El Teatre Goya acoge la segunda de sus propuestas dentro del marco del Grec Festival Barcelona 2019. Se trata de un título escrito y dirigido por Juan Mayorga. El Cartógrafo nos ofrece la oportunidad de disfrutar de Blanca Portillo y José Luis García-Pérez, juntos sobre las tablas. Dos únicos intérpretes para doce personajes.
Para Mayorga, volver a Barcelona es motivo de alegría. «Una ciudad teatralmente muy importante y muy especial en nuestras vidas y carreras». Penúltima parada (de momento) de esta gira que tiene una importante cita a finales de agosto en Varsovia. Precisamente, la obra nace de un viaje del autor a esta ciudad. Un paseo y un mapa que visibiliza unos lugares y esconde otros. Allí «sucedió algo que transferí a un personaje llamado Blanca» (evidenciando el deseo de contar con la actriz para interpretarlo). Cada escena es un duelo entre dos personajes. Para ello se requiere de «dos virtuosos intérpretes» que realicen una composición de tipos en distintos tiempos. El resultado no puede ser más satisfactorio, ya que ambos «consiguen hacerse transparentes».
«Todos los trabajos son cartográficos». La intención es la de dibujar un mapa que será «más valioso cuanto menos evidente sea lo que nos deje ver». No solo hay una intención poética sino también moral. «Aquello a lo que queríamos dar representación es finalmente irrepresentable», es decir, el exterminio de los judíos europeos. Con este trabajo, se reafirma una voluntad de combatir el olvido. Todas las historias terminan por encontrarse para convocar la complicidad del espectador así como su imaginación. Mayorga resume sus líneas de trabajo en cuatro bloques: acción, emoción, poesía y pensamiento.
Para Portillo, El Cartógrafo despierta un interés profundo y explica su concepto del teatro. La idea de trabajar junto a García-Pérez surge de la necesidad de «mirarnos a los ojos en un escenario». Una complicidad necesaria para desarrollar este trabajo mucho más allá de la vanidad de haber inspirado el personaje principal. «Oculto o no tan oculto hay un paralelismo entre la cartografía y el teatro». Aquí se requiere de la imaginación mucho más allá de la fantasía y que «utilices tus herramientas para conseguir la empatía y que el espectador sea activo. Sin él, no hay función».
La actriz prioriza la idea de memoria, ya que «solamente siendo conscientes del pasado podemos construir el futuro, a partir del recuerdo de lo que hemos sido». Para esta pieza se ha centrado en mostrar en directo todo lo necesario para construir un personaje. «Su esencia, qué define a este personaje y con qué rasgos lo creo». El resto lo pone el espectador, que se convierte en el dueño de la función. «Lo que te conmociona eres tú mismo». Con esta función «siento que vivo en un viaje del que no puedo ni quiero salir». Portillo dice sentir una devoción especial por Barcelona y aquí ha venido a «vivir, llorar y alimentarme durante veintiún días». Espera «crear toda la línea de pensamiento interno que los personajes no verbalizan».
García-Pérez ha añadido que El Cartógrafo es «un regalo de la vida que a veces ocurre y que nos ha hecho crecer como seres humanos». «Es difícil encontrar algo que te permita como espectador jugar al teatro». Este espectáculo «exige la participación activa y espontánea». Un viaje interior que muestra «la lucha contra la dictadura del presente y levanta una primera losa para profundizar en la vida de los personajes».
Esta función cuenta con escenografía y vestuario de Alejandro Andújar, iluminación de Juan Gómez-Cornejo, dirección musical y sonido de Mariano García y movimiento de Nelson Dante.
El Cartógrafo puede verse en Barcelona hasta el próximo 21 de julio. Puedes conseguir tus entradas en la web del Teatre Goya.