La Respiración fue un éxito la temporada pasada, así que solo era cuestión de paciencia que regresará al Teatro de la Abadía. Del 7 al 25 de junio, una función que deja la platea sumida en una atmósfera de levedad y lividez. Una terapia más que recomendable.
Una producción del Teatro de La Abadía y LaZona donde Nuria Mencía (Premio Ercilla y Finalista Premio Max a la mejor interpretación femenina) interpreta a Nagore (ya interpretó un personaje del mismo nombre en En la luna, también de Sanzol, también en La Abadía), una mujer recién separada en trance de recuperar su autoestima y de rehacer su vida. En su viaje por la fantasía le acompañan José Ramón Iglesias (el fisioterapeuta), Pietro Olivera (el profesor de yoga), Martiño Rivas (su entrenador personal), Camila Viyuela (la novia del entrenador personal. Ganadora del Premio Ercilla como actriz revelación) y sobre todo Verónica Forqué, su madre, una mujer vital y optimista que vive con libertad y plenitud, y es quien le azota la conciencia con sus consejos. Maite le anima a que se adentre en otros mundos, que empiece a descubrir otras posibilidades para que no se quede aferrada al recuerdo. La memoria tiene que servir para crear algo nuevo, le dice, hay que vaciar el cuerpo y la mente como quien vacía un armario para que entren cosas nuevas. ¡Hay que respirar!
Y ese principio vital, el continuo movimiento que todos efectuamos sin ser conscientes pero que determina nuestra existencia, respirar, es el punto de partida de la historia. Y para eso recibe el apoyo del profesor de yoga, el fisioterapeuta, el entrenador personal… Todos ellos tejen una red de relaciones familiares y afectivas en torno a Nagore que la ayudarán a encontrar un nuevo equilibrio.
“Quiero volver a tener una familia”. Con esta frase comienza la primera escena de La Respiración. A partir de ahí las andanzas de la protagonista se suceden con una aceleración propia de la comedia pero sin impedir que afloren la ternura y la emoción. Cada paso y cada encuentro es necesario para coger el aliento suficiente para poder abordar una nueva etapa vital y afectiva. La Respiración habla de la facilidad, o no, de asumir cambios vitales, de tener una actitud flexible frente a ellos, y del carácter excluyente y posesivo del amor frente a una energía más abierta, compartida. El texto reflexiona sobre cómo amamos y cómo el amar a unos no significa necesariamente dejar de amar a otros. También habla de la conexión entre la mente y el cuerpo, de cómo se nutren y se reflejan el uno en el otro y la importancia de cuidar de ambos por igual.
El público nunca llega a saber con certeza si lo que ve en el escenario transcurre en la cabeza de Nagore, si es solo una fantasía; por eso no hay necesidad de recrear los diferentes espacios físicos, y los actores no salen nunca de escena. En ese mundo de imaginación todos se aman, todos se quieren y todo se comparte. Es la madre quien ha urdido esa fábula para que Nagore entienda que existen otras maneras de vincularse, para que salga de ese pozo en el que se encuentra a través del acercamiento a otras realidades y para que el viaje le ayude a ver y valorar por sí misma cómo estar sola no es incompatible con sentirse bien. Se habla de amor, y por supuesto, el amor a uno mismo es el inicio de la sanación.
Las entradas para La Respiración en el Teatro La Abadía de Madrid ya están a la venta.
No te pierdas la crítica que realizó Moises C. Alabau