El Médico El Musical, basado en el best seller homónimo de Noah Gordon, aterriza en el Teatro Nuevo Apolo con una enorme producción enteramente española que mueve con gusto y saber hacer a más de 40 personas en escena. Una veintena de músicos en directo dan vida a la emoción de las aventuras de Rob J. Cole, un personaje que conquistó al mundo.
No viene del West End o de Broadway, viene de Huelva. Concretamente de Moguer, población de la que son originarios sus autores: el compositor Iván Macías, autor de la partitura, y el escritor Félix Amador, responsable del libreto. Y nada tiene que envidiar El Médico a un gran estreno londinense o americano, es más, lo cierto es que podría superar a varios de ellos casi sin despeinarse. Historia que llega al espectador, música al nivel de clásicos del género (que no se refugia en melodías facilonas), escenografía y puesta en escena inteligente, dirección de José Luis Sixto, co-dirección y coreografía efectiva de Francesc Abós, vestuario obra de Lorenzo Caprile, efectos de magia (a cuyo diseño ha contribuido Jorge Blass), elenco y orquesta de interpretación sobresaliente… Todo en El Médico hace evidente el cuidado, cariño y esfuerzo titánico llevado a cabo para convertir a un proyecto, que empezó casi como una idea utópica, en una realidad que después de entusiasmar al propio Noah Gordón se presentó la pasada temporada en varias ciudades españolas en formato de concierto sinfónico.
Ahora para asentarse en Madrid, el Teatro Nuevo Apolo ha tenido que hacer algunas obras para acoger las dimensiones de este montaje que guarda siempre una vuelta de tuerca más, incluso cuando parece que visualmente ya ha enseñado todas sus cartas. Los detalles escenográficos (que no conviene desvelar por no caer en el spoiler estético) mantienen la atención del espectador a una historia larga en duración que no pesada en contenido. El despliegue técnico, que no cuenta con elementos rompedores en sí mismos, si que efectúa un juego coreográfico entre ellos que construye una composición elegante y aprovechada hasta el último rincón: empezando por el marco de palabras que encuadran el escenario. Frases que recuerdan la procedencia literaria de lo narrado y se convierten en espectáculo una vez se alza el telón.
El viaje comienza partiendo de la neblina y la sombra del Londres del siglo XI. Este es el oscuro punto de inicio (que puede evocar a algunos cuadros de Los Miserables de Claude-Michel Schönberg) de la vida del huérfano Rob J. Cole: un joven con el don de predecir la llegada de la muerte. Al igual que la novela el musical acompaña a Rob hasta Persia, lugar remoto en el que busca recibir clase del maestro Avicena (figura histórica fundamental de la medicina Medieval). El amor, la tragedia, la difícil convivencia entre religiones monoteístas y la ciencia se cruzan en su camino. Terreno pantanoso para el personaje pero fértil para un cast elegido con precisión.
Adrián Salzedo encarna con energía y carisma a un protagonista lleno de ilusión que, de manera natural, se lleva todas las miradas. Joseán Moreno, Ricardo Truchado y Alain Damas son Barber, Avicena y El Sha respectivamente: no se sabe si ellos están hechos para interpretar sus roles o si son los papeles los que se han cortado a medida para ellos. Todos componen un dream team que para el único personaje femenino (Mary Cullen) se reserva a una soprano elegante e hipnótica: Sofía Escobar. La portuguesa hace un apreciable esfuerzo para equilibrar la dicción de su parte hablada con esos fragmentos cantados que transita con perfección. Llama poderosamente la atención el elenco infantil aportando ese toque de dulzura, matices y potencia vocal a la altura de sus destacados compañeros de reparto.
El Médico El Musical es una acertada sinfonía teatral preocupada por ser fiel a la historia y esencia del libro que la inspiró. Objetivo logrado. La prolija cartelera madrileña, que parece superarse a si misma con cada superproducción musical, ya tiene una nueva cita obligada. En resumen: musical made in spain que se disfruta con orgullo. Imprescindible.
Crítica realizada por Raquel Loredo