El OffSide Romea acoge Kabarett Protokoll. Un espectáculo de La Bacanal que disfruta de una nueva vida escénica y que sigue sorprendiendo por la total adecuación y alegato hacia un género del que aprovecha todas sus posibilidades. Espíritu crítico y suceso festivo como fórmula indisoluble.
Que el espacio elegido sea el del vestíbulo de un teatro no deja de ser curioso. Símil del lugar que se suele reservar para la verdadera denuncia y reivindicación artística. También la posibilidad de exhibición, en algunos caso. En este concreto, los baldosines del hall del Romea recuerdan a los del anterior e inicial hogar de la pieza, El Maldà. Explicar los detalles y especificidades de esta función sería traicionar a los espectadores y a los propios implicados. Lo que sí que podemos decir es que la pieza se presenta como un ensayo o work in progress al que el público es invitado y donde se llevará a escena a todos los implicados en el proceso de creación.
De este modo, dramaturga, directora, director musical e intérprete(s) usarán su propio nombre y cargo durante el desarrollo del espectáculo. Incluso el público. Que a nadie le quepa duda de que nos encontramos ante una verdadera rebelión cuyo nivel de argumentación se vehicula a través de la propia pieza de manera sublime. Hacia la situación laboral del sector artístico y hacia el momento social y político en el que vivimos. Ya la elección del título, las grafías elegidas y la explicación del significado de ambas palabras mientras dura la función definen el alcance de la propuesta. Político, literario, intelectual y explícitamente divertido. Reivindicación tanto del género como del contenido.
Hay que destacar el trabajo de investigación y documentación realizado por Tornero. El homenaje inclusivo de todas las figuras que impulsaron el cabaret para plantar cara (o defenderse/defendernos) del nazismo en Berlín también encuentra su espació aquí. Kurt Tucholsky, Friedrich Hollaender, Ernst Toller, Bertolt Brecht o Hans Eisler. La mención no es gratuita y evidenciar cómo a día de hoy puede sernos de utilidad la mentalidad expresada a través del alegato artístico de aquéllos se traduce en un ejercicio clarividente. Muy relevante también la queja hacia el status quo reivindicativo que se empecina en mirar al pasado para comprender al presente. La reflexión al respecto es también muy ilustrativa.
El trabajo con el lenguaje es también relevante. Con el nuestro y con el del género, del cuál se escenificará una a una cada característica. La elección e interpretación de las canciones muestra no sólo adecuación sino una sensibilidad muy especial. Todos los implicados realizan una labor excelente y juegan muy bien con las posibilidades que la función les ofrece de mostrarse a través del personaje de sí mismos. La presencia escénica de Nadal y Tornero resulta especialmente elocuente y significativa. Genís y Machancoses no se quedan atrás y repercuten directamente en la calidad y cercanía del resultado final. Entre todos, nos mostrarán un claro ejemplo de que la profundización en el universo de autores y pensadores interdisciplinares no es un ejercicio elitista sino necesario y muy útil.
Finalmente, y como sucede con todas sus creaciones, encontramos algunas señas de identidad que permiten ubicar este espectáculo dentro del corpus dramático de Tornero. Su inquietud por incluir el proceso de creación artística, así como los distintos géneros y formatos, y darles un lugar y espacio protagonistas de sus piezas se consigue aquí de forma culminante. Excelente espectáculo que, por sus propias características, resulta distinto en cada función.
Crítica realizada por Fernando Solla
