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04.07.2018 Críticas  
Lentejuelas al ritmo de la música

Nine El Musical llega al Teatro Amaya de la mano de Showtime Producciones para hacerse un hueco cartelera estival de la capital española. Libreto de Arthur Kopit con música y letra de Maury Yeston.

Nine es un musical creado en los años 80 para Broadway y basado en la película autobiográfica 8 y ½ de Federico Fellini. En él, se narra la historia de un galardonado director de cine, Guido Contini, que trata de encontrar el relato perfecto para su nuevo guión aunque en su mente sólo hay cabida para multitud de atractivas mujeres ansiosas de estar a su lado.

Contar una historia basándose en la cinta italiana más alabada por la crítica internacional es meterse en un terreno muy complicado en el que quizá se disfrute más siendo un desconocedor de la desbordante película originaria. Mientras que Fellini nos mantiene atentos durante los 140 minutos de película gracias a su trepidante ritmo, Nine El Musical nos acostumbra a un ritmo lento y sosegado durante las dos horas –descanso incluido- que dura la función, cuestión que complica un poco más el hecho de meterse en la piel del protagonista interpretado por Álvaro Puertas de una manera correcta; sin destacar en ningún momento pero saliendo airoso de esta función. Siempre acompañado de un puñado de mujeres que le rodean, a las que usa continuamente y sin las que, en cambio, no es nada ni nadie.

Ellas son las verdaderas protagonistas de esta historia en la que actúan, cantan y bailan llamativas coreografías para acompañar, en todo momento, la narración de la obra. Patrizia Ruiz, Chanel Terrero, Marcela Paoli, Idaira Fernández, Chus Herranz y Angels Jiménez desarrollan sus respectivos papeles con un gran despliegue de vestuario que impacta y acompaña de maravilla lo que sucede en las tablas. Llama la atención las diferencias entre unas y otras a la hora de expresar emociones para acompañar a las canciones y coreografías; hay quien no embellece los movimientos de su cuerpo ni los dota de carga emocional y a quien desborda expresividad y hace que todo sea bastante más creíble. Se echa de menos una mayor carga interpretativa y expresiva que aporte fuerza al texto.

Aunque sí destaca en gran medida el personaje de la sufrida mujer del director interpretado brillantemente por Roko, que nos brinda los momentos sobrios de esta historia.

Un punto a destacar en la obra es que todos los actores están acompañados por una pequeña orquesta que toca en directo y dota de frescura al espectáculo, sobre todo cuando la función ya está algo avanzada y logran corregir algún fallo de sonido que hace retumbar la percusión más de la cuenta. La música en directo siempre es un lujo y siempre es un punto a favor para que la obra merezca más la pena.

Por otro lado, la iluminación logra recrear ese universo surrealista en el que se desarrolla la historia y nos transporta diversos lugares. Luces y sombras son, en determinados momentos, las grandes protagonistas junto a una inteligente escenografía de diferentes alturas que aprovecha todos y cada uno de los espacios y que hace brillar al espectáculo

Todo ocurre con un escenario lleno que contrasta con un desolador patio de butacas casi vacío que no termina de arrancar a aplaudir hasta que Nine El Musical llega a su fin. Y así comienza el verano, con una obra recomendada a quienes quieran acercarse a ver algo diferente en el Teatro Amaya de Madrid.

Crítica realizada por Patricia Moreno

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