Ya se ha estrenado en el Teatro de la Luz Philips Gran Vía de Madrid El Jovencito Frankenstein, una comedia musical basada en la película homónima que el reconocido cineasta Mel Brooks dirigió en 1974 y que nos vuelve totalmente locos.
Tras alcanzar un gran éxito en Broadway y en el West End de Londres, El Jovencito Frankenstein llega a Madrid coincidiendo con el bicentenario de la obra Frankenstein, publicada el 1 de enero de 1818. Con libreto del cineasta Brooks en colaboración con Thomas Meehan y con la gran aportación musical de la directora y coreógrafa Susan Stroman llega a la Gran Vía madrileña esta disparatada obra pensada para que la gente se lo pase divinamente de principio a fin con la historia del Dr. Frederick Frankenstein –nieto del famoso Víctor Frankenstein- que, tras heredar un castillo en Transilvania, continuará el legado de su abuelo tratando de dar vida a un nuevo ser.
Muchos conocemos la historia y el desenlace pero, aunque esta propuesta intenta mantenerse fiel a la trama, podemos llegar a sorprendernos en diversos momentos gracias a que El Jovencito Frankenstein se adapta a la actualidad e introduce nuevos chistes. Esteve Ferrer es el director y adaptador al castellano y hace todo lo que está en su mano para ganarse la complicidad del público desde el primer momento: incorpora nuevos juegos de palabras e introduce un humor y un lenguaje muy actual.
Una de las características más espectaculares de esta propuesta es la existencia de una orquesta situada bajo el escenario que toca en directo temas tan memorables como The Transylvania Mania o el mítico He Vas My Boyfriend. Sobresaliente también la labor escenográfica a cargo de Felype de Lima. El decorado está formado por estructuras mecánicas, en las que se integra una gran pantalla, que cambian constantemente para recrear diferentes ambientes. En otras ocasiones este mismo escenario se ha quedado pequeño para lo que se estaba representando pero esta vez, con El Jovencito Frankenstein, aciertan avanzando las tablas e inhabilitando las dos primeras filas de butacas para poder encajar de manera impecable la escenografía y los movimientos de los artistas que entran y salen también por el patio de butacas. La escenografía y la iluminación son dos puntos fuertes que demuestran una perfección técnica digna de matrícula de honor y que acompaña en todo momento al brillante trabajo de los actores y actrices que se despliegan por todo el escenario ejecutando limpiamente las coreografías.
Espectacular elenco formado por Víctor Ullate Roche como Dr. Frederick Frankenstein; Marta Ribera como Elizabeth Benning, la prometida de Frankenstein; Jordi Vidal como Igor, el sirviente fiel de Frederick; Cristina Llorente como Inga, la joven asistente del doctor; Teresa Vallicrosa como Frau Blücher, ama de llaves y Albert Gràcia como la creación del Dr. Frankenstein. Todos lo bordan de principio a fin y, aunque resulte complicado que destaquen de manera individual cuando todos lo hacen así de bien, me gustaría resaltar la brillante labor de: Víctor Ullate que baila y canta demostrando una admirable versatilidad que sorprende y atrapa a todos los espectadores, Marta Ribera que demuestra experiencia y seguridad sobre las tablas con su potente voz y, por último, el maravilloso trabajo de Jordi Vidal. Todo el elenco realiza un gran trabajo interpretando, cantando y bailando. ¡Bravo!
Se trata de un espectáculo concebido para dejarse llevar y centrar los cinco sentidos en el escenario del Teatro de la Luz Philips Gran Vía de Madrid. Es una pena que el funcionamiento de este teatro no ayude a ello puesto que permiten cenar –tanques de palomitas, bolsas de patatas fritas, inmensos refrescos, dulces, etc.- al público mientras tiene lugar el desarrollo de la obra. Los que no vamos a llenar nuestros estómagos y sí a disfrutar de este gran espectáculo musical, no logramos meternos de lleno en la función por el ruido que todo eso implica.
En definitiva, esta adaptación de la película de Mel Brooks es una brillante creación artística que aprueba con muy buena nota.
Crítica realizada por Patricia Moreno