema para trabajar con aplicaciones de Realidad virtual. Broomx; con su proyector compacto que transforma un espacio en toda una experiencia. Eina/Idea; un sistema de gestos, pictogramas y conceptos en movimiento que se despliegan en varios puntos de la red TMB. Una reflexión poética sobre el cuerpo, la distancia social, la percepción del lenguaje y la motivación. Flora Rearing Agricultural Network; una performance de vídeo protagonizada por un plano especulativo para una nueva red robótica conectada a la naturaleza. New spaces of sound irradiation – Transmission and Resistence; Esta propuesta del Máster en Arte Sonoro de la UB explora el uso intensivo de los espacios virtuales en red, y en particular, se interesa por los procesos estéticos y narrativos que surgen del contacto con una obra sonora que no se encuentra en el mismo espacio de quien interactúa con ella. OTTO: Musical-toy installation for 8 mini basketballs; una pieza que juega con la dualidad de lo aparentemente opuesto.
El CCCB se convirtió en escenario de las conferencias de los dos días con una acojedora presentación del comisario de Sónar+D, Jose Luis de Vicente. Las conferencias iban dirigidas por una presentadora que daba la bienvenida a las personas que las integraban. Mayoritariamente veíamos a los ponentes en unos televisores situados en el escenario o bien,, online les veíamos directamente desde sus espacios de trabajo cambiando la transmisión según quien estuviera hablando.
Desde la ciencia hasta el arte no tenemos tan largo camino y es lo que hemos visto en esta serie de conferencias. Yearning For The Infinite de Max Cooper con una reflexión sobre el infinito y las matemáticas. Cooper nos mostró varias de sus obras en las que se basa en la luz blanca infinita como punto de partida. Sus obras van siempre acompañadas de música que va acompasada con el algoritmo de movimiento de sus piezas visuales. En esta conferencia pudimos ver un edificio infinito con viviendas duplicadas como reflexión a lo que estamos llegando con las masificaciones y la belleza de estas estructuras al seguir una evolución natural. Losas duplicándose una y otra vez creando formas imposibles hasta llegar a los más científico con líneas de código corriendo por la pantalla, una idea que parte de los falsos conceptos del finito y el infinito; imaginemos un hotel que ha completado sus habitaciones, ese sería nuestro concepto de finito cuando en realidad podríamos llenarlo redistribuyendo a la gente infinitamente. Con esta reflexión se cerró la primera conferencia de Sónar+D.
Si saltamos al marco medioambiental y nos paramos a escuchar la naturaleza entenderemos las palabras de Michel André y Saša Spačal. Desde los sonidos del mar, nuestro gran desconocido sonoro, y cómo estos sonidos pueden enriquecer el arte hasta el sonido de un conjunto de grillos amplificado. Todo esto metido en una obra explotando la imaginación. Se trata de escuchar de otra manera para captar los cientos de sonidos que nos llegan y a los que no prestamos atención. Y es que con estas conferencias vemos cómo ciencia, arte y naturaleza se unen en uno solo, pues en la charla de Robótica Creativa Mónica Rikić comentaba lo mucho que se le ha olvidado a la ciencia que el arte es necesario para poder entenderla, pues necesitamos crear una idea para poder investigarla y toda creación es o puede acabar en arte.
Pero ¿Qué ocurre con la escena musical? ¿en qué se ha transformado y hasta dónde puede llegar? ¿Qué va a ocurrir con la economía del clubbing? Como no, Sónar+D ha contado con el mero mero de la escena electrónica, un veterano cercano a las personas y siempre dispuesto a compartir sus conocimientos con humildad; no podía ser otro que Richie Hawtin. Conectamos con Berlín para ver en qué momento descubrimos el streaming y la importancia que ha tomado en los últimos meses en nuestras vidas. El ponente recalcó que no importa si un streaming es monetizado o no, sino que el dinero va en mala dirección, pues muchos de los royalties no pueden ser reclamados por los artistas que han aportado su música para que otros djs la mezclen es sus sesiones, se han difuminado los ingresos de covers y actuaciones varias. Recalca que cuando todo empezó era una comunidad muy pequeña que deseaban ampliar y que cuando ésta se expandió se perdió la conexión entre las personas. Richie afirma la necesidad de un plan que recoja las inquietudes de artistas en motivo de seguridad social, pensiones y jubilaciones, asegurar el futuro de las personas que se dedican al arte. Los cambios en la industria han sido intensos y la cantidad se antepone a la calidad y recuerda que un número de streamings no es suficiente, pues se abandona la belleza, la creatividad y el alma de las piezas; economía por encima de inteligencia. Concluyó su ponencia hablando de la importancia de la diversidad cutural así como la igualdad en los carteles denunciando que en un mundo en el que estamos emitiendo online no hay excusa para que esta diversidad no se cumpla ya que la inversión es mínima.
La conferencia Narrativas hiperlocales de 4 ciudades conectadas siguió el mismo hilo que Richie Hawtin pero centrándose en el funcionamiento de las ciudades europeas a la hora de montar eventos y en los sistemas a seguir para crear un cartel que apoye la industria con igualdad pero sin olvidar la escena local que, en ocasiones, no supera el 30% del cartel. Se habla de la música como el arte más barato que tenemos a nuestro alcance y los pocos beneficios que llegan a los artistas, sobre todo cuando no hay actuaciones disponibles en estos momentos.Y parte de todo este éxito, de esta evolución, acaba viniendo, una vez más, de la matemática, de los datos, de los algoritmos; FuturePulse: predecir el éxito en la industria musical, la conferencia que nos habla de estos datos y de la importancia de actuar de una manera sabia. Los profesionales Daniel Johansson, David Weiszfeld, Saki Snezana Markovicn y Dr. Sophie Brüggemann nos dieron una amena conferencia acerca de lo sencillo que era antes gestionar tu música y lo complicado que se hace con las nuevas herramientas que acaban siendo efímeras y destronándose las unas a las otras, cómo las playlist se generan con algoritmos y lo difícil que es descubrir un artista emergente dentro de un mundo en el que se pueden comprar streams y reproducciones sin ser expuesto, o no, por ello.
Todo esto nos ha traído Sónar+D, unas conferencias en un formato distinto pero manteniendo el espíritu y las ganas de sumar y crecer juntos en el arte ya sea musical, visual, científico… ¡lo que tu imaginación pueda traer! Un Sónar extraordinario pero, como siempre, con mucho mensaje. Esperamos lo hayáis disfrutado.
Crónica realizada por Nina Delgado