Dicen que en el mundo de La Familia Addams estar triste es ser feliz, lo insensato es lo sensato, sentido dolor es sentir alegría, lo imprudente es lo prudente y la muerte y el sufrimiento son la materia de la que están hechos sus sueños. Pues si esto es así, os confieso que no hago más que soñar con sillas eléctricas. ¿Es esto raro?
La Familia Addams ha llegado a la ciudad Condal; y ¡vaya llegada!. Multitud de entradas vendidas antes de su estreno presagiaban que el éxito que llegaba a la ciudad no iba a defraudar a los amantes del género musical y lo extraño. La Familia Addams es un caramelo de lo más delicioso. Aunque por guión algunos personajes quedan cojos y poco explotados, el musical en sí es un espectáculo que no defrauda en absoluto y te anima a volver a visitar una mansión divertida y loca. ¿Quién no daría su alma por participar en el juego tras la cena?.
Entrar al Teatre Coliseum a disfrutar del oscuro y cómico musical es un regalo. Empezando por el divertido photocall de la silla eléctrica por la cual pasa todo el público (creo que no vi nadie que lo evitara), y siguiendo por el fantástico escenario creado por Felype de Lima, La Familia Addams te impacta de forma directa solo entrar en el teatro/mansión. He de confesar que me he visto todas las películas y series (incluso la de animación) habidas y por haber de estos personajes. Por lo que conozco el producto que se vende casi en su totalidad y al dedillo. Es por ello que debo alabar el conseguido trabajo de escenografía que se ha realizado para el espectáculo. Algo difícil de llevar a cabo y que sorprende en cada escena con su versatilidad y eficiencia. Acompañado del diseño de iluminación de Juanjo Llorens, da la sensación de situarnos en la mágica mansión de Los Addams.
Los Addams son una familia de lo más extraña pero, a su vez, de lo más divertida. Empezando por Lurch (Javier Canales) y acabando por la Abuela (Meritxell Duró), todos, sin excepción, son personajes de lo más creíbles. He de dar crédito a la dirección de casting realizada por Daniel Anglès quien fue el encargado de encontrar a los actores y actrices que interpreten dichos papeles. ¡Son ellos!; no hay duda alguna. De la misma manera, he de alabar la fantástica dirección actoral de Esteve Ferrer; quien ha sabido llevar estos personajes a tal extremo de perfección. ¡Bravo por ambos!.
Javier Canales (Lurch) nos da un «Frankestesiado» personaje que amar. Lurch es de los personajes más graciosos del espectáculo (y de los más queridos). Una interpretación bárbara de Canales en un personaje difícil en el que sus movimientos y expresiones son de lo más agradecidas. Sus contestaciones, apelaciones y su pose de mayordomo lento, hacen que cada vez que aparece en escena no dejemos de mirarle. Es hipnótico. Y, dios mío, ¡que voz! ¡que graves!.
Otro personaje que hipnotiza por sus locuras es la Abuela (Meritxell Duró). A Duró, la conocemos como miembro recurrente en los espectáculos de La Cubana. Su gran don cómico y de cambio constante de personaje, hace que sea una apuesta segura para interpretar a la Abuela Addams. Duró nos hipnotiza con su personaje. Ya en la canción inicial de musical vemos el cáliz que va a tomar su personaje y, dios mío, ¿hasta dónde lo va a llevar Duró? De sobrada experiencia en la comedia, Duró crea un personaje deslenguado y cómico que está en todos los fregaos. Solo verla entrar en escena, hace que te lleves la mano a la cabeza pensando qué va a hacer con lo que se trae entre manos. Y es que, aun ser una obra muy marcada, da la sensación que en cualquier momento Duró va a explotar y hacer de las suyas como gran experta en improvisación que es.
El Tío Fétido (Frank Capdet) es el personaje que menos recorrido tiene en el espectáculo. Podemos decir que es el que lleva el control del hilo argumental de la obra; pero en sí, el guión no lo aprovecha en absoluto. ¿Dónde está su relación con Gómez? ¿Dónde está la relación con su familia en general? Como indicaba, es un personaje que por guión es poco aprovechado para lo que puede dar de sí. Aún así, en los pocos minutos que lo vemos en escena, Frank Capdet da lo mejor de si verbalizando las cábalas que todos nos hacemos durante el espectáculo. Un personaje carismático en la historia de Los Addams que, en el musical, lamentablemente se utiliza como un mero narrador de la acción.
