Uno de los retratos más ácidos y divertidos que se han hecho sobre la hipocresía social llega al Teatre Nacional de Catalunya. Entre el 3 de mayo y el 10 de junio podemos ver La importància de ser Frank de Oscar Wilde en la Sala Petita. Una producción del teatro y La Brutal dirigida por David Selvas y con un reparto a tener en cuenta.
La gloriosa trayectoria de Oscar Wilde quedó arruinada repentinamente con la condena a dos años de prisión que le acusaba de indecencia por su vida privada, sólo tres meses después de haber estrenado esta comedia. El escritor, que no se reharía de un golpe tan duro, ya había denunciado a menudo la hipocresía de una sociedad cada vez más conservadora y controladora sobre la intimidad de sus ciudadanos. Una hipocresía que, de manera premonitoria, se convertiría en la protagonista de esta deliciosa obra maestra sobre los enredos amorosos de dos jóvenes británicos y sus secretas dobles vidas, lo anticipa algunas de las principales vanguardias del siglo XX.
Selvas también firma la versión junto a Cristina Genebat que, a su vez, ha realizado la traducción. Laura Conejero, Miki Esparbé, Mia Esteve, Paula Jornet (que también se encarga de la composición musical), Paula Malia, Norbert Martínez y David Verdaguer darán vida a los personajes de la obra. La escenografía es de Jose Novoa y el vestuario de Maria Armengol. La iluminación corre a cargo de Mingo Albir y el sonido de Lucas Ariel Vallejos. Además, el espectáculo cuenta con dirección musical y arreglos de Pere Jou y coreografía y movimiento de Pere Faura.
Selvas nos explica: “Dice Paco Nieva que La importància de ser Frank es «un perfecto sueño de teatro, una comedia despiadada y excéntrica, perfecta, bella y onírica como la vida de una rosa en las extrañas paredes de un jardín vertical». Una rosa delicada que nos recuerda lo efímero y revelador que tienen la belleza y la vida. Wilde escribió un artefacto perfecto lleno de sabiduría dramatúrgica y de inteligencia vital. Con sus réplicas desacomplejadas hace que la verdad explote en la cara de los espectadores que se sienten constantemente interpelados.
Wilde obra una gran cantidad de territorios por donde se pasean sus personajes: el amor, el deseo, los orígenes, el compromiso, la hipocresía, la identidad y, especialmente, la libertad, su tan querida libertad, para poder ser quien era, y que le llevó a la cárcel poco después de escribir La importància de ser Frank. Este sentimiento de libertad está presente en toda la función. Y quizás la concreción mejor hallada de esta libertad la vemos en dos de los personajes femeninos, Gwendolen y Cecily, que viven con tanta o más intensidad su vida soñada que su vida real. ¿Dónde están los límites de cada uno de nosotros? ¿Por qué nos autocensuramos? ¿Cómo podemos llegar a ser, con plenitud, nosotros mismos?
Aunque quizás cueste de ver, ya que nos encontramos ante una comedia luminosa, dentro de la pieza, hay también una fuerte pulsión de muerte. Como toda obra de arte que nos resuena, después de más de cien años de ser creada, lo que nos cuenta Wilde de cómo vivir está profundamente ligado a que esto de existir (que sepamos nosotros) sólo pasa una vez y que nuestra «estancia» en este mundo sólo tiene sentido si llegamos a ser libres”.
La importància de ser Frank puede verse del 3 de mayo al 10 de junio en la Sala Petita y tiene prácticamente todas las localidades vendidas antes de su estreno. Puedes conseguir la tuya en la web del Teatre Nacional de Catalunya.