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29.03.2018 Música  
El Brunch- in the city trae la luz que Barcelona necesita

Llega la primavera y con ella los esperados Brunch- in the City, donde la plaza mayor del Poble Espanyol se transforma en un espacio polivalente que acaba en pista de baile. Ya son 7 primaveras bailando al sol y es que el festival no ha dejado de crecer llegando a agotar las entradas a su paso.

El pasado domingo volvió a ser un éxito, y es que el cielo amenazante de lluvia no pudo con las ganas de disfrutar de un buen Brunch mientras escuchamos la exquisita oferta musical.

Brunch- in the City es el evento para todos pensando en los domingueros que necesitan de ese vermouth, las familias con niños en busca de actividades distintas para los más pequeños, los dormilones que ni madrugan ni salen de noche y hasta los más fiesteros que no han dejado de bailar todavía. Una fiesta emblemática en la Ciudad Condal que es conocida entre los locales y los forasteros que llenan la plaza mayor.

Barcelona se despertó con ganas de lluvia, sin embargo los más pequeños ya estaban ahí desde primera hora en la rampa de skate, la cama elástica, los billares o disfrutando de los talleres que se imparten hasta las 4 p.m., hora en que concluye el Petit Brunch y los peques se recogen en casa para convertir este espacio lleno de actividades y hamacas en las que se podía tumbar al sol y disfrutar de la maravillosa oferta gastronómica.

Debido al temporal, Brunch- in the City fue un paso por delante y montó una carpa para cubrir toda la pista de la plaza mayor. Por suerte no calló una gota de lluvia y solo quedó en una tarde nublada cegada por la insuperable iluminación del escenario: focos, flashes y paneles led para hacer un domingo inolvidable. ¿La decoración? Un contraste entre el complejo de la plaza mayor; cual pueblo en fiestas la gente se congrega en la pista de baile de cara al DJ como si de un pregón se tratara. Las zonas de descanso rodean la plaza dando una vista estupenda del escenario. Este año hasta tenemos un fotomatón para inmortalizar momentos, momentos muy locos cuando ves, desde fuera, numerosos grupos de gente que intentan hacerse la foto todos juntos. Otra de las novedades de este año es la apertura de la sala Upload, desconocemos si los asistentes se han fijado en este detalle, pues no tenía mucha afluencia.

A pesar de sus sold outs hay que decir que Brunch- in the City tiene un aforo más que correcto para estar a gusto, eso sí, si perdieras a tus amigos pasarías un ratito hasta dar con ellos. Buen ambiente entre bailes y sonrisas escuchando música electrónica desde inicio de la tarde.

La tarde se abrió con TERR; techno retro, elegante y con carácter, contundencia y presencia definen a esta mujer que pudimos ver de nuevo en Upload. Desde Magicwire y R&S Recordings recibimos al escenario a LONE, un regalo para nuestros oídos para acabar de entrar en calor mientras se va llenando la pista del Brunch. Un poco de sonido ambient que va evolucionando a un house exquisito con melodías más cañeras.

A medida que fue avanzando la tarde el Brunch se fue llenando de color, y es que parece que es tendencia el acudir a este tipo de fiesta con todo tipo de pelucas, globos de unicornio y cualquier disfraz que se te pueda ocurrir. Todo este ambiente divertido pero pintoresco a la vez se unió en armonía para vibrar con el artista más esperado de la noche; Apparat. Ecléctico, pura carisma a los cdj, house, melodías pegadizas que te hacían bailar solo. El momentazo de este Brunch fue cuando hizo sonar a Moderat por los altavoces, pues llegó a enloquecer al público y fue protagonista de los videos de todos aquellos que tenían su smartphone alzado.

El festival concluyó con unas palabras de Apparat con una sonrisa de oreja a oreja ¿Y cómo no iba a sonreír con un público tan entregado? Brunch- in the City ha demostrado, año tras año, ser un auténtico éxito y estamos seguros que lo seguirá siendo en las próximas ediciones. El 8 de abril debutará en el Petit Amfiteatre del Mar en el Fòrum de Barcelona, así que estad atentos y nos vemos en el Brunch.

Crónica realizada por Nina Delgado

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