novedades
 SEARCH   
 
 

25.09.2019 Críticas  
Ellas y él

Reestreno en Madrid de este texto de Mariano Barroso y Alejandro Hernández. Todas las mujeres, dirigida por Daniel Veronese recala ahora en el Teatro Príncipe Gran Vía. Un hombre ante una sucesión de errores y decisiones. Cinco mujeres importantes de su vida le aconsejarán y le guiarán en un momento complicado de su existencia.

Fele Martínez es Nacho, un adulto que a veces se comporta como un niño consentido. Acaba de romper su matrimonio para emprender una aventura loca junto a Ona. Con ella ha trazado un plan en apariencia magistral para robar unos novillos a su ex suegro y revenderlos al otro lado de la frontera con Portugal, donde al parecer, el precio de los novillos es estratosférico. Todo el plan se va a pique y Nacho debe enfrentarse a desvelar la verdad de su mal calculado plan. Aterrado ante las posibles consecuencias acude a diferentes mujeres relevantes de su vida en busca de ayuda. Una de sus primeras novias, ahora abogada de éxito, su madre, la cuñada y su terapeuta. Con la visita de cada una de ellas la cosa se irá complicando cada vez más llevando a un desenlace inesperado.

Todas las mujeres es un texto ligero, con toques de humor y sorna. Fele Martínez en su interpretación de Nacho destaca por encima de todo el montaje. Está francamente bien Fele, con un tono de comedia bien cogido y creíble en ese personaje que se autoengaña constantemente. Las mujeres que van apareciendo en escena están interpretadas por Lucía Barrado como Ona, quien destaca por su arrolladora vitalidad. Nuria González como Marga, contenida, un papel que le viene a Nuria como anillo al dedo. Lola Casamayor interpreta a una divertida madre que se ve atrapada en una relación cuanto menos peculiar. Mónica Regueiro como Carmen, la ex cuñada de Nacho, la que consigue poner un poco de cordura en el enredo que ha provocado Nacho. La última en aparecer es Ana Álvarez como Andrea, la terapeuta de Nacho, quien pondrá a Nacho ante la tesitura final.

Escenografía realista firmada por Ana Garay que recrea la casa de Nacho y que refleja el desorden vital del mismo. Todas las mujeres no es teatro sesudo, pero entretiene y consigue arrancar algunas sonrisas al presente. Cierto es que la historia puede parecer cuanto menos enrevesada y poco creíble, pero, divierte. Quizá algo más de fluidez en las escenas ayudaría a no divagar en algunos momentos. Aun así el conjunto es un vodevil que se disfruta, con altibajos pero con un resultado aceptable.

Crítica realizada por Moisés C. Alabau

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES