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04.05.2018 Críticas  
Donde nacen las acrobacias

Llega por primera vez a España la prestigiosa compañía china de la provincia de Hunan. Con casi cincuenta años de experiencia en el mundo acrobático, la compañía ha dejado boquiabierto a públicos de todo el mundo. Por una sola noche el Teatro Phillips Gran Vía se vistió de circo y riesgo.

Que la cultura y sociedad china son algo desconocido y lejano para muchos es una verdad indiscutible. Muchos solo pensamos en ellos cuando nos ataca el hambre y las tiendas están cerradas, los hacemos siempre detrás de un mostrador cobrando latas de cerveza y tarrinas de helado a altas horas de la madrugada. Pero que ignorancia la nuestra al quedarnos en esos topicazos. La cultura del gran gigante asiático es tan imponente como inabarcable. Su excelencia en el deporte y el tesón que demuestran es lo que les ha llevado a ser los exponentes de muchos deportes, especialmente los acrobáticos. No hay espectáculo de la franquicia de El Circo del Sol que no cuente con chinos entre sus acróbatas. Su solvencia es algo que asombra al resto del mundo.

Para celebrar el 45 aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y España, la prestigiosa compañía de la provincia de Hunan presentó con Oda a la Juventud una muestra de lo que son capaces de hacer. Un teatro abarrotado, no solo de ciudadanos chinos entusiasmados por poder ver un espectáculo traído expresamente desde su país, sino de muchos madrileños que no quisieron perderse esta única oportunidad.

Números de malabares increíbles, donde no existe el imposible, vuelos aéreos con telas desafiando las leyes de la gravedad. Saltos y contorsiones imposibles de imaginar. Todo aderezado con música y dosis de humor. Un gran número de acróbatas que hacían que el escenario se quedara pequeño. Este es un espectáculo concebido para espacios más grandes y ahí se vio a algunos de los participantes incomodos, por miedo a casi salirse del escenario, y teniendo que medir sus fuerzas.

Aun así, con las limitaciones de espacio impuestas, el público disfrutó de un espectáculo pocas veces visto. Una sucesión ágil y sin pausa de saltos, cabriolas, vueltas y piruetas. El asombro ante unos artistas que logran algo imposible para la mayoría de los mortales.

Crítica realizada por Moisés C. Alabau

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