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17.07.2020 Críticas  
¡Si Verdi levantara la cabeza!

Yllana revoluciona el escenario y el patio de butacas de la sala roja de los Teatros del Canal de Madrid con The Opera Locos. Una combinación de bel canto, mimo, clown y parodia de éxitos de la canción popular de ayer, hoy y siempre. Risas, sonrisas y carcajadas a mayor gloria de Bizet, Puccini o Mozart para goce y disfrute de sus espectadores.

Además de música, en esta función (Premio Max 2019 al Mejor Espectáculo Musical) hay historia y personajes con unas personalidades de aúpa. No hay más que ver los colores saturados con que visten, el maquillaje de película que lucen y las actitudes tan exageradas con que se manifiestan. Son estrellas, astros, divos y divas de la ópera, pero también son humanos, terrenales y mundanos. Les mueve el amor, la pasión, el deseo y la atracción por aquel que les gusta. Pero, sobre todo, lo que les impulsa y mejor hacen es agradar y deleitar a su público.

Los eruditos del género operístico probablemente se escandalicen si ven y escuchan cómo se hace uso de las partituras de Verdi, Händel o Saint-Saëns, más aún cuando se alternan con versiones de Whitney Houston o Céline Dion, pero al común de los mortales les hace pasar un buen rato y les deja un recuerdo que seguro les lleva a recomendar a todo aquel que aprecian que The Opera Locos es la elección perfecta para volver al teatro en estos tiempos tan convulsos que nos está tocando vivir.

Es imposible quedarse con uno solo de los cinco intérpretes, María Rey Joly, Mayca Teba, Toni Comas, Enrique Sánchez Ramos y Juan Carlos Coronel están tan genial que si a la salida hubiera un puesto de venta de cd’s en el que poder llevarse a casa la grabación de sus interpretaciones no me llevaría solo una copia para escucharla una y otra vez, sino al menos otras dos para regalar también. Además de cantar como los excelentes sopranos, barítonos y tenores que son, interpretan a la perfección, pero no solo a los caracteres originales de las arias, sino a esos tres hombres y mujeres mezcla de mimo y clown que se nos presentan, haciendo que su exceso y exageración gestual resulte signo de humanidad y muestra de cercanía.

Frescura, eso es lo que rezuma, exuda y transmite esta función desde que se encienden las luces hasta que se hace el silencio final. Es obvio que su objetivo es epatar, impactar, entusiasmar y es evidente que, sin duda alguna, lo consigue. Tanto la dirección artística (David Ottone y Joe O’Curneen) como la musical (Marc Álvarez y Manuel Coves) están tan bien concebidas como ejecutadas, haciendo que el conjunto resulte como una caja de música perfectamente engrasada. Yllana, Klemark Espectáculos Teatrales y Rami Eldar tienen motivos, más que de sobra, para estar orgullosos de esta coproducción que hasta el próximo 2 de agosto podemos ver representada en los Teatros del Canal.

Crítica realizada por Lucas Ferreira

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