El Teatre Condal está ultimando los preparativos para el estreno de su próximo montaje. El fantasma de Canterville se podrá ver a partir del próximo 13 de febrero, con fecha de estreno oficial para el 19 del mismo mes. Un espectáculo que viene avalado por una preventa de entradas considerable.
Jordi González, vicepresidente de Arte y Contenidos del Grup Focus, ha querido destacar el gran trabajo de adaptación que ha realizado Joan Yago, autor del texto que se basa en el cuento homónimo de Oscar Wilde. Se ha mostrado especialmente ilusionado con este proyecto, que vuelve a unir a Josep Maria Mestres y a Joan Pera, tras el éxito de “L’Avar”, hace dos temporadas. Ha celebrado el compromiso de una compañía formada por artistas de distintas generaciones que aman el teatro por encima de todo. Ellos son, además de Pera, Pep Sais, David Olivares, Elisabet Casanovas, Betsy Túrnez y Òscar Castellví. Todos han destacado el vínculo y compromiso que les une, como compañía y hacia el proyecto.
Mestres se ha sumado a las alabanzas hacia el trabajo de Yago que ha superado el reto de adaptar el cuento a literatura dramática. Un autor joven y cómplice al que considera una realidad antes que una promesa. Según sus palabras, el dramaturgo “ha escrito una obra a la Wilde a partir de un texto del propio Wilde”. No es la primera vez que Mestres se encuentra con un caso así. Algo parecido sucedió cuando dirigió “El maletí” de Mark Ravenhill o “Un matrimoni de Boston” de David Mamet. Trabajos influenciados por el de Dublín, autor de quien también ha dirigido “El ventall de Lady Windermere” o “Un marit ideal”. Del célebre dramaturgo distingue su habilidad para situar al público en un terreno inteligente y su libertad creativa, plagada de la más absoluta ironía. De Yago, que ha escrito un texto a su altura y también a la de los tiempos actuales. Para Mestres, hacer Wilde “te coloca en un lugar muy complicado pero también te da un cojín”. Se trata de captar un mundo artificioso y descubrir su utilidad a día de hoy. “La utilidad de lo inútil” o, en otras palabras, el teatro. Una función que “tiene todos los alicientes para convertirse en una gran fiesta”.
El argumento nos remonta al cuento original. Lord Canterville invita al empresario norteamericano Hiram S. Otis y a su familia a pasar el fin de semana en su antiguo castillo, cerca de Ascot (Inglaterra). Lord Canterville, propietario del castillo, advierte a sus nuevos habitantes de que el fantasma de Sir Simon de Canterville, antepasado familiar, vaga por la casa desde que asesinó a su esposa, Lady Eleonore. Pero los nuevos inquilinos, el señor Otis, su esposa Martha y su hija Virginia, no hacen caso de la advertencia y se burlan constantemente de él, aunque el fantasma intenta perturbar la paz familiar por activa y por pasiva, para mantener su reputación y su honor.
Pera ha confesado estar pasándoselo muy bien junto a toda la compañía. Ha desvelado la alocada premisa imprescindible para disfrutar del espectáculo: creer en los fantasmas y en lo inmaterial. Ha reconocido no tener referentes para interpretar a su personaje. A su edad, considera que salir al escenario es su vida y allí halla el único lugar donde se encuentra del todo bien. Considera que realizar esta función supone un aprendizaje considerable y “un trabajo intenso, duro y placentero”. “Lo que estoy aprendiendo aquí es mi futuro”, ha bromeado. Encuentra en el texto una comedia espléndida con un lenguaje nada fácil de reproducir. El fantasma “es un personaje muy bonito que me gustaría saber hacer”. La inquietud por estrenar la función y mostrarla al público es superior a la vivida desde hace muchos años, según sus propias palabras. Para Mestres, el actor “realiza un tour de force muy grande, un update de su anterior colaboración juntos”.
Sais ha celebrado su tan ansiado encuentro sobre las tablas con Mestres. También volverse a reencontrar en escena con Pera, con el que últimamente sólo coincidía en las salas de doblaje. El actor ha rememorado el trabajo de ambos, al poner voz a Rowan Atkinson y Hugh Laurie respectivamente en “L’Escurçó Negre”. A su vez, Olivares destaca el nivel de producción del espectáculo. Para él, el reto ha sido salir del área de confort en que se ha convertido “Polònia”. Coincide con Túrnez en la precisión de Mestres para trabajar con el lenguaje y la fonética catalana, algo que la actriz agradece, así como el aprendizaje que supone para ella trabajar por primera vez de fuera hacia dentro. Por su parte, tanto Casanovas como Castellví han mostrado su alegría por “poder aprender de sus propios referentes” y cómo éstos siguen profesando tanto amor y respeto por su profesión. Todos han celebrado la transversalidad y complicidad de esta familia artística que han creado, a pesar de la diferencia de edad y de experiencia artística.
En esta pieza no podían faltan los elementos mágicos para que todo transcurra en el contexto adecuado. Para los efectos especiales se ha contado con la colaboración y asesoramiento del Mag Lari y con la iluminación de David Bofarull y el espacio sonoro de Jordi Bonet. La escenografía de Pep Duran nos trasladará a un castillo encantado con una gran escalinata y el vestuario de Nina Pawlowsky sitúa la acción en los años 50 del siglo pasado. Todo al servicio de una función que reta a Pera a superar la dificultad de ser un fantasma sin alejarse completamente de la humanidad y el romanticismo necesarios para que el engranaje funcione a la perfección. Y, por si esto fuera poco, sin olvidar una manera de decir y hacer deudora del mundo emocional que tan bien sabía retratar Wilde en sus obras.
El fantasma de Canterville se puede ver en Barcelona a partir del próximo 13 de febrero. Puedes conseguir tus entradas en la web del Teatre Condal.
