Bryan Adams pisó anoche el Palau Sant Jordi de la mano de Doctor Music Concerts para realizar la última parada de su Shine a Light Tour en nuestro país. Tras su visita a Murcia, Sevilla, Barakaldo y Madrid, Barcelona cierra el ciclo de conciertos que el cantante canadiense llenaba con éxito.
Con un Palau Sant Jordi al 75% de su capacidad, Bryan Adams presentaba un concierto que preveía abarcar las más de cuatro décadas de éxitos que el artista guarda en cartera. Canciones que se han convertido en iconos de varias generaciones creando una marca propia y exclusiva que define a la perfección su estilo en el rock’n’roll.
Tras informar que una parte de las entradas vendidas serviría para plantar árboles (bravo por contar con un sponsor que se anima a realizar acciones de reforestación), una animación de la imagen del cantante en pantalla avisaba al público que el inicio del concierto estaba cerca. Varios minutos después, Bryan Adams saltaba al escenario cual león para dar comienzo a su show en Barcelona con ese inconfundible coro que aparece en The Last Night on Earth. Coro que el público empezó a cantar hacia mitad de la canción para ofrecer una cálida bienvenida al cantante.
Tras ello, sonaron dos de los clásicos previstos para la noche y con los que todos nos dejamos alguna vez la voz: Can’t Stop This Thing We Started seguido de la archiconocida Run to You.
«¡Hola Barcelona! Soy Bryan Adams y soy cantante por la noche». Así se presentaba al público con ansia el último concierto de la gira del cantante por España. «¡Bienvenidos al Shine a Light Tour!. Are you ready?». Con un sonoro grito de la audiencia y las guitarras de la banda, sonó la canción que da nombre al álbum que esa noche nos presentaba: Shine a Light. Inmediatamente después, sonó uno de los temas más esperados y grabados de la noche en los teléfonos móviles de los asistentes; Heaven.
Tras unos simpáticos «yuhuuu» en su constante juego para animar al público, Bryan Adams tocaba Go Down Rockin’ mientras, en pantalla, veíamos llover constantes Bryans cayendo del cielo. It’s Raining Bryans? Aleluyah!
Como decía, Bryan Adams mostró ser un cantante cercano con el público en todo momento. Ya así, en su primera canción de la noche, nos mostraba como paseaba por un centro comercial y saludaba a los fans que le reconocían por la calle. Por lo que era normal que hiciera la broma anunciando que la próxima canción era un dúo con Tina Turner y: «hoy, lamentablemente, Tina no está…. pero está nuestro guitarra Keith Scott«; quien dió la replica a la canción mediante voz y guitarra. Así sonó It’s Only Love con el que Keith supo jugar incansablemente con un increíble rift de guitarra hacia el final de la canción. Tras el «That’s all!» de Bryan, el público ovacionó al guitarra por la dedicación extrema en la canción. ¡Bravo!
Tras ello, sonaron dos de las canciones más reconocidas del cantante. Cloud #9 y You Belong to Me. En esta última, el cantante avisó que era una canción para bailar y demostró que cada uno podía bailarla como quisiera. Eso sí, debían estar atentos ya que, mezclado con el video original de la canción, varias cámaras repartidas por la sala recogerían a los mejores bailarines de la zona para formar parte del show. Así disfrutamos de la emoción, energía y sorpresa de algunos de los asistentes que formaron parte del show en pantalla grande.
Tras un cambio de guitarras, en las que Adams y Scott pasaron de las eléctricas a las acústicas, el show cambio a un formato más Unplugged para que pudiéramos disfrutar de joyas como Have You Ever Really Loved a Woman?. Tras ella, Keith Scott desaparecería de escena con la banda para que Bryan Adams quedara en escena acompañado del pianista y nos deleitara con la balada Here I Am a piano, guitarra acústica y voz. Una delicia para el público cuyo cambio de ritmo agradeció para disfrutar de temas tan conocidos como When You’re Gone (que el público cantó a coro) y (Everything I Do) I Do It for You que levantó sonoros «ohhhh» al escuchar las primeras notas de la guitarra.
Tras este pequeño unplugged, la banda volvió al completo para iniciar una nueva ristra de canciones con pegada. Sonaron Back to You (muy celebrada por el público asistente), The Only Thing That Looks Good on Me Is You (donde pudimos ver que el escenario escondía un juego de luces que aun no habíamos podido disfrutar), Cuts Like a Knife (que se alargó varios minutos con un juego de réplicas con el público y un reivindicativo 18 til I Die en el que Bryan Adams dejó claro que con 60 años aun se siente joven. Sonoro y largo aplauso tras la canción.
En la recta final del show, Bryan Adams quiso jugar con el público indicando que, efectivamente, tendría 18 años hasta que muriera (como dice su canción) pero que, aun así, la cabeza no consigue recordar la totalidad de títulos de las canciones que ha escrito durante 4 décadas; indicaba jocosamente. Una genial excusa que le ayudó a seguir jugando con el público para pedir canciones a la carta. Así Anna Elisabeth, David Javier, Luis Javier, Gisela y Giuseppe (asistentes al concierto) pudieron poner su grano de arena al show escogiendo canciones que aun no habían sonado. Sonaron The Only One, Heat of the Nights, Tonight, Hearts on Fire y I’m Ready.
En adición, y en dedicación a los románticos del fondo del estadio, Adams decidió cantar Please Forgive Me; canción sumamente agradecida por el público que se transformó en un griterío y una fiesta espectacular al escuchar las primeras notas de Summer of ’69. El público, enloquecido, saltó de la butaca para bailar y cantar con un genial e interesante video lyric.
Tras los saludos finales, y desaparición del escenario, el público pedía más. No se iban a marchar sin los bises y tras sonoros silbidos y pataletas del público en butaca, la banda tardó un escaso minuto en volver.
Sonaron cinco temas más. Los tres primeros (los tres más cañeros) fueron: Somebody, Hey Baby y I Fought the Law (The Crickets cover).
Tras ello, la banda se despedía del público para dejar solo en escena a Bryan Adams quien encauzaba, ahora sí, las dos últimas canciones del show. El cantante dió las gracias a su público por la fantástica noche pero, sobretodo, dio las gracias a sus padres. Explicó que cuando acabó la escuela a los 15 años, decidió ser músico. Y, tanto su madre como su padre, lo apoyaron en ello dejándole que siguiera su sueño. Con el mantra: «No dejes abandonados tus sueños» tocó Straight From the Heart.
Finalmente, para acabar la noche, pidió al público que encendiera las linternas de sus teléfonos móviles utilizando un pequeño trozo de su tema Shine a Light, para finalizar cantando, con la ayuda del público, All for Love; canción grabada en colaboración con Rod Stewart y Sting.
Tras 2 horas y media de concierto ininterrumpido, Bryan Adams deja claro que con 60 años, aun tenemos rock’n’roll para rato. Como bien dice, siempre tendrá 18 años y, la verdad, con esa energía que desborda, no lo pongo en duda.
Crónica realizada por Norman Marsà