MicroTeatre Barcelona presenta este mes el ciclo «Por ti». Dentro de este ciclo, una propuesta destaca en la Sala 1 del local. LA CHICA DE LA CURVA, una obra genialmente divertida que se hace demasiado corta.
Al llegar a MicroTeatre Barcelona muchas obras atraen mi vista, algo que siempre me ha ocurrido y que ya tomo como algo normal. Y es que MicroTeatre Barcelona siempre me fascina. Diferentes obras, de corta duración, que normalmente no te dejan indiferente. Propuestas interesantes, divertidas, dramáticas… Vamos, que en un mismo local puedes disfrutar multitud de géneros teatrales a un precio muy reducido: 4 EUR/obra, sin contar los packs descuento que tienen para ver toda la sesión en cartelera.
El jueves llegaba al conocido local barcelonés (C/Bailén 194) buscando algo diferente, y lo encontré en el musical LA CHICA DE LA CURVA. Un musical creado por Tinoní Creaciones para MicroTeatro Madrid y que, por fin, llega a Barcelona. No lo pensé. Tenía que verlo. Me habían hablado muy bien de él; y la verdad, no se equivocaban.
LA CHICA DE LA CURVA empieza dando miedo. Y no es para menos. La sala 1 es ténue, oscura y pequeña. Solo las luces de un coche nos alumbran y la sensación de inseguridad en el espectador es fuerte. LA CHICA DE LA CURVA puede aparecer en cualquier esquina. Mientras, Juan Villar, un conocido actor (interpretado por Agustín Salvador) conduce mientras intenta localizar la casa dónde acude a una fiesta. Está harto que lo reconozcan por la calle y el tema de los autógrafos le supera. En su trayecto sufrirá un pequeño percance donde conocerá a LA CHICA DE LA CURVA (Cristina Anchuela), la cuál quiere volver a ser conocida. Por esa curva no pasa nadie desde hace tiempo. Nadie la ve. Nadie la recuerda. Todo el mundo conduce ahora por una autopista segura, ¡y no puede hacer su trabajo! Su monótona muerte se ha convertido en algo soberanamente aburrido. Todo lo contrario a Juan Villar quién, como contrapunto, quiere desaparecer.
Pero aunque pudiera parecer que LA CHICA DE LA CURVA es un musical terrorífico, podemos decir que, lo es, en su vis más cómica. La chica sabe cantar (y asustar). La historia es sencilla y efectiva, con varios vuelcos inesperados de guión que hacen que la idea preconcebida que puedes tener del micro-musical caiga y no dejes de sorprenderte durante los escasos 15 minutos de duración. Las interpretaciones son terroríficamente divertidas y la sonrisa no abandonan las caras de un público que no deja de sorprenderse cuando conoce un poco más ambos personajes.
LA CHICA DE LA CURVA es en sí un micromusical sorprendente y divertido que hay que disfrutar. Así que no lo pienses, son 4 EUR de nada y disfrutarás de una tarde diferente.
Crítica realizada por Norman Marsà