La bola de espejos de la Sala Bikini ha brillado como nunca durante la visita de Kylie Minogue, dentro del tour europeo de presentación de su nuevo álbum de estudio Golden. Tras su paso por Londres y Manchester y previo a los shows de París y Berlín, Barcelona ha sido la ciudad elegida para disfrutar en primicia de los nuevos temas de la artista australiana.
Kylie presents Golden ha seducido por completo a los 800 espectadores que han abarrotado el recinto. Puntual, con su banda de cinco músicos y dos backup singers, Kylie nos ha deleitado con 15 canciones, 9 de ellas de su último proyecto musical. La ilusión y emoción de todos los convocados se ha mantenido con ritmo creciente durante los 80 minutos que ha durado el show. Un escenario prácticamente desnudo con una gran K protegida por un corazón al fondo, todo plagado de bombillas led multicolor, nos ha recibido al ocupar la pista, creando ya de entrada un ambiente cercano, cálido y confortable.
La cantante se ha mostrado generosa y muy cómoda con su público. Se ha crecido en la corta distancia y nos ha engatusado con sus modos distendidos y espontáneos y con la simpatía que la caracteriza. Ha demostrado la consolidación de un rango vocal que nos ha sorprendido por la profundización en unos agudos acentuados y totalmente afianzados. Sin ninguna prisa por finalizar los versos de las canciones y fortaleciendo el cuerpo de la música con una voz limpia, inalterable y muy consistente, Minogue ha defendido los temas con personalidad logrando gran calado entre el público con todos ellos. Sus movimientos de baile, sin grandes coreografías debido al formato, nos han entusiasmado tanto o más que en anteriores ocasiones.
No es habitual que una artista de estas características se moleste en explicar sus canciones. La cantante nos ha contado cómo se sintió de inspirada durante su viaje a Nashville (Estados Unidos). La música country está muy presente en Golden, pero no se trata de un tema o dos aislados sino que Minogue se lo ha llevado a su terreno, incorporándolo con naturalidad dentro de su propio estilo. Canciones reconocibles dentro de su repertorio pero que esta vez profundizan más en las letras y consiguen desarrollar historias. Y tras la primera escucha, podemos afirmar que nos encontramos ante un disco de primera categoría. Kylie nos sigue regalando sus wops, wows y ahs que tanto nos gustan a la vez que se revela como una gran intérprete de las letras. De su paso por la capital del estado de Tennessee ha dejado testimonio con su interpretación de “Islands in the Stream” de Dolly Parton y Kenny Rogers.
Centrándonos en Golden, la cantante ha compartido 7 temas además de los 2 singles “Stop Me From Falling” y “Dancing”, que ya conocemos y ha reservado para el tramo final del concierto. Y la verdad, tras la primera escucha podemos afirmar que aquí se huele a éxito. “One Last Kiss” y “Sincerely Yours” nos han gustado y serían quizá los momentos más serenos y relajados del álbum. “Dancing” ha desprendido una euforia considerable en directo, casi tanta como “Stop Me From Failling”. Canciones con entidad propia gracias al gran trabajo con las letras que se engarzan y dibujan una línea muy bien delimitada y transversal para todo el álbum. “Golden”, “Shelby ’68” y “Radion On” son desde ya temazos. Pero es que todavía queda espacio para dos títulos que estamos convencidos se situarán a la altura de los más icónicos de la cantante: “Raining Glitter” y el anthem cargado de significado “A Lifetime to Repair”, probablemente la mejor canción de todas las presentadas.
Back where She belongs. Todavía ha habido hueco para versionar algunos temas anteriores acercándolos al estilo del nuevo trabajo pero sin olvidar que estamos hablando de Kylie Minogue y de que nos encontramos en una pista de baile. Tras un reposado retorno a los 80’s 90’s con “Breathe”, “Put Yourself in My Place” y una versión hipnótica de “Hand on Your Heart”, la cantante ha provocado el delirio de los asistentes con “All the Lovers”, que ha interpretado con un tempo in crescendo y, muy especialmente, con una versión de “The One” que se encuentra entre lo mejor que le hemos escuchado en sus conciertos en vivo. Realmente espectacular.
Finalmente, la visita de Kylie Minogue a Barcelona, situándola como una de las capitales europeas donde su figura es más valorada, ha dejado en evidencia varios aspectos. No hay artista capaz de engañar a nadie en la corta distancia de un espectáculo en vivo como este. Y la australiana ha demostrado que cuando se despreocupa de los cambios de vestuario y los grandes montajes audiovisuales y se muestra a sí misma en esencia, nos encontramos ante una vocalista impresionante capaz de transmitir la fuerza de las letras y de llegar a todos y cada uno de los asistentes. “Starlight shimmers everywhere. There’s a certain something in the air. Can you feel what I feel in me? It’s in the air, electricity. Glimmering under neon lights I can see the look, that’s in your eyes. Like a shooting star in a galaxy making its way to the heart of me…” Pues eso, una noche para el recuerdo.
Crónica realizada por Fernando Solla