Daniel Quinn, que había publicado libros de poesía y escrito obras de teatro, varios ensayos críticos y bastantes traducciones pero tras la pérdida de su esposa y su hijo en un accidente, abandonó todo aquello, junto con la gente que conocía, para ir a refugiarse en Max Work (un personaje de ficción que protagoniza sus novelas) y vivir en un pequeño apartamento en Nueva York.
Un buena día recibe por error la llamada de un detective privado a medianoche, automáticamente se convierte en el protagonista de su propio thriller.
Al principio de Ciutat de Vidre, Quinn cae rendido a los encantos de una misteriosa mujer que le encomienda proteger a su marido de su enajenado padre. Ante situación de desorientación el protagonista se vuelve consumido ante la misión y comienza a perder el norte.
Mientras Joan Arqué, Pepo Blasco y Nuri Santaló divagan en escena sus siluetas son intervenidas por acertadas proyecciones (de la mano de Adrià Pinar i Mònica Bofill) de inumerables viñetas de cómic, múltiplos numéricos y transiciones entre edificios del Nueva York de los 80, nos adentramos en una trama delirante y brillante.
La pieza, ideada por la compañía barcelonesa Obskené, simula de forma orgánica la fusión entre el juego teatral y la presencia transversal del cómic en la obra. Paul Auster publicaría Ciutat de Vidre en 1985, y su amigo Art Spiegelman, le propondía la idea de elaborar una adaptación al cómic. En esta producción plagada de magia e ilusiones e inspirada en la primera novela de La Trilogía de Nueva York (1985-1986) de Paul Auster y en la posterior adaptación a novela gráfica de David Mazzucchelli y Paul Karasik, es un homenaje a uno de los novelistas vivos más reconocidos de Estados Unidos.
La obra, que puede verse en la Sala Beckett de Barcelona, ha contado con la dramaturgia de Mònica Bofill y Ricard Soler i Mallol, y con la dirección de este último, que es también uno de los fundadores de la joven compañía, junto a Judith Pujol y Constanza Aguirre. Ciutat de Vidre, que ya gozara de éxito en la edición del Grec del año pasado es una obra muy recomendable para todo nostálgico de la ciudad que nunca duerme o amantes de la novela de Auster.
Crítica realizada por Lucía Morales