Morticia y Gómez (Carmen Conesa y Xavi Mira), encarnan a la perfección la pareja oscura de amantes que todos recordamos. Aunque Morticia se muestra como un personaje más plano de lo usual, cuando la acción llega, Morticia se muestra como el personaje retorcido que nos encanta. Nos hechiza con los juegos psicológicos que vuelven loco a su marido. Por su parte, Xavi Mira, es uno de los personajes que se lleva al público de calle. Como uno de los protagonistas indiscutibles del espectáculo, Mira nos muestra un Gómez juguetón, amante de su familia, un padre que lo daría todos por su hija; aunque ello le costara la confianza de su mujer (personaje por el que lo daría todo también). Esta dicotomía de vivir por las mujeres de su casa y complacerlas, hará que su personaje llegue a torturarse él mismo. Algo que, a veces, pensamos que le encanta.
Y finalizamos el repaso de Los Addams con Miércoles y Pugsley; Lydia Fairén y Alejandro Mesa respectivamente. Lydia lleva, absolutamente, todo el peso de la historia. Miércoles Addams se ha convertido en una adolescente (justo lo que nunca pudimos ver en las series y películas) y, parece que todo lo que conoce se desmorona poco a poco. Se ha enamorado de un chico totalmente diferente a ella y eso la castiga mentalmente. Por momentos parece que se está convirtiendo en una Morticia en potencia. Por otro lado, vemos que la relación con su hermano es tan tortuosa como la recordamos. Ella es emocionalmente distante y castigadora y, Pugsley, es de lo más dependiente. El dúo Fairén y Mesa funcionan a la perfección. Es un gusto verles juntos en escena. Mientras que Miércoles es de lo más gritona e histérica (el cambio en su situación personal la está acribillando mentalmente); Pugsley intenta que su hermana no lo abandone por un nuevo novio que no le llega ni a la suela de los zapatos. La energía entre ambos actores es tan buena que se nota una complicidad mágica entre personajes.
Por su parte, Fairén es Miércoles Addams. Tras verla en el escenario, no podemos decir otra cosa. Ella es una apuesta segura en cualquier musical que haga. Ahora mismo, es la actriz catalana en potencia. Lo hace todo, lo canta todo, está en todos los musicales habidos y por haber. Y su espectacular calidad y técnica vocal hace que pase de su primera canción en la que su personaje está en un estado nerviosamente deplorable, a un crescendo que, como un tornado, presagia que va a arrasar con todo y con todos. Esta chica es mágica.
Por su parte, Alejandro Mesa tiene un personaje más comedido pero mucho más cómico. La relación que tienen ambos es tortuosamente deliciosa pero es un gusto ver a Alejandro Mesa sin su hermana en el escenario. Las escenas de preocupación con su abuela, el cómico cuadro donde no puede dormir por su preocupación constante (amorosamente terrorífico) y su papel en el juego tras la cena, hacen que Mesa convierta a Pugsley en un personaje que esperas que vuelva a salir rápidamente a escena. Se nota que el actor disfruta con un personaje que le da mucho juego y eso hace que lo amemos aún más.
Pero no solo Los Addams colpan la escena. La familia del novio de Miércoles, Lucas, también nos dan un juego de lo más completo. Lucas (Fabio Arrante), Alice (Eva María Cortés) y Mal (Andrés Navarro) nos muestran a una familia muy reconocible y cercana. Lucas, el novio de Miércoles, es un chico joven, ilusionado y con ganas de seguir a su chica en lo que haga. Aun así, por aprendizaje familiar, es un chico muy reflexivo que sopesará todos los cambios antes de proceder a cambiar. En sí, podemos decir que es temeroso en el sentido dubitativo de la palabra y esto, con Miércoles, no es posible. Por su parte, sus padres Mal y Alice, son una pareja de mediana edad estancada en su relación. Mal es el típico padre de familia trabajador que está más pendiente de su carrera que de su familia y, Alice, la típica ama de casa que está harta de su vida y que necesita un poco de acción en su vida. Son el antítesis a Morticia y Gómez. Juntos muestran a la perfección una familia típica americana que se precipita al abismo de la desesperación y el aburrimiento. Algo que, como núcleo familiar, puede darnos más miedo que cualquier Addams.
Por último, no quiero olvidarme de los Ancestros (Tatán Selles, José Miralles, Javier Navares, Malia Conde, Carmen Soler, Marta Arteta, Sylvia Parejo, Carlos Renedo, Ernest Fuster y Marc Vilavella). El elenco coral del espectáculo que en muchos momentos da el contrapunto cómico y que ayudarán al Tío Fétido a que el amor pueda (o no) triunfar. Sin ellos, muchas escenas no serían lo mismo. Su apoyo, capitaneado por Zuhaitz San Buenaventura, es absolutamente imprescindible.
La Familia Addams ha llegado a la ciudad Condal para habitar el Teatre Coliseum hasta febrero de 2019. Si quieres morir de risa, darte algún calambrazo, alucinar con unas luces y escenografía mágicas y, sobretodo, disfrutar con interpretaciones dignas de recibir cualquier premio del género, no te lo pienses y acude al Coliseum de Barcelona. Los Addams ya están aquí.
Crítica realizada por Norman Marsà