La OBC POP’S empezó ayer su nueva temporada con la proyección de la película Pesadilla antes de Navidad de Tim Burton (versión original subtitulada al castellano) con la interpretación en directo de la banda sonora original de Danny Elfman por parte de la Orquesta OBC. Un espectáculo que conmemora los 25 años de la proyección del film.
Hace unos días, comentaba con una amiga como, en esta época, siempre hay «películas rituales» que disfrutamos cada año. ¿Quién no llega Navidad y disfruta de Solo en casa, Love Actually, Los fantasmas atacan al jefe o, sencillamente, El Grinch? Son películas que esperamos ver anualmente y que, en algunas ocasiones, se convierten en una fecha familiar que disfrutar todos juntos en el sofá de casa. Señoría, ¡me declaro culpable!
Y es que, las fiestas del calendario han hecho mucho por el cine y por las películas que se proyectan en dichas fechas. Llega la Navidad y las carteleras del mundo se llenan de películas familiares y de historias dulces (aunque algunas empiecen de forma amarga, siempre queda lugar para un dulce final).
Pero si, como hablaba, eres de «películas rituales» como yo… Halloween es tu época del año. Ya no solo por películas de miedo como Viernes 13, El proyecto de la Bruja de Blair o Paranormal Activity; que ahora que pienso, han volado de la cartelera este año (bueno, miento. Solo una a aparecido en la cartelera de cine: Doctor sueño. Un pequeño reboot/continuación de El Resplandor). Sino porque es la época perfecta para disfrutar del, ya clásico, Nightmare Before Christmas de Tim Burton.
Nightmare Before Christmas o, como la conocemos aquí, Pesadilla antes de Navidad, es una película de culto, una obra de arte total, una maravilla para los sentidos… Se han agotado las palabras para definir esta Pesadilla antes de Navidad que el director Henry Selick, el compositor Danny Elfman y el productor Tim Burton estrenaron en 1993. Los terroríficos personajes que viven en la ciudad de Halloween acaban siendo dulces y tiernos a través de unas canciones convertidas en hits indiscutibles de la historia del musical cinematográfico, como «Esto es Halloween» o la divertidísima «¿Qué es?».
En una época en la que los ordenadores empezaban a irrumpir en los estudios cinematográficos pero todavía se trabajaba artesanalmente, la técnica del stop-motion alcanzó hitos nunca vistos con estos personajes alargados. El movimiento de los títeres y la creación de los decorados necesitaron tres años de producción. Pero fue cuando apareció la música de Danny Elfman, que se hizo la magia y se convirtió en un éxito. Tras ella, pudimos disfrutar de otros títulos del mismo estilo de producción como La novia cadáver, también de Tim Burton, que no llegó a ser tan conocida como su «prima mayor».
Ahora, Pesadilla antes de Navidad ha cumplido su mayoría de edad y ya puede jugar y disfrutar como una película de culto cualquiera. Jack Skellington y su séquito de alimañas cumplen 25 años desde su proyección en los cines estadounidenses y el Auditori de Barcelona no ha dudado un minuto en unirse a esta celebración. Por ello, han organizado 3 días de proyección (1, 2 y 3 de noviembre) de la película en versión original subtitulada al castellano para que grandes y pequeños disfrutemos en pantalla gigante de un clasicazo con música interpretada en directo por la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña dirigida por el maestro Lorenzo Ferrándiz.
La primera función fue ayer noche (1 de noviembre a las 20h) en la que pudimos disfrutar como nunca de esta película. Si algo tienen el Auditori de Barcelona y la OBC es mano para realizar estos espectáculos como quien pasea en bata por casa. La complejidad de realizar una sincronización de música para una película es hartamente dificultosa. Un error puede descuadrar toda la pieza y, en esta película, hay muy pocos momentos en los que la música desaparezca totalmente para que puedan retomar el hilo. Por ello, agradecemos al Auditori que se embarque en estos proyectos que hacen que podamos disfrutar de las películas con otra visión.
La proyección de la película y la interpretación de la orquesta en sí fue amable y precisa a la par que rápida. Nightmare Before Christmas dura escasos 70 minutos y, la verdad, se hicieron muy cortos. Incluso con la larga e innecesaria media parte (20 minutos), la película transcurre en un abrir y cerrar de ojos que nos deja con ganas de más. Esperábamos poder disfrutar de un bis de una de las canciones míticas de la película pero, tras los saludos, la orquesta se retiró y el público abandonó la sala. Cierto es que íbamos a disfrutar de una película con música en vivo y que era eso, una película; pero nos faltó un poco más de alma en la interpretación y la conjunción con el público asistente.
La noche llegó a su fin y salimos del Auditori de Barcelona con la alegría de haber podido disfrutar de esta película de culto en un formato tan especial. Si no la pudiste disfrutar con nosotros anoche, recuerda que tienes dos oportunidades más este fin de semana.
Crítica realizada por Norman Marsà