Dos décadas sobre los escenarios. Joan Vázquez celebra estos días una efeméride que no solo lo sitúa como un referente en el tiempo sino dentro de un género teatral que defiende con orgullo: el musical. 20 anys no són na’ se presenta en el Barts Club en forma de concierto teatralizado y que ofrece varios momentos entre nostálgicos, memorables y para el recuerdo.
La figura de Vázquez dentro del panorama musical es un buen reflejo de lo que el género ha significado y significa para una generación de artistas y público que ha crecido y aprendido conjuntamente. Un acompañamiento de más de dos décadas. Hace ilusión sentirse parte de algo que empezó a materializarse muy cerca del espacio donde se celebra este concierto teatralizado. Para todos aquellos que nos enganchamos gracias a (y con) Àngels Gonyalons, rememorar ese momento supone analizar de algún modo nuestro recorrido, implicación y experiencia. Fue en 1994 y 1995. Germans de sang en el Teatre Condal de entonces y Blues en la nit en el cercano y añorado Teatre Arnau.
Podemos afirmar que la presencia de Joan en la cartelera durante las dos últimas décadas traza un recorrido ejemplar. Entendemos, y así se deja entrever en este espectáculo, que ha habido mejores y peores momentos, pero la persistencia y la ilusión se transmiten y contagian. Ejemplar porque podemos ver una clara evolución como profesional, de principiante a intérprete no por consolido menos abierto a seguir desarrollando y vehiculando unas aptitudes evidentes y siempre al servicio de la disciplina artística. En este caso, se interpretan momentos musicales que han formado parte de su recorrido intercalados con otros que le hubiese gustado cantar, de espectáculos de los que se ha formado parte interpretando a otro personaje o no. Todos escenificados de un modo particular y siempre captando un tono más desenfadado o introspectivo.
De este modo y quizá sin pretenderlo se traza un dibujo de la figura del intérprete de musical. Desde el joven que empieza como parte del elenco (Rent o My Fair Lady) a un intérprete que se ha movido en montajes de gran formato (Bagdad Café o Mamma Mia!) y ha encontrado un espacio artístico relevante en espectáculos más recogidos y/o unipersonales (Paquito Forever o Ciutat de gespa).
También se aprovecha para mostrar la faceta más «diva» y «petarda» del intérprete. Algo que, con mucho sentido del humor y sin filtros más allá de la propia personalidad, también recoge la fascinación de muchos de nosotros. Sin duda, la manera de sublimar nuestros sentimientos o inquietudes más íntimas se consolida a través de los grandes showstoppers que han interpretado las primeras figuras femeninas (de allí y de aquí). De este modo, A Call From The Vatican (Nine) y algunos temas Mamma Mia! suben al escenario de un modo inesperado y completamente entusiasta. En esta misma línea, volver a temas que ya se han interpretado o por lo menos interiorizado, permite volcar ahora todo lo que se ha consolidado en estas dos décadas. No se ha escuchado aproximación a I’ll Cover You (Rent) en la ciudad condal como la que se nos ofrece aquí. Capítulo aparte merecen las aproximaciones a Sondheim.
Finalmente, 20 anys no són na’ ofrece una buena oportunidad para recordar que, independiente de formatos, nos encontramos con un intérprete de altura que además sabe rodearse de amigos y compañeros veteranos (Mariona Castillo, Chipper o Marta Ribera, con la que compartió uno de los momentos más emocionantes de la primera velada con un tema de Jason Robert Brown) a la vez que pasa el testigo y acompaña a nuevas (y felices) incorporaciones como Laura G. Ballbé. La dirección de Roger Julià, el saxo de Jofre Alamany y el piano, dirección musical y arreglos de Gerard Alonso convierten esta celebración en un espectáculo con entidad propia que esperamos disfrute de larga vida en los escenarios, más allá de este feliz mes de noviembre en el Barts Club.
Crítica realizada por Fernando Solla