Josep Maria Miró estrena su nuevo texto en la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya. Del 10 de mayo al 17 de junio podemos ver la cara oscura de una comunidad que se enfrenta a sus peores miedos. Un montaje de gran formato dirigido por Xavier Albertí y que cuenta con un reparto repleto de nombres destacados de nuestra escena.
Una tranquila urbanización fronteriza se dispone a organizar una celebración que tendrá lugar en el pabellón municipal, el cual se encuentra situado en la salida de la localidad, cerca de una zona boscosa por donde se comenta que transitan personas extranjeras de manera irregular. Con la aparición de varias pintadas con mensajes amenazadores, se apoderará de la población una espiral de miedo, suposiciones y violencia que no sólo trastornará la vida rutinaria de sus habitantes, sino que acabará perturbando gravemente sus normas de convivencia.
Albertí ha compuesta la música original y dirige a un elenco integrado por Manel Barceló, Carme Elias, Sara Espígul, Borja Espinosa, Eduard Farelo, Marina Gatell, Alicia Gonzále Laá, Míriam iscla, Laia Manzanares, y Malcolm McCarthy. La escenografía es de Lluc Castells y la iluminación de Ignasi Camprodón. María Araujo firma el diseño de vestuario.
Miró lo explica con sus propias palabras: “Los paisajes y las arquitecturas tienen un papel central en mis textos. En Temps Salvatge, Ivana, una joven de 17 años que acaba de llegar a la comunidad de vecinos que protagoniza la obra, les dispara en varias ocasiones la misma pregunta: ¿Es este un lugar hermoso para vivir? Se me hace inevitable pensar en buena parte del teatro que he escrito y constatar que es una pregunta que sobrevuela la mayoría de los títulos.
En Temps Salvatge, los protagonistas también creen haber conquistado este espacio hermoso para vivir, o al menos eso dicen. Sólo la llegada de alguien nuevo, como Ivana o los inmigrantes que atraviesan el bosque con la voluntad de quedarse, puede cuestionar si esta es una belleza real, un espejismo, una impostura o, directamente, una mentira. Es posible que este lugar hermoso para vivir ni se conquiste, ni sea fruto del mercadeo, ni se habite a cualquier precio. Hay que construirlo con intangibles que configuramos los humanos con nuestra manera de actuar y con los vínculos y los pactos que establecemos con los demás.
Como en toda arquitectura, hay que revisar, con cierta constancia y profundidad, el estado de los cimientos. Precisamente porque la belleza y el bienestar no se conquistan, Temps Salvatge reclama la necesidad urgente de encontrar instrumentos éticos, tanto individuales como colectivos, para convivir con nosotros mismos y con los demás. En esta fortalecida arquitectura vecinal con puertas que los vecinos se recuerdan entre ellos que hay que cerrar para que no entren elementos peligrosos, alguien consigue entrar y hacerles pintadas en las paredes. Raquel lo tiene claro: Tuvimos la sensación de que habían agredido nuestras paredes pero, en realidad, van exudaron lo que hay de verdad en nuestras casas.
Pienso en el tiempo y el mundo que me ha tocado vivir, lo que me gusta y quiero que protagonice mi teatro. Pienso en el mar Mediterráneo, superficie de azul paradisíaco y fondo negro de Temps Salvatge. Refugiados. Pienso en las arquitecturas físicas, pero sobre todo, mentales del poder y de la justicia. Pienso en los paisajes de fiesta y arquitecturas domésticas donde se ejerce la violencia contra mujeres, hombres, viejos o niños. Pienso en las ruinosas paredes de la historia que hay quien creerá que una lucida capa de pintura es suficiente para maquillar sus grietas y la posible reproducción de humedades… Yo, como Ivana, me pregunto: ¿Este es un lugar bonito para vivir?”.
Temps Salvatge puede verse en la Sala Gran del 10 de mayo al 17 de junio. Puedes conseguir tus entradas en la web del Teatre Nacional de Catalunya.
