La obra que se ha estrenado recientemente en los Teatros del Canal, 7 años, es una adaptación teatral de la primera película que produjo Netflix en nuestro país. Daniel Veronese versiona y dirige esta comedia escrita por José Cabezas.
En una lujosa oficina situada en el centro de Madrid se reúnen tres hombres y una mujer fuera de su horario laboral. Los cuatro se conocen desde hace bastantes años pero no se trata de un encuentro amistoso, simplemente tienen algo en común: el fisco les ha pillado por haber desviado fondos a cuentas opacas en Suiza y es cuestión de tiempo que la policía entre en la empresa para detenerlos. Sus abogados les han aconsejado que uno de los cuatro se entregue y asuma toda la responsabilidad pero, ¿quién asume la culpa? ¿Cuál es el precio de pasar 7 años en la cárcel?
Un tema completamente actual puesto que la corrupción está muy extendida y amenaza constantemente con destruir el progreso de nuestra sociedad; pero la corrupción no es lo más importante en 7 años, lo interesante es cómo esta situación límite saca a relucir rencores, desengaños y frustraciones.
Los actores se esfuerzan enormemente bajo la brillante dirección de Veronese, destilando autenticidad. Da gusto ver a cinco actores- Miguel Rellán, Carmen Ruiz, Eloy Azorín, Juan Carlos Vellido y Daniel Pérez Prada– tan bien compenetrados que hacen la delicia del público que no pierde ni el más mínimo interés a lo largo de los 80 minutos que dura la función. Estupendo elenco en el que el juego dramatúrgico es brillante pero en el que me gustaría destacar a Miguel Rellán; actor al que he visto en numerosas obras de teatro y que siempre me ha dejado fascinada con su trabajo. Es un ejercicio admirable y maravilloso el que siempre realiza este intérprete.
Todo se desarrolla con una escenografía que recrea el loft que ocupan las oficinas de los personajes, se sirve de una mesa y sus respectivas sillas, un sofá y algunos elementos que se van usando a lo largo del espectáculo. Mónica Boromello con su escenografía da espacio a la acción y apoya el trabajo de unos actores que se desenvuelven sin ningún problema.
La iluminación y lo que sucede en escena confluyen en gran armonía, Juan Gómez Cornejo e Ion Aníbal López realizan un trabajo preciso y acertado.
Una atrayente historia llevada al teatro que no iba a poder salir mal. Apuesta altamente recomendable para disfrutar de una buena tarde de teatro que nos hará reflexionar sobre lo que somos capaces de hacer en una situación límite.
Crítica realizada por Patricia Moreno
